👑Capítulo VI👑

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— Elizabeth, está caminando al lado del rey. Quiera o no, ellos la observarán y hablarán de usted aunque crea que no es así. — Si lo analizaba, su argumento tenía un buen punto.

— Bueno... En ese caso, me adelantaré un poco. — Elevé un poco mis comisuras y asentí antes de comenzar a caminar.

Cuando ya había dado un par de pasos para tener una distancia marcada, sentí que su mano rodeaba mi muñeca y tiró de ésta hacia él. Como fue algo tan repentino perdí el balance y creí que me caería al suelo, pero no fue así. Había cerrado los ojos con fuerza para esperar un golpe que nunca llegó, en su lugar aparecieron un par de brazos que me protegieron de una buena caída.

No podía verlo, pero sabía que estábamos más cerca de lo que era permitido, sentía su respiración rozar levemente mi mejilla.

— Lo lamento. — Susurró. — Puede abrir los ojos, Elizabeth, no voy a dejarla caer. — Abrí los ojos lentamente y me encontré con los suyos a escasos centímetros.

Tenía una mirada muy bonita, pero me obligué a dejar de pensar en eso. Cuando me encontré sobre mis dos pies pude ver que todos a nuestro alrededor nos observaban. Al voltearme para reñirlo pude ver la satisfacción que le causaba esa situación y entonces comprendía que eso era lo que él había querido, que toda la atención estuviera sobre nosotros.

Lo había hecho para molestarme y la sonrisa que se extendía por sus labios lo confirmó.

— Es un... — Apreté los labios, retrocedí y comencé a caminar por el mercado lo más rápido que podía.

Lo escuchaba gritar mi nombre y decir que me detuviera, pero no lo hice, al contrario, aceleré mis pasos.

Había sido una tonta al confiar en ese tonto. Era obvio que si iba con él a cualquier parte todos nos mirarían y Malek siendo el rey, trataría de tener la mayor cantidad de atención posible.

— Elizabeth, ¿ahora qué hice para que sintiera malestar hacia mí? — Preguntó cuando por fin pudo alcanzarme y sujetó mi brazo para que no pudiera avanzar más.

— Le dije que no me gustaba llamar la atención. — Me zafé de su agarre y crucé los brazos sobre mi pecho.

— No lo hice...— Dejó de hablar para pensar mejor en las palabras que utilizaría. — No deseaba causarle malestar, solo quería que dejara de temer. — Caminó hacia una de las viviendas cercanas y se recostó en su pared mientras se cruzaba de brazos.

Ninguno de los dos dijo algo más, únicamente nos dedicarnos a observarnos fijamente.

Si durante unos segundos olvidaba todo lo que había sucedido desde mi llegada y que era rey, Malek podría pasar como una persona normal. Él parecía estar cómodo en el pueblo y me había demostrado que sabía dónde se encontraba ubicada cada cosa, por lo que no puede evitar preguntarme cómo era eso posible. Era un rey, alguien ocupado que ni siquiera debió haber tenido una infancia normal.

— ¿Puedo hacerle una pregunta? — Me animé a quebrar el silencio que había entre nosotros.

— Adelante. — Dio un pequeño asentimiento.

— Siendo rey, ¿cómo es posible que conozca todo su pueblo? — Sus comisuras se elevaron. — ¿Ha salido del castillo sin autorización?

— No necesito autorización para salir. — Respondió de forma evasiva.

— Sabe a lo que me refiero. — Pasó la lengua por sus labios antes de abrir la boca para contestar.

— ¿También puedo hacerle una pregunta? — A diferencia de mí, él no esperó a que le dijera que sí o a que me negara. — ¿Por qué cubre su cabello? — Preguntó con el ceño fruncido.

Destino Medieval© EE #1 [En Edición]Where stories live. Discover now