Regina: tranquilo, estoy seguro que le simpatizaras.

Le dijo Regina guiñándole un ojo.

Llegaron al departamento.

Regina: ya estamos aquí nana.

Esperanza salió a recibirlos.

Esperanza: que bueno que llegaron.

Regina saludó amorosamente a Esperanza.

Regina: nana, él es Daniel.

Esperanza: mucho gusto joven, mi niña me ha hablado mucho de usted.

Daniel: el gusto es mío.

Esperanza: sabe que su cara se me hace conocida? creo que lo he visto antes, pero no recuerdo en dónde.

Daniel: bueno quizás alguna vez nos cruzamos en algún lugar.

Esperanza: seguramente.

Regina: y Miranda?

Esperanza: se fue a lavar las manos.

Daniel se acercó y vio unas fotografías.

Regina: iré por ella, ya regreso, ponte cómodo.

Daniel le sonrió.

Esperanza: me alegra tanto ver a mi niña tan feliz, creo que se lo debo a usted.

Daniel: Regina es una mujer maravillosa.

Esperanza: si, es muy buena, la pobre ha sufrido mucho, vive solo para su hija y desde hace mucho no la veía tan ilusionada, por eso le pido que la cuide mucho, Regina es muy sensible y no tolera el engaño.

Daniel: lo sé, aunque llevamos poco tiempo de conocernos siento que la conozco de siempre, así que la haré muy feliz, cuidaré siempre de ella.

Esperanza: usted me da buena espina joven.

Regina le cepillaba el cabello a su hija.

Miranda: y quien vino a cenar?

Regina: un amigo.

Miranda: y está guapo?

Regina: Miranda!!

La pequeña empezó a reírse.

Regina: bien, vamos quiere conocerte.

Daniel: sólo tengo a mi madre.

Esperanza: al menos no está solo en este mundo.

Regina y Miranda aparecieron, pero la pequeña jugando se escondió tras su mamá.

Regina: Daniel?

Daniel se puso de pie.

Regina: mi vida, saluda a Daniel.

Miranda salió de su escondite y al ver a Daniel le sonrió, él correspondió a su sonrisa, se acercó emocionada a saludarlo.

Miranda: eres tú.

Daniel: eres tú.

Dijeron ambos a la vez mientras estrechaban sus manos.

Regina: haber! Cómo? Ya se conocían?

Daniel: sí.

Regina algo confundida quiso indagar al respecto.

Daniel: hace varios días nos conocimos en un hotel, nos cruzamos en el restaurante.

Miranda: me ayudo a tomar un vaso que esta muy muy alto, verdad?

Daniel asintió.

Esperanza: ahh ya me acordé entonces fue ahí que lo vi .

Daniel: eso parece.. y tu como has estado?

Miranda: muy bien, he sido muy buena verdad mami?

Regina: por supuesto que sí.

Esperanza: ay la comida, creo que algo se va a quemar.

Esperanza corrió hacia la cocina.

Miranda: hoy hice un dibujo padrísimo, quieres verlo?

Daniel asintió muy sonriente, la pequeña corrió a su cuarto.

Regina: todo imagine menos que ya se conocieran.

Daniel: es una niña muy dulce, aunque esa noche en el restaurante hablamos muy poco pude notar lo educada y adorable que es, ya veo de quien lo heredó.

Regina le sonrió y se sentó a su lado.

Regina: Miranda es lo más hermoso que la vida me dio, a veces me vuelve loca con sus travesuras pero no sé qué sería de mi vida sin ella.

Daniel: pues tiene suerte de tenerte como mamá.

Daniel besó la mano de Regina y cuando iba a besarla en los labios apareció de la nada Miranda.

Miranda: es este!

Daniel: oye está precioso!

Miranda: esta es mi mamá y esta soy yo, y la casa es donde vivimos con mis abuelitos.

Regina: a propósito de eso, en los próximos días iremos por algunos de tus juguetes para llevarlos al departamento.

Miranda: y también mi cama?

Regina: no! Te compraré una nueva.

Miranda: que padre! Voy a tener dos camas.

Daniel: te vas?

Regina: si! Es esta tarde firme un contrato por un año por la renta de un departamento.

Esperanza: Miranda, ven ayúdame con la mesa!!

Se escuchó desde la cocina; Miranda corrió hacia Esperanza.

Regina: yo vivía con mis padres y me fui de allí por las diferencias con mi hermano, y después de hacer las paces con él se me ocurrió que era el momento de tener mi propio espacio.

Daniel: es un gran paso, y está muy lejos?

Regina: no, bastante cerca de la casa y la constructora, nos ayudarías con la mudanza?

Le dijo Regina con un tono coqueto.

Daniel: por supuesto.

Daniel besó a Regina.

EL GIRO DE LA VENGANZAWhere stories live. Discover now