"Aquel tipo estaba comiéndose a una persona"

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Me paré en seco un rato después. Me di la vuelta y empecé a caminar por donde venimos.

-¿Adónde vas?-gritó Minho, ya que estaba en la otra punta de la calle.

-¡A buscar a mi hermano!

Lo sentí correr y después me cogió el brazo, haciéndome girar hacia él.

-¿Y cómo vas  a encontrarlo, eh?

-Como sea. He visto una de esas maquinas poli, podríamos seguirla. A lo mejor pasa cerca de donde está Thomas, dondequiera que esté.

Me miró un segundo, pero después asintió lentamente. Sonreí.

-Gracias.

Y empecé a caminar otra vez, con todos los demás también.

+++

Vimos una máquina poli, a lo lejos, y decidimos seguirla, se metió por una calle y la perdimos de vista. Después se oyó un tiroteo. Empecé a correr hacia allí.

-¡Faith!-oí que gritaban-. ¡Vuelve! ¡Faith, vuelve!

Llegué allí y vi la máquina poli elevarse hacia el cielo. Thomas estaba allí. Corrí a abrazarle y le tiré al suelo. Me quedé encima suyo abrazándole.

-Em... ¿Faith?

-¿Sí?

-¿Puedes quitarte de encima?

-Oh, claro.

Me levanté y justo en ese momento, los demás llegaron. Me fijé en el Camisa Roja tirado en el suelo, y Minho al verlo, paró en seco.

-Dios... ¿Qué ha pasado?-se fijó en Thomas-. ¿Y tú? ¿Estás bien? ¿Has hechot tú eso?

Me entraron unas ganas absurdas de reírme, y parece que a Thomas también.

-Sí, saqué mi arma y le hice estallar en pedacitos.

A Minho pareció no hacerle gracia la broma, pero Brenda habló antes pidiendo explicaciones.

-Aquí ocurre algo extraño, muchachos-dijo Jorge.

-¿A qué te refieres?-dijo Thomas.

-Es como si hubiera desaparecido todo el mundo en la última hora, y los pocos que he visto no tenían muy buen aspecto.

-La escena de la cafetería ha dispersado a la población-señaló Brenda.

Jorge se encogió de hombros.

-No sé. Esta ciudad me pone los pelos de punta, hermana. Como si estuviera viva y fuera a desatar algo muy desagradable.

-¿Podemos salir si nos damos prisa? ¿O escapar sin que nadie nos vea?

-Podemos intentarlo-respondió Brenda a Thomas-. Será mejor que encontremos un taxi, porque estamos en la otra punta de la ciudad.

-Intentémoslo.

+++

Terminamos alojados en un motel, ya que no había taxis, y nos fuimos a la mañana siguiente hacia el iceberg.

-Probablemente deberíamos ir por ahí-dijo Brenda-. Tiene que haber taxis cerca de esas oficinas.

-Macho, estoy fucado de la cabeza ahora mismo-le dijo Minho a Thomas.

-No te preocupes.

-Vale. Y en cualquier momento vomitarás la cura para el Destello.

-Quién sabe, a lo mejor. Aunque olería raro-¿En serio Thomas?

-Gracias por los ánimos.

+++

Un hombre sin camisa estaba de espaldas a ellos, encorvado sobre algo, escarbando con las manos como si hubiera perdido algo en el barro e intentara encontrarlo. Unos extraños arañazos le cubrían los hombros y una larga costra le atravesaba la columna vertebral. Sus movimientos eran entrecortados... Y desesperados. Sus codos no dejaban de saltar hacia atrás como si arrancara algo del suelo. Los altos hierbajos impedían ver el centro de atención del hombre desesperado.

-Sigamos-dijo Brenda.

-Ese tipo está enfermo-comentó Minho-. ¿Cómo se le habrá ido tanto?

-Vamos-dije.

Al final de la calle, me giré para volver a ver al hombre, y sin previo aviso, se volvió. Tenía la boca y la nariz llenas de sangre. Retrocedí y tropecé con Newt. El hombre enseñó sus dientes con una sonrisa desagradable y levantó sus manos ensangrentadas como para enseñárselas. Iba a gritarle cuando volvió a agacharse para retomar lo que sea que estuviese haciendo.

-Este sería un buen momento para irse.

+++

Tardamos media hora en coger un taxi, pero al fin nos dirigíamos al iceberg. Quería hablar de lo que habíamos visto, pero no podía expresarlo con palabras. Minho fue el primero en sacar el tema:

-Aquel tipo estaba comiéndose a una persona. Lo sé.

Brenda sugirió que a lo mejor era un perro callejero, pero no se lo creía ni ella misma.

-Estoy seguro de eso no es algo que debas ver durante un bonito paseo por una ciudad en cuarentena y en pleno día-se burló Minho. Yo no le veo la gracia-. Creo a Gally. Tengo la certeza de que este lugar se está abarrotando de raros y pronto se matarán unos a otros.

+++

Un rato después estábamos en el iceberg, viéndolo todo revuelto. Habían entrado y habían dejado todo patas arriba. Qué considerados.

-Déjame que la encienda o empezaremos a sudar hasta que no quede más que un montón de piel y huesos-dijo Jorge. Y se fue a la cabina de mandos.

Después de un rato, estábamos todos sentados en los dos sofás.

-¿Dónde van los raros, Brenda?-pregunté.

-Lo llaman el Palacio de los Raros.

Me quedé pensando.

-Quiero ir.

Todos se giraron hacia mí.

-¿Te has vuelto loca?-me dijo Jorge.

-No me tires de la lengua-comentó Thomas.

-Quiero ir-repetí.

-Lo siento, Faith-dijo Brenda-. Me temo que eso no será posible.

Suspiré resignada. Supongo que tenía que admitir que era una mala idea.

-Bien.

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Hola, hola, hola.

Espero que os esté gustando la novela. ¡¡¡Ya somos 15K!!! Que ilusión :')

¡Quiero comentarios! :(

elefantevale, sé que estás ahí xD (?) me encantan tus comentarios de otras novelas, es gracioso, leo una novela y un comentario tuyo :)

Another story (Newt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora