Inmarcesible || Terminada

Capítulo 10

—¡Vamos a perrear malditos! ¡Nada nos detiene está noche!— María José rió al ver a su amiga.

Se veía muy linda y se notaba que ya había empezado la fiesta sin ella, lo decía por una guirnalda que colgaba de su cuello y unos anteojos con luces de colores, además su estado de notaba que tenía unas copas encima ya.

—¿Empiezas la fiesta sin mi? Me siento estafada.— Habló María José cruzandose de brazos, mientras alzaba una ceja, su amiga rió a carcajadas.

— Vamos, la limusina espera y tú amigo Rafa ya empezó la fiesta conmigo ahí dentro.— María José negó con su cabeza y tomó su bolso, miro su teléfono y decidió dejarlo en el cajón de la mesita de noche.

—¡Amiga está noche va a estar de pelos!— Gritó una eufórica Juliana gritando, María José rió y siguió a su amiga.

Ambas una vez pisaron la calle vieron la limusina afuera, era color blanca y se escuchaba música muy fuerte adentro, un Rafa con una botella de champán salió del techo de la limusina.

—¡Mis amores! ¡Pensé que no vendrían! ¡Vámonos que una sorpresa que contacte nos espera!— Habló un emocionado Rafael a sus amigas, ambas entraron y Rafael de inmediato abrazo a la morena.

— Toma.— Le tendió un un pequeño vaso con alcohol, María José negó rápidamente.

— No voy a tomar está noche, chicos.— Los chicos hicieron abucheos a la morena.

— Baby, disfruta. Deja todo de lado y vive la vida, vamos sólo uno y ya.— Mencionó Juliana divertida, María José miró el trago y lo tomo en su mano.

—¡Pochas! ¡Pochas! ¡De una ese trago carajo!— Gritaban los chicos, la morena tomó el contenido del vaso de un sólo trago, hizo una mueca al terminar el trago, los chicos gritaron eufóricos.

—¡Eso! ¡No vamos a sobrevivir está noche!— Gritó un Rafael, mientras la limusina avanzaba a la dirección dada por el pelinegro.

(...)

El trío de chicos llegaba recientemente a la dirección, ambos se vieron con asombro al llegar a una mansión, se bajaron de la limusina y fueron a tocar la puerta, el anfitrión de la fiesta abrió la puerta, el fuerte ruido de la música no podía faltar.

—¡Joder que ha llegado mi amigo favorito!— Exclamó un chico alto, cabello rizado color castaño, sumamente atractivo, lo que más cautivaba de su físico era el color azul de sus ojos y sus labios muy apetitosos para probar.

—¡Thomas! ¡Mira que he quedado cómo imbécil al ver tú casa!— Contestó Rafael dándole un abrazo a su amigo más un apretón de nalga, Thomas rió divertido.

— Señoritas, un placer. Me llamo Thomas Rossier.— Se presentó el chico haciendo una breve reverencia.

— Mucho gusto guapo, me llamo Juliana Sedán y mi amiga María José Garzón.— Respondió una Juliana con una sonrisa amistosa, después de esa presentación todos pasaron a la fiesta.

La casa estaba llena de gente, había luces de neón por todos lados, una pista de baile en medio de la gigante mansión, había máquinas de humo dándole un toque a la pista de baile, luces en el techo, una banda con pintura fluorescente, música y alcohol por todos lados.

—¡Bienvenidos a mi fiesta!— Exclamó Thomas, mientras los chicos sentían cómo varias personas llenaban de pintura sus cuerpos, unas guirnaldas y varios shots de vodka que debían consumir.

—¡Esto apenas comienza!— Gritó una eufórica María José,  tomando su último shot de vodka de la pequeña bandeja que había traído.

Entonces todo se descontrolo, Rafael bailaba con un extraño en la lista dandola toda, Juliana ya estaba más que ebria y ahora le comía la boca a un chico en un oscuro de la casa, María José ahora bailaba muy sensualmente con una bella chica, todos alababan los bailes eróticos de las chicas.

Entonces la chica de tez blanca beso a María José enfrente de todos los espectadores, María José ni lerda ni perezosa correspondió el beso tomando a la chica de la cintura, los gritos alrededor se escuchaban cómo la música que las envolvía.

Entonces...

Una castaña separaba bruscamente a la morena de la chica para cargar a la morena cómo costal de papas en su hombro.

Un ”Uuuuh” se escuchó en la fiesta, mientras María José se removía en el hombro de la castaña con fuerza.

—¡A la piscina!— Fue lo último que escucho María José antes de ser encerrada en una habitación de aquélla inmensa casa.

¡Se termina el maratón mis babys de closet!

100 votos ⭐ y actualizo más seguido ahre.

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