María José cerró sus ojos unos momentos disfrutando la cálida brisa que le ofrecían. De pronto dio un pequeño salto cuándo sintió unas manos en su cintura,escucho una risita en su oído y sonrió al descubrir a la castaña.

Tomó las manos de la castaña posadas en su cintura y recosto su cabeza en el hombro de la Daniela. Aquél pequeño y efímero momento,se convirtió en uno tan lindo y cálido que ni siquiera ninguna de las dos chicas se querían mover y romper ese pequeño momento que vivían.

—¿Qué me has hecho?— Murmuró Daniela en el oído de María José.— No quiero separarme de ti...— No lo hagas.— Interrumpió la morena rápidamente.

— Me encanta estar contigo.— Murmuró Daniela en un corto y lento suspiro.

— A mi me encanta estar contigo.— Respondió la peliazul con una sonrisa en su rostro y miles de mariposas en su estómago.

Un momento perfecto para un primer beso,pero algo o una voz no lo permitió,las chicas rompieron el abrazo para llegar a Staten Island y bajar del ferry para ver a la estatua gigantesca de color verde. Otros turistas que iban a ver dicha exhibición acompañaban a las chicas,pero aquéllas dos iban en su mundo.

Llegaron al lugar y ambas chicas miraban a la estatua hecha mujer color verde con diversión,Daniela de la nada empezó a imitar la pose de la estatua haciéndo que María José soltara una carcajada,fue entonces cuándo María José sacó su teléfono y capturó el momento.

Daniela hizo varias poses graciosas y María José no podía evitar reír,la castaña le pidió el teléfono a la morena y le dijo que posara con la estatua. María José sonrió negando con su cabeza y posó de una forma muy icónica,Daniela no pudo evitar reír mientras capturaba el momento.

— No es justo me veo cómo un minion.— Se quejó la morena haciendo pucheros,Daniela rió al corroborar en la foto,que María José se veía pequeña.

— Eres un pollito arquitectónico.— Soltó la castaña riendo tiernamente,María José hizo un puchero.

— Eres mi pollito.— Agregó la castaña dejando un beso en la mejilla de la morena,está se sonrojo notablemente haciéndo reír a Daniela. Después de un rato ambas volvieron a Manhattan para una siguiente parada.

(...)

—¿Comer palomitas en el tren es parte de una diversión?— Indago María José al verse en un tren con la castaña.

— Ujum.— Contestó una Daniela con palomitas en sus mejillas,María José rió.

— Bueno en realidad quería saber que se siente,y jugar un juego.— Daniela proponía eso con una sonrisa con la lengua entre sus dientes.

— Dime ese juego entonces.— Contestó María José riendo,dándole un suave empujón a la castaña con su hombro.

— Hay que adivinar o suponer la vida de cada una de las personas y ir a preguntar sí es cierto.— Soltó Daniela a la morena,María José soltó una carcajada.

—¿Estás loca? No podría hacer eso.— Se negó la morena rápidamente,Daniela hizo un puchero.— De acuerdo.— Aceptó la morena rendida con los pucheros de la castaña,Daniela aplaudió.

El juego empezó y Daniela acertaba casi todas (a propósito),para dejar ganar a la morena de vez en cuándo,pero es más que obvio que no podrías jugar ese juego con la muerte,aún así ambas chicas se divirtieron con ese loco juego.

De pronto el tren quedó vacío y sólo quedaban ellas aquél cubo rectangular metálico,habían pasado horas y ya era de noche,aquéllas dos no tenían rumbo y hablaban de todo y nada.

—¿Tú color favorito?— Preguntó Daniela a María José.

— El azul.— Respondió sin dudar la morena sonriente.

—¿Cosa favorita que te gusta hacer?— Indago la castaña balánceandose en los tubos del metro con María José detrás de ella.

— Pintar,leer,escribir.— Contestó la morena sonriendo.

— Una chica dotada me gusta eso.— Habló Daniela sonriendo parando su balanceo para ver a María José.

— Última pregunta y te toca a ti.— Mencionó Daniela pasando una mano por su pelo.

—¿Qué desearías hacer en este momento?— Preguntó María José sin más,Daniela sonrió negando y se acercó peligrosamente a la morena,María José aguantó la respiración.

— Besarte.— Respondió rozando sus labios con los de la morena.

Respiraciones cambiantes y el deseo de probar la conexión de sus labios se hacían cada vez más presentes. Fue entonces cuándo Daniela no aguanto más y unió sus labios con los de María José de una forma tímida y lenta.

El beso con el paso de los segundos tomó fuerza,Daniela enrendo sus brazos en la cintura de María José y la morena en el cuello de la castaña. Entonces ambas explotaron y se dejaron llevar por algo que ambas deseaban que era un simple roce de labios.
























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Inmarcesible || TerminadaWhere stories live. Discover now