Lagunas mentales.

40 4 1
                                    


Y es imposible que nos sigamos haciendo esto. Que queramos reparar todo lo que quebramos. Que queramos unir los pedazos rotos con pegamento. Que queramos garantía de algo que se supone, no tenía fecha de caducidad. Es absurdo que pensemos que el amor era suficiente. Es absurdo que queramos olvidar todas las veces en que nos equivocamos. ¡Qué más quisiera yo que todo volviera a estar bien! Qué más quisiera yo que las cosas fueran diferentes y que sostener tu mano no me formara un nudo en la garganta. Pero es imposible, ya no me queda esperanza. Siempre que luchamos algo más se rompe, incluso aunque piense que ya no queda más nada por romper.

« Y de alguna forma »

De alguna forma no las ingeniamos para que todo se arruine, para que esto suceda. Para que las personas nos digan que tanto dolor no vale la pena. Para que mi madre quién solía ser la mujer más optimista del mundo, me mire preocupada. Para que tu hermana no me dirija la palabra. Y es que, siempre fuimos más felices viviendo en nuestro mundo y olvidándonos de todo y de todos, pero desde hace tiempo eso no ha sido suficiente. Me pregunto si alguna vez lo que tuvimos fue suficiente.

Amor, no sé cómo le hicimos para que esto resultara así. Algo debimos hacer muy mal. No hay manera en que dos personas tan menuditas pudieran causar todo el desastre que hicimos. O quizá estaba escrito desde hace mucho tiempo. No lo sé, ya no estoy segura acerca de nada. No soy muy creyente en el destino de todas formas, no soy muy creyente de nada y ese era el problema. Ni siquiera creía en mi misma cuando me decía que todo estaría bien. Ni siquiera creía en ti cuando me decías que me amabas, que superaríamos esto y lo otro. Cuando me decías que confiara en ti.

Amor, no creí en nosotros. No creí que fuese a funcionar y me pregunto si eso, en parte, fue lo que hizo que todo se arruinara.

«Y no es que no te quiera »

No es que no te quiera como antes o que haya dejado de pensar en ti. No es que me haya cansado de escuchar tus aburridas historias o que ya no me guste tomarte de la mano. Lo que pasa es que estamos rotos y ambos queríamos que el otro nos reparara. Y querido, eso no se puede. No sé mucho acerca del amor pero si algo sé, si de algo estoy segura es que el amor no se siente así. Convertimos algo bonito en nuestra peor pesadilla. Y perdóname por haber querido ser el motivo de tus sonrisas no tu cinta adhesiva.

Como vez, puede ser que para empezar debimos hacer las cosas diferentes. Puede que antes de voltear a verte como amante te hubiese admirado como amigo y no como mi oportunidad para hacer las cosas bien. Debí de haberte visto como mi compañero, no como el superhéroe que me salvaría y arreglaría todo lo que estaba mal en mi vida. Y aunque tuve mi oportunidad, aunque las cosas pudieron salir bien, lo eché todo por la borda. Lo arruiné y ahora nada está bien. Nada está bien desde hace mucho tiempo. Puede que tal vez, si no hubieses mencionado su nombre aquél día; mi corazón nunca se hubiese roto. No de esta forma por lo menos.

No te culpo quiero que sepas, no te odio tampoco.

« Pero a veces »

A veces cuando ya no hay nadie a quién culpar, le echo la culpa a Hollywood y sus historias irreales en dónde cuando dos personas se enamoran nada más importa. Importó con nosotros, todo importaba. Hasta el más pequeño detalle era motivo de una pelea. Nos dimos cuenta de que tú nunca pudiste repararme y yo nunca pude volver a unir tus pedazos rotos. El amor no es feo, enamorarse no es feo. Los que estábamos feos éramos nosotros. Tan feos.


Ya no sé si funcionará, si funcionaremos. Si verte de pie frente a mí puerta cambia alguna cosa o no cambia nada en absoluto. Si tu mirada arrepentida debería consolarme o solo debería hacerme sentir peor. Pero soy egoísta, maldición siempre lo he sido. De niña odiaba que tocaran mis cosas, y aunque tú no eres de mi propiedad alguna vez desee que lo fueras. Para que nada pudiera apartarte de mi lado, para que fueras solo mío. Me pregunto si mi egoísmo también fue algo que nos rompió. Mi amiga Claudia me dijo que debía trabajar en eso. Y tenía razón, debería trabajar en tantas cosas.

