Capítulo 48: Soledad

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Salgo del baño y lo primero que veo es a Thomas recargado en la puerta, le ignoro y espero a que él comience a hablar —¿Estás bien?

—¿Te lo preguntó Eitan? —él asiente —Dile que puede meterse sus preguntas por el culo —juro que no quería decir eso, pero me siento muy cabreada en este momento.

Thomas ríe por lo bajo —Sólo se preocupa por ti.

Me quedo en silencio y me lanzo a la cama.

—Sé que no tenemos la mejor relación, pero también me preocupas. Eres la novia de mi casi hermano, y la madre de mi hija.

—Era la novia de tu casi hermano —aclaro.

—Escucha, yo... ¿te puedo preguntar algo?

—¿Puede ser mañana? —cuestiono —Tengo mucho sueño y pocas ganas de hablar —digo con sinceridad, aún me siento un poco triste y cansada con lo sucedido.

—Seguro —él se acerca a la puerta y la abre —Descansa.

—Igual tú.

Sale de la habitación y entonces me recuesto en la cama y me acurruco entre las sábanas. Pienso en todo lo sucedido antes de dormir, y me desanimo más, creí que Eitan sería el chico con el que estaría toda mi vida, el que jamás me guardaría nada y el que sea sincero conmigo en todo momento, Drake no se equivoca, soy ingenua.

Muy ingenua...

Eitan.

—Di todo de mí, y no fue suficiente, madrina —de sólo recordar ese momento, me lleno de melancolía y frustración —Quisiera poder retroceder el tiempo y jamás haber jugado apuestas.

Mi madrina sonríe con tristeza —Si así hubiera sido, no habría empezado tu interés por Abby —dice pasando su mano por mi hombro en forma de consuelo.

—La he llamado varias veces y ella no contesta... n-no sé qué hacer —paso mi mano por mi cabello y comienzo a llorar sin compasión.

—Dale tiempo —me intenta animar —Has hecho suficiente con llamar a Thomas.

—Aún no sé si eso fue buena idea.

—Si no hubiera sido buena idea, ella seguiría vagando por las colonias con el frío. Estoy segura que Thomas le está ayudando como se debe, ella sólo necesita superarlo, y lo hará, y ambos saldrán adelante.

Asiento sin tener otra opción. No creí que una pequeña mentira podría arruinar la relación por la que he dado todo y la que pensaba que seguiría en pie hasta el fin. Es triste, porque aunque todo comenzó con apuestas, el besarla, tocarla, amarla, nunca lo fue.

Abby.

—¿Alguna vez te meterás ese tenedor a la boca? —pregunta Scarlett desde el otro lado de la mesa. Le obedezco y como un pedazo de los panqueques que Layla preparó, por suerte Benjamín se encuentra trabajando, sino todo este desayuno sería más incómodo.

—Mamá... —Thomas le habla para que se tranquilice un momento, pero ella le ignora.

Entonces se dirige a mí —Abby... anoche quería hablar contigo —Scarlett le voltea a ver con una ceja en alto, pendiente de lo que su hijo vaya a decir.

—Claro, dime.

—Es que yo... —se rasca la nuca con nerviosismo —Quería saber si hay una posibilidad de que, p-pueda ver a Chloe.

Me sorprendo ante su petición y Scarlett le lanza una mirada de desaprobación, le estoy por responder, pero la señora Harper interrumpe —En la mesa, NO se habla —dice recalcando la palabra "no" como si no estuviera de acuerdo con lo que Thomas acaba de pedir.

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