— Tus deseos son órdenes, bella dama.— Habló tendiendo su mano, sonreí un poco sonrojada y entrelace nuestros dedos, salimos de la habitación para ir abajo.

Bajamos las escaleras tomadas de la mano, al bajar vi a un Rafael con una bolsa de hielo en la cabeza, su frente estaba recargada en la mesada de la cocina, no pude evitar reír, Juliana estaba sentada en otro asiento bebiendo un café, fue entonces cuándo deseé uno

—¡Hey! ¡Buenos días!— Un sonriente Thomas saludaba amable con una sonrisa, tenía un sartén en su mano, al parecer estaba cocinando, la casa estaba hecha un desastre aún.

— Hey Thomi, ¿qué tal tú mañana?— Pregunté amable, el sonrió algo coqueto.

— De coña eh, me he levantado de la cama con este tío encima,— Solté una carcajada y Juliana igual, Rafael estaba rojo de la vergüenza.

— Pero no ha pasado nada. Ya quisieras, Rafa.— Agregó poniendo un plato con huevos en la mesada a Rafael, mi amigo sonrió tímido, mientras Thomas le guiñaba un ojo.

—¿Desayunan?— Preguntó Thomas divertido.

(...)

—¿Entonces es así cómo se pasa un día junto a ti?— Pregunté soltando una risita, Calle asintió rápidamente comiendo un hot dog.

Recién llegábamos a Central Park, pero antes de venir aquí hicimos una parada a mi casa, me duche y me preparé para venir con Calle, mi papá no estaba pero la ama de llaves dijo que pregunto por mí en la mañana.

Después de eso llegamos aquí con Calle, pero ya era algo tarde por lo que nuestro estómago pedía comida, así que compramos unos hots dogs, me estaba cantando este día y sólo habíamos comido un hot dog, era gracioso pero lindo.

—¿No te gusta?— Preguntó Calle de pronto con carita confundida y triste, sonreí y me acerqué a ella, dejé un beso en su comisura que tenía ketchup.

— Cualquier cosa a tú lado es increíble.— Mencioné dejando un corto beso en sus labios, ella sonrió y eso me hizo feliz.

— Bien, porqué ahora vamos a ir a volar un cometa.— Habló emocionada bebiendo de su refresco, reí negando.

—¿En qué momento se te ocurrió eso?— Pregunté curiosa, ella sonrió pícara.

— Justo ahora.— Dijo soltando una risita, amé el sonido de su risa en ese momento.

— Vamos entonces.— Contesté con una sonrisa gigante.

(...)

—¡No espera! ¡Calle, te vas a caer! ¡Deja de correr!— Grite viéndo a Daniela corriendo con un cometa color rojo por el campo libre del parque, me preocupaba que se cayera.

—¡Mira! ¡Está muy alto ya!— Gritó en respuesta, alce mi vista y efectivamente el cometa estaba muy alto.

—¡Ven aquí!— Pidió con una sonrisa de un niño impaciente y feliz.

Corrí y llegue hasta ella, una vez llegue me pidió que tomará el hilo del cometa, lo tome y ella se colocó detrás de mi para tomar mis manos igual, así las dos volabamos y dirigíamos el cometa, no podía dejar de sonreír.

Volamos el cometa entre risas y varias caídas del cometa, las risas no faltaban y eso era lo que llenaba mi corazón, después de un rato decidimos dejar el cometa, ahora estábamos en una heladería cerca del parque.

Yo había ido a comprar los helados, Calle se quedó en la mesa haciéndo no sé qué, me acerqué sigilosamente para querer asustarla pero...

— Ya sé que estás detrás de mí.— Mencionó sin voltear, solté una risita sentandome en la mesa.

—¿Eres médium y presientes las presencias?— Bromeé dándole su helado, ella sonrió.

— Tal vez.— Respondió encogiendose de hombros, negué con mi cabeza lamiendo mi helado, sentí una mirada.

—¿Qué?— Pregunté a Calle, ella sonrió lamiendo su helado de chispas.

— Nada, sólo recuerdo... Cosas.— Me ahogue en ese instante, a lo que empecé a toser, Calle me auxilio dando toques en mi espalda, una vez recupere el aire hablé.

— No puedes hacer eso, menos sí estoy comiendo, puedo morir por eso.— Hablé nerviosa, Calle soltó una carcajada echando su cabeza atrás.

— Perdón, pero de pronto se me antojó.— Explico de lo más tranquila, mientras yo estaba roja cómo un tómate.

— Bueno cambiando de tema,— Calle soltó una risita pícara.— Ten.— Agregó extendiendome un trozo de servilleta, lo tome entre confundida y divertida.

— Leelo.— Pidió comiendo de su helado, entonces así lo hice, parecía cómo un poema.

Su alma había estado en muchas épocas pasadas,
Pero jamás había encontrado su época favorita en una persona,
su alma se perdía en la época de su sonrisa,
se perdía en la época de su mirada,
se perdía en la época de sus ganas.
Sabiendo que esa época viviría siempre en su memoria.

Terminé de leer y juro que era lo más hermoso y poético que me habían hecho, no podía dejar de sonreír cómo toda una idiota.

— Calle, esto es muy hermoso. ¿Tú lo escribiste?— Pregunté anonadada, ella asintió algo tímida, me acerqué a ella hasta sentarme en sus piernas, no me importaba la gente.

— No puedo decirte algo así de lindo,— Ella quiso hablar pero no la dejé.— Pero sí te puedo decir que eres mi época inmarcesible.— Finalice para dejar un cálido beso en sus labios.

Y así empezó...































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Nomás digo que de aquí para allá habrá mucho amor, babys de closet ;)

Pinche Wattpad no me dejaba actualizar

El que no comente es hetero :)

Gracias por el apoyo ❤

Inmarcesible || TerminadaWhere stories live. Discover now