— Pero solo son tres sacos, no es mucho.

— ¿lavar, secar y planchar te parece poco? No, te digo está bien esto.

— No creo que sea justo, tardarás varias horas aquí. — hizo un ligero mohín con sus labios.

— Un par a lo mucho. — respondió lo más seguro posible.

Su estabilidad estaba por los suelos, estaba hablando con su amor casi imposible como si fuesen novios; Kaminari preocupado y el restándole importancia. ¿Qué hacía que se sintiera así de desequilibrado? Pues mirar sus hermosos ojos, recorrer cada centímetro de su rostro y llegar a esos llamativos labios rosas. ¡Maldición! Trató detener cualquier pensamiento impuro, pero poco a poco llegaban. ¿Cómo se sentirán alrededor de-?

— ¡Mierda!

— ¿Perdón?

— ¡Ah! ¿eh? No, nada. Yo... am... es que solo pensaba en que mataré a Monoma después de esto.

— ¡Oh! Bueno, igual creo que fue muy lindo de tu parte asumir esto. Sé que ambos son amigos y ciertamente parece que son muy unidos, es muy admirable de tu parte.

La vida le estaba jugando una mala pasada, por una parte, estaba queriendo matar a monoma por pedirle tal atrocidad, pero también quería saltar de alegría e ir a contarle que por sus descuidos estaba recibiendo halagos de su solecito.

— Tampoco es para tanto — sonrió nervioso — pero, por si puedo preguntar — sintió algo amargo correr en su interior — ¿por qué tomaste el lugar de Bakugou?

— Es mi amigo, él tenía planeado salir con su novio el día de hoy, así que no podía tener un castigo.

— Oh, ya veo... — los cielos le sonrieron.

Hubo un silencio cómodo entre los dos. Kaminari sostenía las prendas de sus compañeros entre las manos y Shinsou un trapeador, un balde con agua y unos cuantos trapos. El rubio le volvió a sonreír y el peli-violeta trataba de no lucir nervioso.

— Bueno ... Trataré de avanzar mi parte, aquí en la escuela. Quitaré algunas manchas en el lavamanos. Así podré esperarte, recuerda, debemos comprar los botes restantes.

— Me parece bien. — le mostró una sonrisa sincera.

— Shinsou...

— ¿sí?

— ¿No crees que deberías quitarte el saco? Podría ensuciarse.

Miró por unos segundos su saco, luego alrededor del salón. — Tienes razón.

Poco a poco fue retirándose el saco, pero el dilema era ver donde lo colocaría, ya que todo estaba revuelto y en algún descuido podría caerse y solo empeoraría su trabajo.

— Puedo cuidarlo si gustas. Estaré aquí junto. — ofreció amablemente

— Claro. — dijo con tanta seguridad, pero por dentro, estaba temblando como gelatina.

Shinsou le entregó la prenda y así dieron por finalizada su conversación; el rubio dio media vuelta y él comenzó a remangar su camisa para dar paso a la limpieza del salón. 



























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Estaba a punto de terminar, ya había hecho la mayor parte del desastre. Todo lo que restaba era quitar pintura de algunos estantes, sin embargo, como había pasado unas horas, debía hacerlo con un disolvente especial, lo cual le tendría que hacer llevar otro viaje al lugar del armario. No estaba tan mal, de paso podría ver si Kaminari terminó su parte.

ShinKami- OS +18Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