En ya no hacerte llorar, en ya no hacerte sentir culpable cuando toda la culpa ha sido mía. O cuando la culpa no es de ninguno pero aún así el sentimiento sigue ahí y no puedo hacer nada para que se marche. Ahora que estás aquí y me has pedido disculpas—como si hubiese sido tú culpa—como si fueras el único que se equivocó, no me queda duda de que te quiero más que mi egoísmo. Te quiero más que al papel, más que a las letras y a los libros en mi mesita de noche. El amor que siento por ti supera las dudas, la culpa, las ojeras bajo mis ojos. Supera el dolor en las noches, mi manía por hacerte daño aunque no te lo merezcas.

« ¿Pero, que hay de ti? »

¿Qué hay de tú amor, cariño? Tú amor me hace sentir como si todo valiera la pena, me hace volar sin despegar mis pies del suelo. Me hace pensar en las cosas más asquerosamente cursis y sonreír porque soy tan cobarde que nunca me atrevería a decirlas en voz alta. Pero las pienso, y las siento. Y sigo siendo egoísta cuando te abrazo y lloro en tu cuello. Y tú me abrazas fuerte como siempre, me prometes que todo estará bien. Que no es mi culpa, que nunca ha sido mi culpa, que soy la persona más maravillosa que has conocido.

Y por el momento, te creo. ¿Por qué si no puedo creer en ti entonces que me queda? ¿En quién podré confiar sino he podido hacerlo en la persona más bonita del mundo? La más bonita, la más honesta. Con los ojos más verdes y la mirada más cálida. Si tus besos no me mantienen de pie ¿entonces que lo hará? Y sigo siendo egoísta pero me declaro culpable de cualquier crimen si eso me permite estar contigo una vez más. Me declaro culpable de querer que me abraces y fingir que nada va mal. Como si estuviéramos a salvo, como si todo a mi alrededor no sé estuviera desmoronando incluso antes de haberte conocido.

« Incluso antes de haberte amado »

Y tantas veces que te he dicho que eres mí ancla, mi brújula y tú que nunca me has creído. Pues lo eres, sigues siendo mi mapa cuando no tengo a donde ir, y todas esas metáforas cursis que no se me ocurren porque estás aquí y, diablos, ya nos hemos hecho tanto daño. No puedo dejar de mirarte a los ojos y no puedo dejar de rogarte con la mirada que te marches. No con palabras, porque jamás podría decirte eso. Te necesito a pesar de que sé que si seguimos así lo más posible es que acabemos llorando. Ó perdiéndonos, ò rompiéndonos un poquito más.

Suspiras en mi cuello, besas mis hombros y me prometes que todo está bien, me dices que si lo intentamos podríamos llegar a la luna juntos. Pero yo no quiero ir a la luna, ya me he cansado de viajar. Y ahí está el problema, siempre hay un problema entre nosotros. No quiero volar más. Me he cansado de recorrer satélites, planetas y galaxias cuando lo único que quiero es acostarme en la cama y agarrar tu mano bien fuerte. Pero ambos sabemos que no soy lo suficiente fuerte como para mirarte a los ojos y decírtelo. Para romper las pocas esperanzas que te quedan y yo ya no tengo.

« Para decirte que una vez más no creo en nosotros »

Me doy la media vuelta, te tomo del pelo y veo tus ojos fijamente. Quizá aún no es demasiado tarde, quizá duele como el infierno y quizá nunca podré demostrarte lo mucho que significas para mí. Quizá aún no sabes todo lo que daría porque nada en el mundo te hiciera daño, y no sabes la rabia que me da saber que mucho de ese daño te lo he causado yo. Pero no quiero perderte, nunca voy a estar preparada para hacerlo.

Me tomaste de la mano y me prometiste que el amor salvaría mi vida.

Que la haría más feliz, más brillante.

No sé cual fue mi error más grande, si creer en tus palabras

O creer que el amor podría reparar a una persona rota.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 04, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cápsula del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora