Ariel: es maravilloso tener a mis tres hijos juntos.

Miranda: y yo que abuelito?

Ariel: ya voy princesa, déjame terminar, a mi esposa y a mi adorada nieta.

Todos chocaron sus copas.

Alejandro: quiero compartir algo con ustedes.

Lorenza: hijo, cuéntanos.

Alejandro: tomaré un año sabático.

Todos se vieron entre sí, aunque Regina y su hermana ya lo sabían.

Regina: y que vas a hacer durante ese tiempo?

Alejandro: me gustaría ayudar en lo que se pueda, a cada uno de ustedes.

Ariel: me parece muy bien, pero hijo, porque tomaste esa decisión?

Alejandro: tengo dudas y si mi misión es seguir siendo un representante de Dios, así será, aunque en realidad lo comprobaré durante este tiempo que este alejado de la iglesia.

Lorenza: sabes que cuentas con nosotros para lo que necesites.

Ariel: puedes quedarte el tiempo que quieras, esta es tu casa.

Lorenza: estaré feliz de que tú y Regina puedan al fin vivir bajo el mismo techo sin peleas.

Regina: mamá, no pensaba tocar el tema todavía, pero lo estuve pensando, y creo que es ya es hora de hacer mi vida a parte con mi hija.

Ariel: de que hablas?

Regina: hice cita para ver mañana un departamento.

Lorenza: hija, pero esta casa es enorme, mi nieta y tú tienen su lugar.

Regina: lo sé mamá, pero es hora de independizarme.

Alejandro: si es por mi yo puedo rentar un departamento cerca.

Regina: no es por ti, es por mí, por Miranda, es hora de que ambas tengamos nuestro propio espacio, además el que me gusto está muy cerca de aquí, y estoy segura que lo tendré.

Ariel: si eso te hace feliz hija, hazlo.

Lorenza: pero Ariel.

Ariel: mujer, nuestra hija tiene razón, no puede estar todo el tiempo pegada a nosotros, además si estarán cerca, podremos visitarlas cuando quieran, verdad?

Regina: por supuesto.

Sofía: entiendo la preocupación de mi mamá porque eres su pequeña, pero me alegra que quieras dar ese gran paso, mañana veras el departamento?

Regina: sí.

Alejandro: quieres que te acompañe?

Regina: por supuesto.

Lorenza: ni modo, este momento tenía que llegar, y cuando te iras?

Regina: todo depende de que pueda cerrar el negocio mañana mismo.

Después de la cena mientras todos veían fotos familiares, Regina se alejó un poco, estaba muy pensativa.

Sofía: te pasa algo?

Regina: nada, estoy bien.

Sofía: te conozco perfectamente.

Regina: bueno es que se trata de Daniel.

Regina le contó a su hermana la frialdad con la que Daniel la había tratado ese día.

Daniel no podía dormir, cuando cerraba los ojos sólo veía a Regina.

Daniel: no, no, tengo que dejar de pensar en ella.

Sofía: te gusta no?

Regina: muchísimo, cuando lo tengo cerca me siento muy bien, es algo que jamás había sentido.

Sofía: entonces no lo dejes ir, háblale de lo que sientes, lo peor que puede pasar es que te rechace, piensa que al menos lo habrás intentado.

Regina: tienes razón, además siento que de alguna manera me corresponde.

Al día siguiente Regina entró a la oficina de Daniel, cuando este abrió la puerta se cruzó con ella.

Daniel: el ser la hija del dueño te da derecho de infringir en mi oficina cuando quieras?

Regina: no! Eso le molestaría muchísimo, pero si vas a quejarte adelante, no me importa.

Daniel dejó sus cosas en el escritorio.

Daniel: que pasa contigo?

Regina: que te pasa a ti?, pensé que te importaba algo, pero, me lastimaste ayer cuando fuiste tan indiferente conmigo, solo te faltó cerrarme la puerta en la cara.

Daniel: y que crees que sentí yo cuando te vi llegar acompañada y bien abrazada de otro.

Regina: de que hablas?

Daniel: ayer cuando llegaste después de la comida, viniste acompañada de un hombre que poco te faltó besar cuando se despidió de ti.

Regina: ahh es por eso que te portaste tan grosero.

Daniel: sé que no tengo por qué enojarme, por que no tenemos nada, pero me importas demasiado.

Regina: tú también me importas y mucho, pero te aclaro que ese hombre no era ninguna conquista, es Alejandro, mi hermano.

Daniel la miró algo incrédulo.

Daniel: por qué mientes? Me dijiste hace unos días que la relación que tienes con tu hermano es pésima.

Regina: si, eso te dije, pero me buscó hace poco e hicimos las pases... no me crees?

Regina sacó el teléfono de su bolsa, abrió la galería de fotos y le enseñó un par.

Regina: mira.

Esta fotografía es de hace 10 años, aquí estoy con mis hermanos, y en esta otra también, sólo que es de anoche, la tomamos en el mismo lugar, quería compartirte que después de mucho tiempo recupere a mi hermano, pero si no te importa lo que sienta o pase conmigo está bien, puedo entenderlo.

Regina guardó el teléfono y se dio la vuelta para irse, caminó hacia la puerta, él la tomó suavemente por el brazo para deternerla y sin dudarlo un instante la besó.

EL GIRO DE LA VENGANZAWhere stories live. Discover now