|•| Capitulo VII |•|

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MARATÓN (Parte 2)

¶ 17 Años ¶

El sol invernal me molestaba, habían corrido las cortinas de mi habitación y eso logró despertarme. Estaba tan frío que ni la luz me convenció para salir de la cama, estaba cómoda entre las sábanas tibias y la esponjosa almohada que mamá me había comprado la semana pasada.

Era una paz, una Tranquilidad amortiguadora.

Hasta que Anna entró corriendo y se puso a saltar sobre mi cama.

-¡Es el día, es el día!- gritaba. Se tiró encima de mí y me destapó. Busqué las mantas con mi mano, pero las había apartado hasta dejarlas al borde de la cama. Genial, ahora debía levantarme.

-¿De qué estás hablando, enana?- le pregunté irritada. Los ojos azul verdosos de Anna brillaban de emoción, algo la tenía muy emocionada. Algo que yo no podía recordar.

-¡Es el día!- repitió. Le tire el cabello y la boté al suelo. Se quejó un buen rato hasta que al fin se quedó callada.

- Ahora que estás calmada y no estás aplastándome, me dirás de que bendito día estás hablando.

-¡Es el cumpleaños de Jack!- exclamó.

Claro, era el cumpleaños Copito.
Lo había olvidado por completo. O al menos eso intenté.

-¿Y por eso me despiertas?- le gruñí. Anna ya tenía catorce años y aún seguía siendo bastante infantil. Elena cuidaba de ella como si fuera su hija, como Emma se había marchado hace algunos años a España para estudiar, consolaba su tristeza en velar por la felicidad de Anna. De cierta manera eso me gustaba, ni Elena ni Anna sufrían, se tenían la una a la otra cuando más se necesitaban.

- Si, es que ya es un adulto.¡Ahora es un hombre!- gritó otra vez. Iba a dejarme sorda antes que cumpliera los 18.

-¿Y que se supone que era antes?- ambas miramos hacia la puerta, dónde Jackson se apoyaba en el umbral con los brazos cruzados sobre su pecho. Iba en pijama al igual que Anna, tenía el cabello despeinado y se notaba de lejos que recién había despertado.

- Eras un hada- le dediqué una sonrisa burlona y él me devolvió una mirada asesina. Tuve una larga discusión con él después de que me regalará a Copo de Nieve, le expliqué que todos estos años creía que el hada de las galletas me las dejaba frente a mi puerta cada vez que me sentía mal.
Le dije que era un acto muy dulce de su parte, pero que no lo hiciera más Hasta que se me pasará el enojo por lo de Olaf, que si quería mi perdón unas simples galletas no bastarían.
No rechistó y me hizo caso, como todas las cosas que le pedí después de ése día.

- Lo importante es que ahora soy un hombre...

- Y mi chófer- agregué rápidamente. Anna estalló a carcajadas.

Cuando Jack fue a dar su examen para conducir, se puso tan nervioso que terminó por atropellar a las ancianas de maniquí que colocaban en la pista, pinchó un neumático y vivió su primer choque en el que destrozó toda la parte delantera del auto. Seguía siendo el mismo desastre como conductor que a los quince años.

El auto que papá le regaló para sus 16 seguiría estacionado en el porche una temporada más.

- Al menos tengo un auto- me dijo. Entró a mi habitación y se sentó sobre la cama- Y una pijama decente.

Cásate Conmigo -Jelsa-Where stories live. Discover now