La vida de Kim Taehyung cambia drásticamente cuando un representante de la casa real le informa que está comprometido con el príncipe y futuro rey Jeon Jungkook, al principio se niega completamente a estar a su lado, pero poco a poco sus sentimiento...
Era lunes por la mañana cuando ya me encontraba terminado de arreglar mi mochila para poder salir hacia la universidad, hoy era un día bastante agradable, estaba soleado pero se sentía el clima fresco, era normal ya en estos días, pronto entraríamos en invierno y eso llevaba a que empezara a sentirse cada día mas el frío, adoraba esos días, podía estar en la cama todo el día leyendo un libro o mirando la televisión en la sala junto a mamá, o pasarla con mis amigos caminando por las calles mientras tomamos chocolate caliente hablando de lo que haremos en vacaciones de invierno.
Cuando termine de arreglarme y cerciorarme de que en mi mochila se encontrará todo lo indispensable y colocarme un suéter ligero por si más tarde hacía frío, baje las escaleras para poder ir al pequeño comedor que se encontraba en la cocina, donde mi mama y mi papa ya se encontraban tomando el desayuno.
-Buenos días- dije sonriendo, mientras les daba un abrazo a los dos.
-Buen día hijo, parece que tienes buen humor hoy- Dice mi madre con una pequeña sonrisa, la cual la imito y me siento en la silla vacía al lado de ella.
-Es un día bastante agradable ma, además hoy es lunes, lo que significa que me toca mi taller de costura- Contestó emocionado, adoraba ir al taller y poder hacer bonitos diseños, estaba terminando de hacer un sakura, el cual le regalaría a mi madre.
-Es verdad, espero que tu nuevo diseño quede igual de bonito que los demás que has hecho- Mencionó mi padre con una sonrisa.
La realidad es que, a pesar de que entre a un taller que era exclusivamente para mujeres, rogué demasiado a la profesora para poder cursar este taller. Mi abuela me había enseñado sobre el arte de tejer y hacer hermosos diseños, de los cuales mi madre presumía con sus amigas, yo me sentía satisfecho con ello, y mi papá se sentía contento al tener un hijo que amaba hacer lo que le gustaba, sin tener miedo a lo que pudieran decir las personas al respecto.
Después de disfrutar un delicioso desayuno y hablar con mis padres, me despedí de ellos y salí de mi casa para poder encontrarme con mi mejor amigo Hoseok, siempre esperaba todas las mañanas para poder irnos juntos a la universidad, no teníamos las mismas clases, pero al menos podíamos estar juntos en la hora del almuerzo.
- ¡Hey! Hobi buenos días- dije mientras caminaba hasta donde él estaba.
-Buen día pequeño oso, hoy te has levantado temprano, ¿alguna novedad? - dice, mientras me sonríe y me da un pequeño abrazo.
- ¡Por supuesto que hay novedad! -Exclamó- Hoy termino mi costura y por fin la puedo entregar para poder pasar este semestre- Contestó, mientras empezamos a caminar hacia la parada de autobús.
-No recordaba que los lunes son tus talleres y que estás obsesionado con hacer diseños, deberías trabajar de ello- Mencionó, mientras sonreía.
-Debería, pero mi madre piensa que es mejor trabajar de lo que estoy estudiando, así puedo tener mejores ingresos, claro si tengo algún problema económico voy a recurrir a mi segunda opción- Conteste, mientras llegábamos a la parada, Hobi solo me sonrió y esperamos en silencio el autobús que nos llevaría a la universidad, usualmente hablábamos demasiado como dos cotorras que habían ingerido un kilo de chocolate, pero al ser lunes, Hobi se encontraba callado, lo cual era normal, él odiaba ese día, y más porque le tocaba clases con la maestra Kang, cada lunes se quejaba en cómo la maestra lo odiaba por haber defendido a una de sus compañeras y no dejar que la humillara en frente de toda la clase.
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Por fin era la hora del almuerzo, detestaba las primeras horas porque siempre el profesor empezaba hablar sobre la clase y terminaba hablando de otro tema que no tenía nada que ver con el tema principal, para así al final dejar una cantidad exagerada de tarea y calificarnos con la calificación mínima.
Suspiro cansado, lo único que quería era ir a comer algo para poder seguir con mis horas siguientes y por fin ir a mi taller que tanto amaba. Me di cuenta que mi teléfono estaba vibrando en mi pantalón, así que sin mas lo saque y me di cuenta que era un mensaje de Jin, enviándome una imagen del viaje escolar que había tenido con su clase, era una linda fotografía de Jin sosteniendo lo que era un pescado algo grande, él amaba la pesca así que era imposible que no pescara si había algún lugar cercano para hacerlo.
- "Hyung, ese pescado es ENORME, espero que nos puedas traer algo del viaje, y no quiero un llavero ya tengo muchos en mi casa"- contesté, mientras caminaba por los pasillos sin mirar quien caminara delante de mí, y fue una mala idea hacerlo, porque en ese preciso momento choque con alguien y ese alguien no era para nada agradable hablarle.
-Oh, lo siento, no miraba por donde caminaba- hablaba demasiado apenado mientras hacía una reverencia, al momento de alzar mi rostro me di cuenta que era el príncipe Jeon Jungkook, futuro rey de Corea. Me sentí nervioso así que lo único que pude hacer fue dar dos pasos hacia atrás, tenía miedo, él en ocasiones tenía un gran temperamento y no sabía lo que podía hacerme.
-Para la otra no andes mandando mensajes mientras caminas, sería peligroso- Contestó, mientras se iba hacia la cafetería, pareciera que andaba de mal humor, pero su trato fue amable. Hoy él estaba solo, por supuesto su mejor amigo está en el mismo salón que Jin, así que los dos estaban en el mismo viaje.
Solté un suspiro y seguí mi camino; al entrar a la cafetería visualicé a Hobi sentado en la misma mesa de siempre con dos charolas de comida, así que simplemente fui a sentarme junto con él y poder comer en paz.
- ¿Sucede algo? - preguntó con un tono de preocupación, supongo por mi cara de aún asustado.
-Choque con el príncipe Jeon hace un momento, pensé que cortaran la cabeza en ese momento- Conteste, con un tono bromista a lo que Hobi simplemente rió negando la cabeza.
-Eso te pasa por andar mandando mensajes mientras caminas- Contesto, yo solo reí, porque digamos que esto sucedía un par de veces al día. Le quité importancia y seguí con mi desayuno. No sé porqué, pero mientras comía, sentía como alguien me miraba y así durante todo el almuerzo, no quise buscar quien me miraba, pero pareciera que mi pequeño amigo se dio cuenta.
-Por cierto, Jeon no te quita la mirada de encima, ¿Seguro que no fue un golpe fuerte? - Preguntó, yo negué y busqué con la mirada donde se encontraba, cuando pude ubicarlo, nuestras miradas se encontraron por unos segundos, él simplemente se levantó con su bandeja y se fue, yo me quede con miles de dudas que al final del día serían resueltas y con eso comenzaría una larga historia.
