El gato rescata a la Princesa Durazno

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Hyunjung corría lo más rápido que podía. El aire le faltaba, y maldecía ser tan poco atlética, pero era más entretenido estar sin hacer nada que salir a a trotar. Y tal como lo había previsto, la entrada para los estudios de televisión estaban llenos de fans esperando a que sus cantantes favoritos llegaran. 

En esa primavera las cosas estaban siendo algo complicadas, ya que varios de los grupos más famosos habían hecho regresos, lo que opacaba cruelmente a los artistas no tan bendecidos con popularidad. Hyunjung se acercó a su amigo SooPeach (fandom de Park SooBin), quien estaba listo con su cámara profesional para capturar los mejores ángulos de la pequeña cantante.

—Woo Shin, dime que no ha llegado...

—Aún no, primero pasan los más populares y después los demás. Hubo un alboroto enorme porque llegó BangSoo.

Kim BangSoo. El solista ultra popular del momento, su debut fue impresionante y gracias a ello amasó una cantidad demencial de fans. Sus canciones llegaban fácilmente a los primeros lugares, su rostro estaba por todas partes y los programas se peleaban por tenerlo unas horas. Por alguna razón, Hyunjung no lo soportaba. Las fans ya se estaban dispersando cuando la conocida van llegó. SooBin bajó lentamente y después su manager. A Hyunjung se le iluminaron los ojos, y Woo Shin no perdió ni un segundo. Los disparos de la cámara acompañaron a un par más que también tomaban fotos de SooBin. El fandom era algo pequeño aún pero eran realmente unidos, no permitían que nadie hiciera daño a su pequeño durazno. Eran fans pacíficos pero fieles y feroces cuando la situación lo ameritaba. Hyunjung agitaba la mano con energía, así que SooBin logró verlos y se detuvo un momento a saludarles.

—Espero estén comiendo bien y cuidándose. No trabajen demasiado, por favor, quiero seguir viéndolos día a día.

Esas palabras aceleraron el corazón de la joven de cabellos oscuros, era increíble que alguien fuera así de cálida y hermosa. Suspiró como alguien profundamente enamorada... Y lo estaba. No era otra cosa más que amor lo que sentía cada que estaba cerca de la joven. La vio irse, las grabaciones del programa estaban por empezar y aún debía arreglarse y así para empezar.

Los SooPeach se apresuraron para ir a esperar su turno para ingresar y apoyar a la joven. Hyunjung preparaba su tabla de asistencia, le faltaban dos sellos para obtener una polaroid autografiada. Ya tenía varias pero una más nueva nunca estaba de más. El staff comenzó a sellar sus tablas, y en el tiempo que esperaban, vieron a unos metros un alboroto entre las fans de BangSoo, quienes peleaban por verlo salir del edificio.

—Si alguna ocasión me ves siendo ridícula por un hombre, tienes permiso de asesinarme— musitó Hyunjung a Wooshin, quien guardaba su cámara.

—Siempre son problemas con ellas. También entre ellas hay sasaeng, pero nadie hace nada. Ella, por ejemplo— señaló a una chica que escribía a velocidad luz en su móvil— es la hija de un chaebol de Gangnam. Dicen que ella compra el horario de BangSoo y lo filtra por cantidades insanas.

—Igual no saldrá pronto, falta mucho para que lo haga y ya están ahí. Qué locas.

Pasó una hora y el staff del estudio de televisión dio la indicación de que los fans de SooBin pudieran entrar. Todos se apresuraron a ello, eran apenas unos diez pero gritaban como un pelotón de 100 soldados. El ensayo fue primero antes de la grabación real, pero eso no quitaba que los fans gritaran. Hyunjung era la única mujer, y por eso intentaba que sus gritos fueran los más fuertes. El ensayo y las grabaciones avanzaron sin problema, Hyunjung quedó afónica pero estaba más que feliz de ver a su ángel en el escenario. La canción en esta vez era algo más enérgica que de costumbre, SooBin era acompañada de un par de bailarinas, lo cual la ponía algo celosa pero nada de gravedad.

Mientras se dirigían a la salida, la joven se distrajo con su móvil para responderle a su madre y no sé dio cuenta que era arrastrada por un mar de adolescentes. 

—¡Kim BangSoo saldrá por el otro lado! 

Esos gritos desconcertaron a Hyunjung, quien apenas pudo zafarse de las chicas, quienes eran tranquilizadas y dispersadas (en vano) por el staff. La chica no supo dónde estaba, pero era claro que estaba más adentro de los estudios. Suspiró derrotada, se acomodó la mochila y emprendió su camino en busca de alguien que le ayudara. Su paso por un pasillo semi oscuro se detuvo en seco al escuchar un nombre familiar.

—Vamos, Park SooBin. Cualquier otra daría lo que fuera por estar conmigo.

Sintió su sangre hervir de ira al ver lo que pasaba. Se escondió detrás de una columna para ver y escuchar lo que acontecía. BangSoo acorrabala a SooBin contra la pared, y ella simplemente intentaba huir. Sin embargo, y para su pesar, BangSoo era un sunbae y correr le traería peores problemas.

—Sunbae, me tengo que ir.— La chica apartaba la mirada, buscando un rayo de esperanza para huir. 

—Vamos, no pasará nada. Será divertido, nadie nos verá ahí adentro.— BangSoo la tomó del mentón. Su mirada había cambiado diametralmente, usualmente era una mirada brillante y cálida, ahora era fría, como la de un cazador en acecho. 

—En verdad aprecio su interés, pero no quiero problemas.— SooBin no lo miraba, como si en el instante que lo hiciera, pudiera morir. 

—Ah, de verdad... ¿Vas a fingir que no me conoces?

—No quiero hablar de eso.

BangSoo cambió su expresión arrogante por una de mucho enojo y tomó del brazo a SooBin. La más bajita solamente desvío la mirada, totalmente asqueada y asustada.

—Sabes que siempre obtengo lo que quiero y cuando quiero. Cualquiera pagaría lo que fuera por hacer conmigo lo que sea.

Hyunjung no lo soportó más. Se colocó las gafas, acomodó su identificación del trabajo de manera que no sea vea el logo de su empresa, una gorra y sin pensarlo, se entrometió entre ellos. 

—SooBin-ah, llevo un rato buscándote. Te me habías perdido, es hora de irnos, tienes clases de canto más tarde.

BangSoo y SooBin estaban totalmente desconcertados, pero SooBin agradeció tanto la interrupción que no dijo nada y se aferró al brazo de Hyunjung.

—Me disculpo por la interrupción, BangSoo-ssi. Otro día acabarán su charla.— Hyunjung se llevó a SooBin de ahí rápidamente, y entró a la primer habitación que encontró. BangSoo golpeó la pared y se marchó maldiciendo. Hyunjung cerró la puerta y se recargó en ella. Lanzó un enorme suspiro, y la adrenalina aumentó al sentir que SooBin la abrazaba por la espalda.

—Gracias... De verdad gracias...

Hyunjung se quedó ahí, paralizada y con el corazón latiendo tan rápido que en cualquier momento le daría un infarto. Y es que, cuando te abraza el amor de tu vida, no sabes si gritar, correr o quedarte ahí para siempre en ese abrazo.

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