Among us

Impostor

—Hay un impostor entre nosotros.

Las palabras de Olivia, la segunda al mando, flotaron en el aire reciclado de la nave. Sus compañeros la miraron consternados, aunque en realidad a ninguno le sorprendieron sus palabras.

—No hay otra explicación —concluyó.

Se habían reunido alrededor de una de las mesas de la espaciosa cafetería. Hacía apenas unos minutos, Karen, la oficial de comunicaciones, acababa de encontrar el cuerpo sin vida de la capitana en la sala de navegación, rodeada por un charco de sangre tan extenso que se colaba por la rendija de ventilación. La habían apuñalado por la espalda con tanta saña que su traje rojo estaba hecho jirones por detrás.

Karen tragó saliva, pero eso no deshizo el nudo que tenía en la garganta. Cada vez que cerraba los ojos podía ver la expresión de terror en el rostro de la que había sido su capitana el último año. Apretó los labios y se secó las lágrimas que estaban a punto de brotar de sus ojos. No quería parecer débil delante de sus compañeros. Y menos en ese momento.

—Eso que dices es muy peligroso, Olivia —le advirtió Park de brazos cruzados.

—Lo peligroso es negar la realidad —contestó ella.

—Vas a hacer que nos volvamos los unos contra los otros. Que nos acusemos, que nos ataquemos. Me resisto a creer que esa sea la única explicación para...

—¿La única explicación para puñaladas por la espalda? Sí, Park, es lo único que lo explica. No hay ningún fallo eléctrico, de ventilación o reciclaje que te apuñale por la espalda. Ha sido uno de nosotros.

—Olivia, escucha.

Ella le interrumpió alzando la voz, impaciente.

—¿Por qué me estás llevando la contraria, joder? ¿Por qué no quieres que sepamos que hay un impostor? ¿Qué es lo que no quieres que averigüemos, Park?

—Me estás acusando solo por dudar de ti, pf. Nos estás ocultando algo, Olivia, y cada vez lo tengo más claro —la señaló con el dedo visiblemente molesto.

El encarnizado cruce de acusaciones hizo que a Karen se le pusieran los pelos de punta. Nunca se habían gritado así. La mala relación entre Park y Olivia era de sobra conocida por todos, pero jamás les habían visto tratarse de esa manera tan agresiva.

Olivia era la segunda de a bordo, ambiciosa e implacable, no dudaba en forzar la nave hasta el límite si la misión lo requería, por eso siempre chocaba con Park, el jefe de ingeniería. Él, por su parte, no dejaba de solicitar que se detuvieran un par de días en un astillero, pues la nave era vieja y necesitaba muchas reparaciones. Olivia siempre desestimaba esa petición. La capitana, que normalmente mediaba entre ambos y mantenía la paz, ahora estaba muerta. Aún no se había enfriado su cadáver y ya se había roto el frágil equilibrio entre ambos tripulantes.