Seguía siendo un bastardo del rey, de ser condenado sería decapitado, no tendrá la hoguera o sería colgado.

El hombre continuó limpiando y revisando el resto del cuerpo, el omega se quejaba en algunos momentos por el tacto o su brusca forma de revisión, le daba algunas caricias en algunos otros cortes o heridas hechos.

Su espalda estaba llena de rasguños y marcas de haber sido azotado con cuero presumiblemente, sus brazos y piernas tenían manchas casi negras por la fuerza en ser golpeado, incluso sus muslos parecían haber sido azotados.

Su piel pecosa pero pálida estaba totalmente manchada de morado, negro y rojo, básicamente sólo se habían saltado la parte de la ejecución porque fue castigado y arrebatado de cualquier valor posible, muñecas y tobillos tenían unas horribles marcas de haber luchado.

Podría haber estado peor si hubieran tenido más tiempo que media hora, una media hora que le parecía eterna.

Dee temblaba de sólo pensar en eso, apenas entraron las cosas fueron destrozadas por los dos soldados, por su lado Anna sin problema alguno le hizo arrodillarse con un golpe y metía en su boca cualquier tela hasta que fuera doloroso mantener la boca abierta y le amarró las manos y piernas, le quería tan indefenso que no pudiera siquiera morder o maldecir.

—La reina quiere que dejes de arrastrarte a su esposo, así que aléjate de de los hombres casados.

La mujer tomó una correa de cuero antes de azotar sin piedad alguna contra su cuerpo, pateando con fuerza al omega en el suelo cuando se.movía o resistía y así podía obligarlo a quedarse boca abajo para golpear donde deseaba.

—No llores, una puta como tu es lo que se merece.

La mujer era una completa sádica, Dee se sentía enfermo, ellos tanto que tenía ganas de vomitar, gritaba pero sus quejas se quedaban en su garganta, lo hacía tan desesperadamente que no le importaba lastimarse a sí mismo.

Cuando pensó que perdería la inconsciencia su cabello era jalado le hacía despertar antes de continuar hasta que todo el lugar estaba en completo desastre.

La mujer le liberó y se arrodilló tomando su rostro con una mano para mirarle a la cara.

—Es sólo una advertencia, la siguiente vez que venga te llevaré al castillo y dejaré que todo soldado dispuesto utilice a la puta del rey, porque sólo eres eso, tantos pasarán por tu cuerpo que no sabrás quien es el padre de tu bastardo, te dejaré estar en espera antes de golpearte peor que ahora, después te llevaría ante todos para ser degollado, pero te juro que serán meses de tortura que te harán suplicar por que te mate, la muerte será tu regalo.

Tras esas palabras fue arrastrado fuera donde le dejó su último recuerdo antes de retirarse.

Sebastián acariciaba su corto cabello, aún se veía bien, podría disculparse, podría pedir perdón, pero como siempre sucedía en sus momentos de arrepentimiento, no podía simplemente expresarlo. Se inclinó un poco sobre él, pero al final sólo terminó recargando su frente sobre el hombro del omega, quien le susurró algo.

—No puedo hacer eso— y una cosa más —Está bien.

Sea lo que sea que dijo el alfa lo había aceptado sin protesta, terminaron entrelazando sus dedos un momento, juntando sus frentes, podía haber odiado muchas veces a ese hombre, pudo matarle, pudo hacer cualquier cosa, pero al final, era el único que iba a verlos, fue su unica compañía por muchos años y era el perdón de ambos. 

—Adiós Dee. 

—Adiós Glam.

Fue un susurro entre ambos antes de que el hombre se alejara lentamente y terminó por salir de ahí sin mirar atrás y Heavy finalmente pudo salir de ahí y mirar con desconcierto al omega. 

Futuro reyWhere stories live. Discover now