Lo observé de reojo con detenimiento, queriendo abordarlo con todas mis preguntas pero sin poder hacerlo, y sólo sintiendo mi cabeza doler por el tumulto de dudas que embargaron mi mente en ese preciso momento.

      -     Llámame supersticioso, pero sí, lo soy. Así que, mañana mismo me voy de aquí.

Me miró intensamente durante algunos cuantos segundos con la preocupación y la tristeza mezcladas en sus facciones masculinas.

      -     Sinceramente no quisiera hacerlo, pero siento que debo.

Suspiró por último, se dio media vuelta y entró de nueva cuenta al local, cerrando la puerta tras de sí y dirigiéndose a su laboratorio con los hombros caídos y la cabeza agachada, los ojos aguados mirando el suelo por el que caminaba.

¿Cómo me sentía en ese momento?

Realmente no lo sabía, estaba confundido, eso es totalmente verdadero, el sueño que me había contado mi dueño fue, sin dudas, extraño pero al mismo tiempo había creado más dudas y sentimientos de miedo en mi interior. Si mi propio dueño no sabía su significado, yo mucho menos lo sabría. Y ahora pienso que ojalá Adham volviera a visitarme, extraño realmente decirle mis dudas a ese hombre-minino que consideraba mi amigo, pero hacía algunos días que no había aparecido por aquí y creo que todo es debido a la presencia de mi castaño de ojos avellanas. Y de hecho, no le he agradecido a Adham el que haya guiado a Frank hacia mí aquella primera vez que nos encontramos.

La mañana se fue en un abrir y cerrar de ojos.

Y vi llegar a Frank a lo lejos, a la misma hora del día de siempre.

Él ahí y yo aquí.

Se veía tan lindo, algo usual en él por supuesto. Ahora traía entre sus manos aquel libro de pasta blanca y grandes letras negras, no traía consigo su mochila ni su vaso de "Café". Lo admiré durante unos segundos, analizando sus ropas igualmente negras que las mías y pienso que tenemos gustos similares en cuanto a vestimenta.

Desde que llegó, sus ojos chocaron con los míos y una sonrisa surgió repentinamente en sus labios al ver la curvatura sugerente de los míos. Lo observé sentarse en aquella peculiar banca con las mejillas ligeramente coloreadas de un tono rosáceo y vi claramente como un 'Te amo' se formaba en sus labios sin emitir sonido alguno, dirigido directamente hacia mí y sé que si pudiera hacerlo, estaría sonrojándome en ese preciso instante por su lindo gesto.

Verlo me produce la divina sensación de tranquilidad y confianza. No me importa si no puedo hablarle ni escuchar su voz, justo como cuando lo observaba desde mi vitrina sin que él advirtiera mi presencia y justo como en este momento.

Con sólo posar mi mirada esmeralda en su figura única, es lo único que necesito para sentirme realmente bien. Hipnotizarme con la manera en que sus labios forman palabras mientras lee su libro en alguna página incierta, es bastante normal en mí, y clavar mi atención en su suave respirar, en la manera en como su pecho sube y baja lentamente en un ritmo constante y tranquilo. Ver como suspiros involuntarios deja escapar desde el interior de su cuerpo al leer fragmentos que llaman su atención, es inevitablemente atrayente. Y es que él me encanta, él me fascina sin ninguna duda. Me encanta delinear su rostro con mi mirada, dibujando su contorno con el pensamiento, sintiendo un cosquilleo inusual en la yema de mis dedos por querer tocar nuevamente su piel como lo hice anoche. Aún tengo su aroma impregnado en cada poro de mi piel y en cuanto lo veo con detalle, estoy seguro que su aroma lo siento brotar en el aire alrededor de mí, creando una atmósfera única.

Alza la mirada hacia mí, dejando de lado su libro.

Supongo que mi mirada es tan intensa que él puede sentirla a la perfección desde su posición y creo que debería pedirle perdón porque lo distraigo de su tan concentrada lectura, pero no es mi culpa, es simplemente inevitable hacerlo y es un impulso llano de mi ser.

Human-Doll; frerard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora