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ᏢᏒᎾᏞᎾᎶᎾ

─Vaya que a veces eres tonto, Edgar─burló de vuelta el rubio.

─Bah, ¿viniste acaso sólo a insultarme?─el castaño mostró leve seña de molestia.

Una risa se dejo escuchar por parte del rubio, quien se dejo caer sobre la comodidad de la cama ajena, ¿para que mentir? Le encantaba pasar tiempo con su mejor amigo, y el sentimiento era mutuo, pues a Ishida le encantaba pasar tiempo con el Sakamaki. 

וו×

─Harás que me golpee con algo, idiota─se quejo el rubio -de actuales 16 años-, quien era privado de la vista al haber sido vendado de los ojos por su mejor amigo.

─Te estoy dirigiendo, así que no te quejes─le susurró cerca de su oído. Teniendo efecto en aquel que se encontraba vendado, pues su incomodidad fue muy obvia.

─Eres un caso perdido─Shu aún con su ceño fruncido, decidió seguirle el paso.

─Y tú también─le regreso el "cumplido" Edgar.

Ambos soltaron una risa, y tras pasar unos minutos más, la luz regreso a la vista del rubio, quien con total sorpresa miraba el paisaje mostrado ante sus ojos. Se encontraban en la torre más alta...perteneciente a la vieja iglesia de la ciudad, lugar que ya se encontraba en ruinas, por lo cual sólo servía -ahora- como sitio turístico o un buen sitio para jugar a las escondidas.

─Papá me trajo a este lugar cuando tenía 9 años, muy pocas personas se atrevían a subir aquí, pero él me trajo y me dijo "no temas"...─comenzó a hablar el castaño con cierta nostalgia. Siempre que hablaba de su padre, no podía ser evitado el hecho de sentir una gran nostalgia, pues lo echaba de menos.─¿Te gustaría saber que otra cosa me dijo?─.

El Sakamaki le miró por un breve momento en silencio, antes de atreverse a asentir y esperar la respuesta.

─Me dijo que... La próxima vez que me atreviera a venir aquí, tenía que ser con la persona que estimara más, la persona que quería─ lo último lo susurro con algo de pena.

La confusión no se hizo esperar en el rubio, quien giro su rostro para poder ver de frente al castaño, éste, si bien se mostraba levemente serio, no se podía ignorar el hecho de que tenía un leve sonrojo pintado en sus mejillas.

─Me gustas, señorito─se sinceró lo más que pudo.─Creo que me gustaste desde el primer día que aceptaste asaltar conmigo la cafetería de la escuela─.

No pudo evitar el reír levemente por ello, pues literalmente, el día que Ishida conocía al Sakamaki, el primer mencionado estaba a punto de robarse los postres destinados para los profesores.
Shu por su parte, aún continuaba tratando de procesar lo que acaba de escuchar, Edgar, su mejor amigo acababa de decirle que le gustaba, prácticamente estaba declarándose a él. Era una locura, si eso era, una extraña e inesperada locura.

─... ¿Estas hablando enserio?─el rubio seguía en su intento de comprender lo que estaba pasando.

─Muy enserio─el castaño tomó ambas manos del más bajo, sorprendiendo a éste en el proceso, sin embargo, no hizo nada para que lo soltara. Dejo que lo tomara de las manos.─Y también seré sincero, diciéndote que aún así no sientas lo mismo, todo estará bien y nada cambiara─.

El Sakamaki se mostró aún más sorprendido, claro estaba. Aún así, entre su notoria confusión no se pudo evitar que una sonrisa se hiciera presente, una sonrisa que siguió de un negar de cabeza, acto que desperto la confusión de Ishida.

─Nunca pienses que las cosas cambiaran...─habló el rubio, a la par que miraba ambos pares de manos entrelazadas.─...en algo en lo que estamos igual─.

─¿Acaso te refieres...?─

─Vaya, sigue siendo de entendimiento lento─burló al más alto.─Pero si, me refiero a que tú también me gusta─se sinceró mirándole a los ojos.─Tal vez no al mismo tiempo que tú, pero me gustas, Edgar─.

El castaño se mostró más tranquilo, inclusive eso, su felicidad no pudo esconderla, y al obstante se botó sobre el rubio, quien a duras penas se sostuvo de pie...

─Apacigua tu emoción, idiota, casi nos tiras─bromeó el rubio.

─Tal vez sea idiota, pero tú también lo eres, y además soy tú idiota─bromeó él también. Teniendo efecto, pues el Sakamaki se rió, e Ishida le siguió tras un momento de silencio...

─Shu...
Mi mejor amigo, no, mi adorado novio...

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