Daniel entró a su oficina y se concentró en su laptop, su amigo Gabriel lo invitó a cenar fuera, quería celebrar su nuevo cargo en la clínica.

Después de terminar su jornada de trabajo de la tarde, mientras Daniel revisaba una carpeta junto a la secretaria.

Regina: me pides un taxi por favor?

Secretaria: si arquitecta, en seguida.

Daniel: como que taxi? Yo te llevo.

Regina: no quiero causarte más molestias.

Daniel: no lo haces, vas con tu hermana?

Regina: No! Voy al taller por mi auto, hace un rato me llamaron para decirme que ya podía recogerlo.

Daniel: entonces vamos... esta carpeta que vaya directo al jefe.

Secretaria: si ingeniero.

Daniel: Gracias.

Regina: hasta mañana.

Secretaria: hasta mañana.

Regina y Daniel subieron al elevador y fueron hasta el estacionamiento.

Miranda ayudaba a esperanza con la cena, y con el arreglo de la mesa.

Minutos después Regina y Daniel llegaron al taller, se bajaron del auto y entraron.

Regina: Buenas tardes.

Mecánico: arquitecta, que gusto verla por acá.

Regina: lo mismo digo, él es Daniel un amigo de la constructora.

Mecánico: mucho gusto señor, por acá para lo que necesite.

Regina: su trabajo es excelente, te lo recomiendo muchísimo.

Daniel: lo tendré muy en cuenta.

Mecánico: el auto quedó como nuevo, vengan conmigo.

Regina y Daniel siguieron al mecánico, caminaron hasta que se toparon con una camioneta blanca de 7 puestos.

Regina: tiene razón parece nueva.

Mecánico: los frenos están nuevos,  al igual que las llantas puede usted verificarlo.

Regina: no es necesario confió en su trabajo.

Mecánico: entonces voy la factura.

Daniel: es un hermoso modelo, te la regalaron tus papás?

Regina: no! Trabajé mucho para comprarlo yo misma, no te creas que por ser la hija del dueño de una constructora me regalan todo.

Daniel: no quise decir eso, perdóname.

Regina: bueno, es lo que muchos creen, no te niego que mi primer auto fue un regalo de mis padres, pero después lo que conseguía gracias a mi trabajo fue con mi propio esfuerzo.

Daniel: eso es muy bueno.

Mecánico: aquí está la cuenta.

Regina: vaya, es algo costosa, pero sé de la calidad de su trabajo.

Regina sacó su cartera y le pasó una buena cantidad de dinero.

Mecánico: uy, pereme no más le traigo su cambio.

Regina: por supuesto que no! Tómelo como una propina.

Mecánico: ay muchas gracias arquitecta, usted siempre tan buena gente.

Uno de los empleados del taller llevó la camioneta hasta la entrada y le pasó las llaves a Regina.

Regina: gracias por acompañarme.

Daniel: no fue nada.

Daniel se acercó a Regina con la intención de besarla pero cambio la dirección y le dio un beso en la mejilla.

Regina: adiós.

Daniel: te sigo, voy por el mismo camino.

Regina se subió y se marchó, unas calles después Daniel se despidió de ella tocando la bocina de su coche.

Regina llegó hasta el departamento de su hermana, y como siempre su hija la recibió con un fuerte abrazo.

Miranda: a que no sabes que cenaremos?

Regina: ummm pollo?

Miranda: No, huele.

Regina: es pastaaa!

Miranda: si!

Esperanza: vayan a lavarse las manos, ya voy a servir.

Regina y su hija caminaron hasta el baño y se lavaron las manos juntas.

Regina: a ver enséñame como quedaron?

Miranda le enseño sus manitas.

Regina; muy bien, mi vida.

Miranda: oye mamita, que tal si te busco un novio?

Regina que se estaba secando sus manos se dio la vuelta hacia su hija y la observó algo sorprendida.

EL GIRO DE LA VENGANZAOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz