II. Gajeel Redfox

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Capítulo 2: Gajeel Redfox

Al día siguiente de llegar a su misión y vender las escamas de Wybern junto con hierbas mágicas que había recolectado secretamente, Isamu descansó plácidamente antes de tomar un cuchillo y empezar a afilar algunos dientes de Wybern para hacer plum...

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Al día siguiente de llegar a su misión y vender las escamas de Wybern junto con hierbas mágicas que había recolectado secretamente, Isamu descansó plácidamente antes de tomar un cuchillo y empezar a afilar algunos dientes de Wybern para hacer plumas de regalo para sus amigos.

Isamu llegó en la tarde al gremio y le entregó una pluma para Mirajane y buscó al equipo Shadow Gear, pero ella explicó que no iban a ir hoy ya que iban a estar todo el día en la biblioteca mientras Levy buscaba algunas cosas interesantes con respecto a los libros que tajo ayer.

La azabache miró por el gremio buscando a alguien con quién hablar, pero suspiró levemente negando con su cabeza al ver como todos estaban en una conversación grupal y le sería muy difícil integrarse a grupos ya hechos, por lo que miró al solitario chico de ayer y sonrió suavemente para caminar hacia él.

—Hola, ¿Me puedo sentar aquí? —habló suavemente la chica y el azabache la miró de reojo y asintió— Mi nombre es Isamu Sakurai.

—Gajeel Redfox —habló con simpleza.

Isamu sonrió levemente mirando su pequeño progreso y empezó a hablar con el azabache el cual casi parecía estar ignorando su parloteo, si no fuera porque de vez en cuando contestaba algunas de sus palabras con oraciones cortas y siendo algo grosero, pero la chica solo le sonreía dulcemente mientras continuaba hablando de cosas que le parecían interesantes.

La chica rio entre dientes al recordar una escena cómica que le sucedió en una de sus misiones, por lo que decidió contarla recibiendo una pequeña risa ahogada con una extraña expresión de intentar contener la risa, lo que provocó que ella riera libremente y Gajeel apartara la mirada levemente por la vista cálida que la chica frente a él le daba, aquella mujer tenía una piel pálida y redondos ojos azules pálidos, casi grisáceos, su cabello era tan oscuro como la noche misma y contrastaba con su piel de porcelana, sus mejillas estaban sonrojadas levemente por la risa y sus labios estaban curvados en una sonrisa pareciendo más rojizos.

Mirándola detalladamente, ella era alta de unos aproximadamente 1,75cm y poseía ropas muy grandes por lo que se veía rellenita, su cara era redonda y pequeña como la de un bebé, tenía unos lindos ojos de flor de melocotón que se aguaban tiernamente, parecía una niñita pequeña si no fuera tan alta.

La conversación siguió durante unos minutos más hasta que la chica se dio cuenta de la hora y salió alarmada, antes de irse ella le sonrió como durante todo el día y le dio una pequeña pluma de la cual percibía magia, ahora que lo recuerda, Gajeel se dio cuenta de que ella nunca preguntó por su magia ni dijo la suya propia, solo nombraba cosas aleatorias y algunas cosas divertidas, junto con hablar de cosas que le gustaban, como películas de acción y toda esas cosas.

Gajeel se fue del gremio yendo a donde se estaba quedando, realmente no entendía porque la chica se le estaba acercando y le dirigía una sonrisa tan suave, ¿Acaso no sabía que él había destruido su gremio? ¿Qué él había dañado a los amigos que ella tanto apreciaba? ¿Por qué alguien tan dulce como ella estaría con alguien como él?

A pesar de la seguridad que siempre le muestra todos y la dureza con la que habla, él realmente era una persona simple y algo inseguro en algunos aspectos, no entendía cómo alguien tan brillante podría estar a su lado sin odiarlo por su actitud de mierda o su pasado lleno de violencia y maldad.

Tal vez ella tramaba algo o quería decirle alguna cosa, incluso podría querer mantenerlo vigilado para que no cometiera otras cosas contra el gremio, eso sería lo más lógico.

Al día siguiente Gajeel fue nuevamente acompañado por la chica la cual esta vez trajo un cuaderno junto con una pluma del mismo tipo de la que trajo ayer, por lo que fue interesante mirar como de vez en cuando ella que estaba frente a él le miraba y se sumergía en el cuaderno junto con remojar la punta de su pluma en tinta negra.

Cansado de mirarla espiarlo se levantó y se sentó al lado de la chica y miró como ella lo había dibujado y estaba haciendo algunos ajustes, haciendo que algunas partes de negro se aclararan y otras se oscurecieran, junto con corregir algunas líneas con magia y hacer detalles en la parte de atrás, haciendo que pareciera una fotografía.

—Te quedó bien —habló el azabache haciendo que ella se sobresaltara y sus mejillas se sonrojaran levemente.

—U-uh... si —sonrió tímidamente la azabache—. Me gusta hacer dibujos de los miembros del gremio, grabarlos eternamente en libros es muy divertido y lindo, es un buen recuerdo —habló extasiada Isamu—. Hay tantas cosas y sentimientos que se pueden transmitir a través de los dibujos, los retratos son una maravilla, lo mejor es retratar una realidad casual ya que esos pequeños detalles son lo que nos mantienen vivos en este mundo, dejándonos ser libres y son los que más se extrañan si algún día se perdiera, a veces los detalles se hacen tan normales que te pierdes en la rutina, pero cuando dejas de hacerlos se extrañan mucho.

Isamu inconscientemente empezó a hablar animadamente de los dibujos y sus sentimientos respecto a estos, Gajeel la escuchó atentamente y ella de vez en cuando recordaba escenas del pasado y les mostraba algunos de sus dibujos junto con esos recuerdos haciendo que el azabache se impresionara y a veces soltara algunas risitas divertidas mirando las expresiones que hacía la chica.

La azabache se perdió en el hilo de la conversación dejando que incluso algunos de sus dibujos se movieran por el aire como si fuesen una película sobre el momento y ella habló junto con lo que hacían sus dibujos, una sonrisa brillante estaba plantada en sus labios y sus ojos brillaban animadamente por cada palabra que decía.

Gajeel inconscientemente soltó una pequeña sonrisa al ver lo emocionada que estaba esa niña perdida en sus recuerdos y explicaciones, soltando una pequeña risita al ver cuando ella se dio cuenta de que se había pasado y lo había retratado sin su consentimiento, por lo que se disculpó muchas veces con un profundo sonrojo.

Gajeel inconscientemente soltó una pequeña sonrisa al ver lo emocionada que estaba esa niña perdida en sus recuerdos y explicaciones, soltando una pequeña risita al ver cuando ella se dio cuenta de que se había pasado y lo había retratado sin su c...

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Felicidad [Gajeel Redfox]Where stories live. Discover now