Capítulo 47: La última oportunidad

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—Pero el tío Dereck dijo que los dulces son vitaminas.

Suspiro con irritación, ese maldito de Dereck se las verá conmigo —Hija, lo que te diga Dereck es mentira.

—¿El tío Dereck es un mentiroso? —bajo mi cabeza al recordar que las mentiras es un tema sensible para mí en este momento.

—Sí, lo es, y los mentirosos sólo se la pasan burlándose mientras las otras personas creen todo lo que les dicen.

Chloe frunce el ceño y se baja de la silla para seguir corriendo.

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Terminamos de comer y la hora de la revelación se aproxima. Eitan se sentó junto a mí y su mirada me indicaba que quería hablar, o intentaba descifrar que es lo que me sucede, pero a pesar de que le quisiera restregar lo estúpido que es en su cara, no me siento con ánimos de reprocharle en éste momento.

Thea se acerca a mí —Abby, has estado algo triste ¿qué sucede? —volteo para comprobar que Eitan no escuche, y me doy cuenta que se ha levantado de su silla para responder una llamada.

Suspiro con irritación y me hundo en los brazos de mi amiga —N-no lo sé —un vacío se forma en mi pequeño corazón y por alguna razón, el consuelo de mi amiga me ayuda a no llenarme de lágrimas —¿Cómo es posible que una relación se pueda cagar con una simple mentira?

Ella frunce el ceño y voltea a ver a Eitan, quien sigue con su celular —¿Pasó algo con Eitan?

Seco las pocas lágrimas que cayeron —Drake me dijo que sólo fui una apuesta.

Ella sube las mangas de su blusa —Maldito, se la verá conmigo el hijo de su... —le detengo.

—No sé si lo que dijo sea cierto, pero duele, duele como no te imaginas —mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas, mi amiga me pasa una servilleta y me da un abrazo confortable.

—Escucha... quizá sólo fue un error, o quizá sea cierto. En cualquier caso, tienes que hablar con él.

Mi cabeza me comienza a doler, este problema hará que estalle —No quiero arruinar la fiesta con mis caprichos.

—No tiene nada de malo si sales un rato para hablar tranquilamente con él. Sólo intenta calmarte ahora reina, sea o no sea cierto, él es un estúpido.

Asiento y me lamo los labios —Gracias.

—No tienes qué agradecer, Abby. Sabes que siempre te escucharé y siempre estaré de tu lado —le sonrío y ambas nos separamos del abrazo, seco mis lágrimas e intento componerme, no quiero que la gente —y menos Eitan —me vea en este estado.

Ella vuelve a su asiento y tan sólo unos minutos después, el animador de fiestas comienza a hablar —Bien, ¡es la hora que todos han estado esperando! —Nathan se levanta de su asiento con una gran sonrisa.

Intenta estar bien Abby, ¡al menos por ahora!

Darla le espera en frente, Nathan le da un corto beso en los labios y los empleados acercan una mesa, sobre ella hay un pastel blanco con puntos de color rosa y azul.

Nathan luce demasiado emocionado, que hasta ahora me da algo de pena por las bromas que se les tiene preparado. Allen se acerca a mí con una brocheta de bombones —El tonto sabe que en el pastel no le dirán el sexo de su hijo ¿cierto?

Niego con la cabeza.

Allen sonríe con malicia —¡Ja! Idiota —deja la brocha de bombones en la mesa y saca su celular —Debo grabar esto —dice antes de alejarse a grabar.

También Eres Mi PrioridadWhere stories live. Discover now