👑Capítulo XV👑

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Estuve con los corceles durante un par de horas y luego regresé al castillo para darme un buen baño. Después de salir de la bañera y de vestirme con ropajes cómodos, me acosté en el lecho, en donde permanecí el resto del día.

No bajé para ayudar en lo que pudiera, tampoco para hablar con las mujeres o a la hora de la cena, me mantuve pensando en cada una de las palabras dichas por la horrorosa hija del duque y también en las de mis compañeros.

Sabía que me estaba torturando, pero no podía evitarlo.

No era capaz de apagar mi mente.

— Señorita, ¿se encuentra bien? — Preguntó Dorothy, una de las cocineras con la que más hablaba.

Comenzaba a creer que era tan distraída que no me daba cuenta cuando alguien más se encontraba en mi habitación. Era eso o estaba perdiendo la audición porque tampoco escuché que ella tocara la puerta y eso era algo que siempre hacía. Cualquiera de las dos opciones me daba bastante igual, no era como si tuviera algo importante que ocultar.

— Sí, solo estoy cansada. — Ella apretó los labios y supe que no me había creído.

— Señorita, las otras mujeres y yo estamos preocupadas por su bienestar. Usted nunca ha dejado de ir a hablar con nosotras y he visto que no se ha alimentado. — En aquel lugar ella era lo más cercano que tenía a mi mamá. — ¿Desea que traiga al médico?

— No es necesario, pero le agradezco. — Murmuré con dificultad.

No deseaba llorar, pero sentía demasiadas emociones y ninguna de ellas era agradable. Los recuerdos negativos no dejaban de volver a mi cabeza una y otra vez y eso, acompañado con la presión que sentía, me estaba quebrando.

— Lo siento. — Murmuré cuando las lágrimas comenzaron a caer sin que pudiera detenerlas.

Desde ese momento no pude parar de llorar. Mi llanto aumentó cuando Dorothy me rodeó con sus brazos y comenzó a acariciar mi cabello de forma tranquilizadora.

— Esa mujer es horrible. No le hice nada, no le he hecho nada a nadie desde que llegué aquí. — Balbuceé en medio del llanto. — Quiero irme a casa, quiero volver con mi familia.

— Cálmese señorita. — Susurró con suavidad.

— No, no. — Negué con la cabeza. — No puedo más, ya he soportado suficiente.

— La hija del duque siente malestar por su cercanía con el rey. — Siguió acariciando suavemente mi cabello. — Usted no ha hecho nada, señorita, no debe llorar por las necias palabras dichas por esa mujer. La señorita Charlotte está cegada por su sed de poder y riquezas.

Ella estuvo consolándome hasta que mis lágrimas cesaron y me tranquilicé, solo entonces salió de la habitación para ir a prepararme algo de comer. Dorothy había insistido en que debía alimentarme aunque fuera un poco o de lo contrario podría enfermarme y me obligaría a tomar una infusión que no me gustaría.

Después de unos pocos minutos regresó con una pequeña bandeja de madera que contenía un poco de pan, pollo y frutas, la cual dejó sobre la cama antes de marcharse. Una vez que me encontré sola, volví a acostarme en la cama.No tenía apetito, pero lo que sí poseía era un cansancio emocional que me estaba matando. Lo único que quería hacer era dormir y olvidarme de todo durante unos segundos, cosa que sucedió antes de que pudiera probar un bocado de lo que Dorothy dulcemente me había llevado.

No supe cuándo, pero estaba segura de que había escuchado que alguien tocaba la puerta, sin embargo, no pude levantarme y abrir porque mi cuerpo se sentía pesado. Lentamente volví a dejarme llevar por el cansancio y no abrí los ojos hasta que la pesadez desapareció.

Destino Medieval© EE #1 [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora