II

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𝐄𝐋𝐄𝐀𝐍𝐎𝐑 𝐂𝐀𝐋𝐃𝐄𝐑
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Una semana después, el dúo se encontraba en la cafetería de la universidad compartiendo una mesa con Niall y Liam, quienes formaban parte de su grupo de amigos. Faltaba Zayn, quien aún no había llegado.

Estaban en distintas carreras así que era algo complicado comprender cómo llegaron a ser tan buenos amigos e incluso compartir un grupo en WhatsApp.

Zayn y Harry se conocían porque estudiaban música, Niall Licenciatura en Escenografía, Liam Artes de la Escritura y Louis el profesorado de Teatro.

—¿Por qué te gusta ella?

—¿Qué?

—Que por qué te gusta ella —Harry repitió, con recelo en su voz. Luego le dio una mordida a su sándwich, esperando pacientemente la respuesta del castaño.

—Es obvio, ¿no? —habló Niall, dando un sorbo a su soda—. Ella es como... la heather de la universidad.

—¿La qué? —Harry frunció el ceño.

—¿Quién es la heather de la universidad? —Zayn llegó a la mesa, con su bandeja de comida, hablando casi al mismo tiempo que Harry.

—Eleanor Calder.

—¡Allah, sí!, es mi compañera en Lenguaje Musical y es tan extrañamente buena que te hace dudar el porqué es tan dulce. Parece ser más amable que Harry, si es que eso es posible —el moreno señaló con la cabeza al rizado.

Eleanor estudiaba Licenciatura de Teatro, era parecido a lo que Louis estudiaba, así que no era raro que se conocieran desde antes.

Louis y Harry, en cambio, se conocían desde secundario, cuando Harry junto a su madre y hermana se mudaron a Londres luego de problemas familiares con su padre. Después de pasar tantos años juntos, podían afirmar que conocían al otro como la palma de su mano.

En preparatoria se encontraron con Liam, y Zayn junto a Niall se les unieron en la universidas, luego de que Louis invitara a Niall y Harry a Zayn a pasar el almuerzo con ellos, así que podría decirse que ese pequeño grupo fue formado, principalmente, gracias a Harry y Louis.

—¿Puede alguien decirme qué es una maldita heather? —Harry preguntó bruscamente, saliendo de sus pensamientos y cambiando de tema; frunció más el ceño y endureció un poco su mirada.

—Wow, alguien levantó con el pie izquierdo hoy —bromeó Liam, siendo seguido de los asentimientos de Zayn y Niall.

—¿No serás tú, idiota? —Liam abrió los ojos, ligeramente intimidado, y rápidamente negó.

Las veces que se veía a Harry enojado se podían contar con los dedos de una mano, por eso daba un poco de miedo verlo así.

—Es tan hermosa...

Louis aún seguía hipnotizado por Eleanor, viendo con la mejilla apoyada en un puño la forma en que reía suavemente y acomodaba su cabello de forma delicada.

Harry se repitió mentalmente que él era más bonito que la nieve. Podía ser algo estúpido, pero ese comentario quedó en él, a pesar de que su amigo probablemente ya lo había olvidado.

Heather es como... una mujer o chica hermosa y bella, casi perfecta, tanto por dentro como por fuera, para ser breve.

El rizado asintió vagamente y se perdió viendo la forma en que los ojos de Louis brillaban cuando pasó cerca de su mesa, casi con la misma intensidad con la que Harry miraba a Louis. Casi.

El enojo se reemplazo con dolor. A él nunca lo verían de esa forma. Louis nunca lo vería de esa forma porque él no era Eleanor, él no era lo suficientemente perfecto para lograr que Louis lo mirara así.

—¡Porque soy musulmán y tengo que rezar cinco veces al día, Niall! —el gritito quejumbroso de Zayn lo sacó de su pequeño mundo.

Sintió una mirada sobre él y vio que Liam lo miraba con el ceño fruncido. Abrió un poco los ojos y el castaño alzó ambas cejas, claramente en un mensaje que decía "¿Qué estabas viendo?", negó con la cabeza y desvió la vista a sus amigos.

—Tengo que irme, tarea pendiente —murmuró rápidamente, sintiendo sus ojos picar. Se levantó, guardó su celular y billetera en los bolsillos traseros de sus skinny y se fue.

—Pero hace menos de diez minutos empezó el almuerzo y ni si quiera comió la mitad del sándwich... —escuchó a Niall hablando a lo lejos.

Negó con la cabeza y frotó su ojo derecho cuando salió de la cafetería, deseando que nadie lo mirase en su estado de debilidad.

Negó con la cabeza y frotó su ojo derecho cuando salió de la cafetería, deseando que nadie lo mirase en su estado de debilidad

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