Capítulo Veintiuno.

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¡Esperen!, ¡Bajen las armas, por favor, tengo una explicación!... Tome mucho en navidad (?) asdfghjklñ no soy buena para mentir, jajaja. Lamento haberlos hecho esperar mucho, pero prometo que hoy no dormiré con tal de escribirles. ¡No me maten! :(

- Gracias por traerme Sra. Ruzzo - se despidió Elliot antes de cruzar la calle para llegar a su casa.

- Mamá - giré para verla - ¿realmente te cae bien Elliot? - le pregunté mirándola directamente a los ojos.

- Conocí a sus padres - soltó.

- ¿Conociste?, ¿Por qué hablas en tiempo pasado?

No me contestó, algo estaba extraño.

- Pero que rayos - mamá abrió la boca bastante sorprendida al entrar a la casa.

- ¿Qué sucede mamá? - le pregunté mientras caminaba detrás de ella.

Mi casa no era la misma, o tal vez sí, solo que ahora todo estaba desordenado como si nos hubieran asaltado aunque, no se llevaron nada, es como si alguien hubiera entrado en busca de algo.

- ¿Quién crees que haya sido? - le pregunté a mamá mientras volteaba a verla.

No tuvo necesidad de responderme, su mirada lo decía todo, estaba seria con la vista perdida, ella creía que el causante de esto era mi padre, y ella no era la única que lo creía. Acomodamos un poco, hasta los jarrones más caros de la casa fueron destruidos. La habitación de Tyler estaba intacta las únicas que estaban patas arriba era la mía y la de mamá.

El espejo de mamá no había sido roto pero tenía algo escrito en él.

"No creas que te has salvado de mi, cielo. Con cariño tu amado esposo"

Era un sinvergüenza pero tenia que estar mas alerta, eso había sido una amenaza.

No pude conciliar el sueño durante toda la noche, sentía un miedo enorme al imaginarme que mi padre pudiera entrar por mi ventana y hacerme algo. Me levanté y me fui al balcón que estaba en mi pequeña habitación, abrí una caja que la nonna me había regalado en Navidad el año pasado. El título me iluminó la mirada: "Los hornos de Hitler".

Baje a la cocina para servirme un vaso de leche caliente cuando mi teléfono comenzó a vibrar, creí que eran mensajes de esos que te llegan sobre las noticias o sobre futbol. Subí a hurtadillas para que Tyler no se despertara. Me dirigí al balcón, mi teléfono volvió a sonar, me lo saqué del pantalón.

De: Número desconocido.

Te observo.

¿Qué?

Mi rostro palideció alguien estaba observándome, no de nuevo, la historia se repite.

¡Aléjate de mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora