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𝟑 𝐃𝐄 𝐃𝐈𝐂𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄
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—Oh, mierda —Louis murmuró. El frío en la habitación se hizo más presente con el paso de los minutos así que Louis había revisado la calefacción con miedo a que hubiera dejado de funcionar. Sus sopechas eran ciertas.

Harry estaba sentado en el sofá, deslizándose por las historias de Instagram mientras con el brazo libre se abrazaba a sí mismo. Frenó un video con el dedo y llevó la mirada a Louis.

—¿Todo bien ahí? —curioseó, tratando de ver a través del chico, quien se dio vuelta y rascó su nuca en una mezcla de pena y vergüenza.

—La verdad no, estoy seguro que se rompió, no prende así que... um, lo siento. Después voy a avisarle al rubio.

—No tienes que disculparte —castañeó un poco sus dientes al final, miró la ventana de la sala y sus ojos se iluminaron—, ¡Lou, está nevando! —se paró, tiró el celular al sofá y, como si fuera un niño pequeño, pegó la nariz al cristal mientras una sonrisa se formaba en su cara.

—Es muy bonito, ¿verdad? —Louis puso una mano en su hombro y Harry se giró, sonrojándose un poco al tenerlo tan cerca. El castaño frunció el ceño y se quitó su suéter, tendiéndoselo con una mano—, póntelo, voy a buscar otro.

Cuando Louis fue a su cuarto, se permitió a sí mismo abrazar la prenda contra su pecho y olerla ligeramente, sintiéndo la vainilla contra él, el olor natural de Louis.

Se lo puso y notó que le quedaba algo justo al ser su amigo más pequeño que él en altura y tamaño, pero no le importó, era perfecto.

Lograron calentarse un poco y se sentaron en el sofá otra vez; Niall, su amigo y compañero de cuarto de Louis, estaba en una cita en ese momento así que el departamento estaba libre para ambos.

—La nieve no es tan bonita como tú, ¿sabías? —comentó el castaño, pasando un brazo por los hombros de Harry para atraerlo a él.

Se preguntó severamente si Louis era consciente del efecto que causaba en él, o si notaba el sonrojo en sus mejillas cuando estaban demasiado cerca, como en ese momento.

Siete años de amistad y seguía sonrojándose como la primera vez.

—Eso sonó tan gay.

—No tan gay como tú, rulitos —ambos rieron.

Unos minutos después, soltaron carcajadas simultáneas cuando vieron al Capitán América usando un traje tan ridículo para la obra que tenía que presentar.

—Sin importar cuántas veces vea esta película, no me cansaré de decir que es de las mejores de Marvel.

—Mm, Infinity War también es buena...

—¿Pero qué dices? ¡La mitad muere ahí, incluido Peter!, ¡y Spiderman es mi superhéroe favorito...!

—Desde que eras un niño —Harry acabó la frase por él y le sonrió—. Lo sé, Lou, te conozco... No me quiero ir, señor Stark —el rizado imitó la frase para luego hacerse el muerto, tumbándose sobre el hombro de Louis.

—Ya basta, Harold, voy a llorar por recordarlo —se limpió una lágrima invisible y soltó un falso sollozo, sacándole una carcajada a su mejor amigo.

Pasó una película tras otra, entre risas, comida y algunos momentos de pánico al ver escenas terroríficas.

Harry no se quitó el suéter en toda la noche, ni si quiera cuando estaba a punto se caer dormido sobre el regazo de Louis, aún sabiendo que sería incómodo hacerlo.

En un momento de la noche, cuando el canal de películas había dejado de trasmitir y solo se veía el logo junto a un fondo negro, Louis despertó (probablemente por la incómoda posición) y vio a Harry durmiendo plácidamente con la cabeza en su regazo, abrazando de forma extraña su abdomen.

Louis negaría ante cualquiera que se sonrojó al verlo allí.

Se paró cuidadosamente, sacó el brazo que Harry había colocado a su al rededor y lo acostó en el sillón, sin querer despertarlo. Éste se removió un poco pero luego se calmó.

Suspiró y buscó unas mantas junto a un colchón y una bolsa de dormir. Arropó a su mejor amigo y dejó un suave beso en su frente.

—Buenas noches, Hazz —murmuró, aún cerca de su cara.

—L-Lou... —balbuceó con el ceño fruncido, removiendo su brazo; claramente buscaba abrazar algo, y Louis recordó todas sus pijamadas con Harry, cuando el chico siempre terminaba abrazando una almohada contra sí.

Le dio la almohada que originalmente era para él y Harry la abrazó contra sí. Acarició un poco sus rizos entre sus dedos y rápidamente se relajó.

¿Por qué quería quedarse ahí para siempre?

Alejó esos pensamientos y se metió en la bolsa de dormir para luego acostarse en el colchón y, finalmente, dormir, sintiendo la falta de calor a su lado

Alejó esos pensamientos y se metió en la bolsa de dormir para luego acostarse en el colchón y, finalmente, dormir, sintiendo la falta de calor a su lado

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𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora