Promesa

89 10 5
                                    

Pov Kurapika Kurta

La aldea Kuruta mi hogar. Siempre hemos estado alejados de todo por culpa de nuestros ojos.

"Los demonios de ojos rojos" así nos llaman de manera despectiva, aunque no es verdad, la habilidad de nuestros ojos es única pero también considerada maligna, el color rojo refleja muchas cosas, pero para nosotros es la irá y el dolor, debemos controlarnos, aunque a nadie le interesa porque nunca salimos de aquí, pero...yo siempre quise salir; conocer más allá, vivir aventuras, ver el mundo exterior y descubrir si era tan hermoso como aquel libro lo relata.

Pairo mi mejor amigo considerado como mi hermano, lamentablemente él puede ver muy poco, casi nada y de alguna forma es mi culpa porque por salvarme su vista se deterioró y se volvió débil. Hubiera muerto de no ser por él, le debo la vida, pero no puedo hacer nada por él, su vista empeora día tras día, se debilita poco a poco, esta también es una razón por la cual quiero salir, deseo que pairo se curé; estoy dispuesto a viajar por el mundo si es necesario para buscar al mejor médico que lo ayude y así aliviar su carga.

Hoy hable con él abuelo y no quiere que me vaya para evitar que la historia o más bien tragedia de los Kuruta vuelva a repetirse porque hace tiempo el clan casi desaparece completamente por culpa de los humanos que nos acusan de ser demonios solo por el peculiar color de nuestros ojos; como siempre pero en esta ocasión sólo quiero lo mejor para ellos y en especial para Pairo, quiero demostrar que podíamos vivir como unas personas cualquiera, normales, tener una familia afuera y ser felices sin necesidad de ocultarnos. Quiero demostrar que esto es posible y que sepan que no deben temer de nada ni de nadie.

El libro que siempre leo junto a Pairo fue un regalo y hasta ahora es el favorito que tengo, un presente de una mujer llamada Sheila que fue salvada por el clan y este fue la forma de expresar su gratitud hacia él, ahora conozco más gracias a ese libro, pero también mi curiosidad hacia el exterior creció.

. . .

Eh estudiado mucho y no es difícil porque es algo que me gusta mucho, convencí al abuelo de dejarme salir pero debía pasar un examen con diferentes pruebas, no fue complicado, lo supere con éxito, ¡Que feliz me sentía! Además de eso debía escoger a alguien con quien ir y la verdad ya tenía y siempre tendré un compañero...Pairo, él abuelo no quería por el problema de su vista aparte que no era alguien fuerte, pero para mí Pairo era el mejor y al menos quería que conociera más allá de este lugar, aunque no viera completamente era feliz con saber que salió al menos una vez y yo siempre estaría con él.

Debía ocultar mis ojos, aprender a controlarme para no revelarlos, pero...la ira que sentí cuando unos hombres trataron de humillar a Pairo fue tan grave que no pude controlarme, Pairo trato de detenerme, pero ni él mismo podía, no olvidaría como aquellos malditos hicieron sentir mal a Pairo por su discapacidad, les hacía sentirse bien humillar a los más débiles, su naturaleza así siempre será, los que estaban presentes primero nos apoyaron, pero cuando mis ojos cambiaron termino.

"Demonio" así me llamaron...pero solo él abrazo de Pairo me calmó ya que no quería que resultara herido por mi culpa, estuvo dispuesto a dar todos sus ahorros para que nos dejaran en paz, no merecían eso así que no lo deje, después de todo él es como mi pequeño hermano y siempre lo cuidaría.

Cuando regresamos a la tribu con todo lo que necesitamos me sentí culpable, no pude controlarme es decir...no cumplí con mi palabra, no podría salir más allá para buscar ayuda para pairo.

-Kurapika mira. - Pairo sacó de su bolso un espejo y pude ver mis ojos, estaban normales. -Pudiste controlarte Kurapika, el líquido que te dio el abuelo yo lo cambié solo por agua cuando según se me había caído, quería demostrarte que tú sólo podías controlarte- En verdad Pairo era increíble.

"En espera de tu regreso" [One-shot]Where stories live. Discover now