Capítulo 46 🦋

Start from the beginning
                                    

Miré mi plato.

—Cuando torturé a Carlo me dijo que el comprador de las chicas es italiano.

—Piensas que es Ignazio—asumió.

—Tiene sentido. ¿Quién más compraría a todas al mismo tiempo? ¿Con qué propósito? —solté el tenedor—. Quiere acorralarme.

—No te habló porque no quiere.

—Exactamente. ¿Qué demonios debo hacer?

—Esperar. Es todo lo que nos queda, príncipe.

—Alayna, yo... —suspiré, tratando de encontrar las palabras correctas.

La tensión se volvía densa e inquietante. No podía calmar a mi corazón ni los nervios descontrolados. Solo quería volver con mi familia, pero al mismo tiempo me negaba a dejarla aquí. Al fin pudimos resolver nuestros problemas y aclaramos todo.

—Necesitas regresar con tu familia—Me leyó la mente. La sonrisa que me dio fue un alivio—. Lo entiendo, Luca. Cuando te hice la propuesta de dejar atrás todo me refería a hacerlo una vez que matáramos a tus enemigos y tu familia esté segura.

Un dolor punzante me atravesó el pecho. ¿Cómo podría conservar a ambas? ¿Alayna y la seguridad de mi familia?

—Fue egoísta de mi parte venir aquí y pretender que me aceptes con cada uno de mis problemas.

Alayna apartó la comida de la alfombra y se posicionó a mi lado. Entrelazó nuestras manos, dándome una suave mirada que entibió mi corazón. Deseaba estar con ella sin sentir que le fallaba a mi familia. Quería ser feliz sin el constante miedo acechándonos.

—Cuando tomaste ese avión y me dijiste que me amabas sabía que eras sincero, Luca. Luchaste por mí a pesar de las guerras que te rodeaban. Me pusiste en primer lugar.

Llevé su mano a mi mejilla y cerré los ojos.

—Lo haría de nuevo sin dudar.

—Y te amo por esa razón, pero no pretendo retenerte aquí mientras tu familia te necesita. Regresa con ellos y termina todo lo que tienes pendiente. No iré a ninguna parte, seguiré esperándote.

La agarré por la nuca, atrayéndola hacia mí para darle un profundo beso. Alayna abrió la boca, dándole la bienvenida a mi lengua y devoré su esencia, todo de ella. Lamentablemente terminó demasiado rápido para mi gusto y gemí en frustración.

—No lo repetiré de nuevo, Vitale. Come.

Sonreí y sacudí la cabeza.

—Me encanta que me des órdenes.

Rodó los ojos.

—Come—insistió.

Al terminar el almuerzo, Alayna decidió darse una ducha mientras yo insistía con las llamadas. Nadie respondió. El pánico empezó a apoderarse de mí y no dudé en mi próxima decisión. Iría ya mismo a casa. No podía postergarlo. El mal presentimiento se volvía peor con cada respiración. El timbre de la habitación sonó, sobresaltándome en el sofá. Solo podría ser Fabrizio.

—Tengo malas noticias —Su voz sonó jadeante y llena de terror cuando abrí la puerta—. Acaban de invadir la mansión, señor.

Mi estómago se paralizó, dejándome congelado. Sacudí la cabeza de un lado a otro. Sabía que esto pasaría. Lo sabía.

—¿Quién?

—Ignazio Moretti y... su padre, señor.

Por primera vez en el día, mi celular emitió un leve pitido y le eché un vistazo con las manos temblorosas. Pude ver una foto de mamá y Kiara con los ojos llenos de lágrimas.

Belleza Oscura [En Librerías]Where stories live. Discover now