Para mi ex mejor amiga.

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Querida ex-mejor amiga:
La de los sueños incontables y la de los audios en la madrugada.
La chica que conozco como la palma de mi mano.
O que al menos en su momento, creí conocer.
¿Sabes? Hace tiempo que ya no hablamos.
Mucho desde que ya no nos vemos.

Y otro tanto desde que hemos dejado de saber de la otra.

Yo se que hay una razón por la cual ya no estás aquí.
Yo se que hay un motivo por el cual ya no salimos juntas.
Pero explicarlo sería como tratar de explicar la teoría cuántica.
O tratar de comprender uno de esos poemas que escribías.

Siempre fuiste fugaz y resplandeciente cual estrella, eso admiraba de ti.
Pero a veces tu brillo no me dejaba ver con claridad. Me encandilaba, me dejaba ciega por unos instantes.
Como la frase que te dije aquél día y no pudiste comprender:
"La luz es un poco molesta para alguien que ha vivido siempre en la oscuridad..."
O algo así era.
Pero bueno, no es que yo viviera en la oscuridad.
O no es que fuera tu culpa ser tan brillante, pero ahí está el punto de todos modos.

Dejamos de encajar, dejamos de ser felices alrededor de la otra.
Hubo un momento en que ya no nos entendíamos como antes.
Ya no estábamos en la misma pagina.
A veces parecía, como si no estuviéramos en el mismo jodido libro.

Y bueno, no estoy segura cuando las cosas comenzaron a resquebrajarse en la forma en que lo hicieron.
Cuando llegamos a ese punto sin retorno.
Cuando me detuve en llamarte "mejor amiga"
Ni tampoco cuando dejaste de contestarme los mensajes.

A veces parecía que nuestro único talento era sacarnos de quicio mutuamente.
Y no en la buena manera.
Y poner excusas para no vernos, era lo único que se nos daba bien.
Pero no te creas, me hubiese gustado hacer las cosas diferentes.
Aún extraño tu forma de reír, contagiosa y ruidosa.
Eramos un peligro en clases, cuando nos sentábamos juntas y no podíamos dejar de carcajearnos.

Aún recuerdo cuando hablábamos todo el tiempo sin parar: de zombies, de amores, de la vida, de esto y lo otro.
Fuimos tan parecidas y al mismo tiempo tan diferentes.
Y no te voy a mentir, probablemente solo hecho de menos al recuerdo de lo que solíamos ser.
No a nuestra amistad en sí.
Porque en lo que nos convertimos no me hace ser tan optimista.
Porque lo que se quiebra nunca vuelve a ser igual.

Por otro lado, también hay cosas que quise decirte y nunca te dije.
Como siempre, ya sabes lo mala que soy expresando lo que siento y lo orgullosa que soy.
Pero deseé que lo supieras.
Que realmente te agradezco que estuvieras ahí, cuando nadie mas lo estuvo.
Que agradezco todos y cada uno de los momentos que pasamos juntas.
Tanto los buenos, como los malos.
Eramos un desastre, éramos las reinas de la mala suerte.

Gracias también por escucharme, y gracias por no faltarme.
Aunque he de admitir, que el día en que me faltaste, no supe que hacer.
Fue como si de alguna manera el mundo hubiera dejado de funcionar.
Ya no había orden natural en las cosas, había perdido a mi alma gemela.
Y es que fuiste la persona más importante en su momento.

Y aunque a veces quisiera saber de ti, mandarte un mensaje o ir a tu casa.
Aunque eche de menos las pijamadas y las estupideces que hacíamos juntas.
Prefiero pensar que nuestros caminos se juntaron y se separaron por algo.
Yo estoy mejor, tú estás mejor.
Crecimos, cambiamos, vivimos cosas por nuestra propia cuenta.
Cosas que en lo personal yo no cambiaría por nada y se que tu tampoco.
Y tal vez, la parte de echarte de menos nunca se irá por completo.
Tal vez siempre sienta que algo de mi se perdió cuando te fuiste.
Tal vez tenga otras amigas, pero nunca una hermana como tú.
Pero lo que importa fue el haberte conocido.
Y las promesas, y los secretos y las historias, eso es lo que al final de cuentas, se queda para siempre

Cápsula del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora