Nyctophilia → j.m

Dos

Quedé atrapada de inmediato.

Atrapa en ti, en tu misteriosa mirada. En el misterioso ser que eras.

Te pregunté porque estabas ahí, si estabas perdido.

Entonces te reíste. Juraría que, a pesar de su sonido grave, era la melodía más dulce que había escuchado.

—Aquí encuentro mi luz.— Dijiste casualmente.

Me cautivó como no demostrabas miedo. En los bosques de Bibury, se puede encontrar lo que sea menos seguridad.

Recordé que en mi casa mi prometido me esperaba, quizás ya preocupado.

Decidí irme, pero cuando me volví para hacerlo tomaste mi brazo.

Juraría que sentí un choque de corriente. Fuego en mis venas.

Se desató una tormenta en mi interior cuando tu voz resonó en aquel lugar en penumbras, una vez más.

—Quédate.

No me importó no llegar a mi casa aquella noche.

¡Hola!

En realidad me gustaría saber su opinión. Es la primera vez que hago algo como esto, así que si les parece que algo está mal no duden en decírmelo. Aceptaré sus consejos y opiniones con mucho gusto.