Eclipse

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(***)

Llegó; después de correr lo suficiente al fin llegó a casa de Joaquín, su respiración era agitada y antes de insertar la llave su mano tembló. Su corazón palpitaba rápidamente y tenía miedo. Realmente su madre y Niurka no eran tan amigas cercanas, pero, no tenía que mentir, eran parecidas en actitud.

Una vez ingresó al lugar y caminó a la sala de estar, Alma y Elizabeth se mantenían platicando seriamente, María respiró profundamente pero en silencio y caminó hasta ellas.

—Al fin llegas... Ve a empacar tus cosas y vámonos—la voz de su mamá era clara, Eli tenía la mirada agachada, no pudo hacer nada.

Alma había llegado y por más que Elizabeth Gress tratara de convencerla sobre lo que realmente pasó en esos meses, ella no le creyó.

—Pero, mamá...—su voz quedó al aire y toda la valentía que tenía se desvaneció una vez que sus miradas se cruzaron—Compermiso, voy a empacar

Las lágrimas salieron y al entrar en la habitación que compartía con Renata, vio a Joaquín con una mirada triste, por un momento olvidó que debía hablar con él.

—¿Aún lo amas?—esas palabras hacían que cada vez se sintiera peor, primero lo de su madre y ahora Joaquín sabía lo que le dijo a Emilio

—No... Bueno sí, pero no como piensas, Emilio y yo estuvimos juntos un año y es obvio que tenemos un vínculo fuerte... Pero ahora solo somos amigos—se apresuró a decir, Joaquín la miró unos segundos y asintió, le creía, le creía porque él tenía ese mismo sentir—Lo amo, pero no como antes lo amaba

—Lo sé... Te entiendo y lo sabes—su sonrisa la tranquilizó—Escuché a mi mamá hablar con la tuya, fue Niurka la que le llamó y le llenó la cabeza de muchas cosas. Mi mamá intentó hacerla razonar peor no pudo, lo siento.

—No es ni tu culpa ni la de tu mamá. Es mía por no aclarar las cosas desde un inicio, sabíamos que nos estábamos metiendo en un lío, pero al menos ayudamos un poco a Emilio ¿No?—Sonrió un poco para aligerar el ambiente, sacó sus maletas y comenzó a llenarlas con sus cosas—Lamento que terminara así

—Tampoco es tu culpa, galletita. Sólo nos volamos la barda un poco con nuestro plan, pero ten por seguro que hubo algo bueno de esto—el menor comenzó a ayudarle a empacar, y sus manos cruzaron un momento—Emilio ya no se dejará de su familia, logramos un poco nuestro cometido.

—Tienes razón...—La puerta se abrió y Renata entró a su habitación—Ren, yo...

—Lo sé... Perdón por reaccionar así, solo que Joaquín es mi hermano y no quiero verlo sufrir—el nombrado sonrió enternecido—¿Necesitan ayuda?

Entre los tres ayudaron con el equipaje y se dirigieron a la primera planta, ambas señoras estaban en la puerta y el ambiente pesado entre ellas era evidente.

—Gracias por recibirme en su casa, Eli—La abrazó y ella le regaló una sonrisa sincera. Después abrazó a Renata—Te voy a extrañar, enana.

—Y yo a ti, Mari. Fuiste la hermana que siempre quise—correspondió al abrazo, al final miró a Joaquín y contuvo el llanto

—Te voy a extrañar, Joaco—lo abrazó muy fuerte, para poder transmitirle todo lo que sentía—Mucho

—Y yo a ti, galletita—se separaron lentamente, sin poder hacer nada más.

Venganza [Joaria, Emiliaco]Where stories live. Discover now