👑Capítulo X👑

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— ¿Todo está bien? — Con la elegancia que lo caracterizaba, Malek hizo un movimiento de manos para que las mujeres salieran del comedor.

Esa silenciosa orden me había puesto de los nervios y sentía que mi corazón iba a colapsar debido a lo rápido que latía. No podía dejar de preguntarme si buscaba que estuviéramos a solas porque tenía que decirme algo importante o porque alguien le había dicho que era una espía y pensaba matarme allí mismo.

— ¿Qué sucede? — Murmuré.

— ¿Cómo se encuentra? — Me miró como si estuviera esperando una respuesta positiva y agradable.

— ¿Me está diciendo que todo esto fue solamente para saber cómo he estado? — Asintió mientras trataba de contener una sonrisa que amenazaba con escaparse de sus comisuras. — Gracias por asustarme. — Sonreí forzadamente. — He estado aburrida, ¿y usted? — Sus ojos se entrecerraron.

Estaba segura de que preguntaría por el significado de aquella palabra que le resultaba desconocida.

— ¿Aburrida? — Asentí sonriente.

Era divertido tener que explicar algo tan simple como lo era el aburrimiento y que él, al no tener ni idea de lo que significaba, se viera muy interesado.

— Sí. Cuando no tiene nada que hacer, con quien hablar o algo que ver, eso es el aburrimiento. — Él asintió lentamente.

— ¿Y usted está aburrida? — Malek estaba muy atento a cada uno de mis gestos y movimientos.

— Así es. — Volvió a asentir.

— ¿Cuándo está conmigo se encuentra aburrida? — Mi ceño se frunció levemente porque no esperaba que me hiciera una pregunta así.

— No, no me aburro cuando estoy con usted. — Él sonrió ladeadamente, viéndose vanidoso.

— Termine de alimentarse, saldremos del castillo para que no esté aburrida. — Se acomodó en la silla con la intención de esperar a que terminara de comer.

— ¿Usted no se alimentará? — Sus ojos se entrecerraron un poco, como si estuviera ordenándome que no dejara de comer. — ¿A dónde iremos?

— ¿Quiere que me alimente con usted? — Asentí rápidamente.

Como Malek no había tenido pensado sentarse a cenar, tuvo que esperar a que las mujeres ingresaran para ver si deseábamos algo. Una vez que tuvo su plato repleto de comida y su copa llena de vino, volvió a ordenarles a las mujeres que salieran.

— No me ha dicho a dónde iremos. — Lo observé por el rabillo del ojo antes de bajar la mirada y tomar un poco más de pollo que había en mi plato.

— Podríamos recorrer los alrededores del castillo, ir al pueblo o montar a caballo. — Mi cabeza se levantó como si tuviera un resorte.

— ¿Ha dicho montar a caballo? — Asintió con lentitud. — Por favor, por favor, vamos a montar a caballo. Jamás he ido a cabalgar, ¿sí? Por favor... — Malek me observaba con diversión y escuché una pequeña risa nasal por su parte.

— Aliméntese, debemos ir a montar a caballo. — Con eso dicho, ambos cenamos en silencio mientras me carcomían las ansias por ir a montar por primera vez.

Luego de cenar y reposar un poco para evitar tener percances, nos dirigimos hacia los establos. Estaba muy emocionada por estar cerca de un caballo por primera vez y Malek parecía ilusionado por presentarme a sus corceles.

Cuando llegamos al lugar pude contar unos seis caballos, pero no fui capaz de verlos bien hasta que comenzamos a caminar frente cada uno de los espacios.

Destino Medieval© EE #1 [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora