Capítulo 25

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SAVANNAH:

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SAVANNAH:

Había pasado una semana, una semana en la que las cosas marchaban a la perfección. Marcus y yo solíamos vernos todos los días, no habíamos vuelto de manera "oficial" pero se podía decir que íbamos en buen camino. Mi relación con Samantha era mucho más sólida, incluso en ocasiones la palabra "mamá" se le escapaba a mitad de una oración. Podía decir que me encontraba feliz por el simple hecho de que estaba rodeada de las personas que más amaba.

— Vamos, con más fuerza — insistí a un joven licántropo que intentaba derribarme. Era media mañana y como todos los días me encontraba entrenando a algunos licántropos de la manada. Por más que me encontraba feliz, no se me olvidaba que una guerra que se aproximaba. Aquello me atormentaba todos los días, pensar en todo lo que se avecinaba consumía con totalidad mis días y noches.

El joven licántropo gruñó y se abalanzó derribándome en su forma lobuna, no me costó mucho sacármelo de encima: — eso estuvo bien, en otras circunstancias deberías haberme mordido en el cuello para luego arrancar mi corazón.

Sentí la presencia de Marcus en el campus, me giré sobre mis talones y sacudí mis rodillas llenas de tierra. Relamí mis labios al verle vestido con traje, había tenido una reunión en su casa con unos importantes Alphas de otras manadas. Él se acercó con una radiante sonrisa en su rostro, mientras saludaba a todos a su paso.

— Verte así es mi segunda cosa favorita — susurró llegando hasta mí y dejando un rápido beso en mis labios.

— ¿Ah, sí? ¿Y cuál es la primera? — se acercó, deshaciéndose del poco espacio entre ambos, tomó mis caderas y me pegó a su cuerpo. Me embriagué con su colonia, su cercanía me revolucionaba y no solo a mí, sino que a él también.

— Desnuda — susurró en mi oído. Encaré una ceja ante su desfachatez y lo miré fijamente, sus ojos verdes brillaban con una mezcla de diversión y deseo.

— Deberás esperar para eso, tengo trabajo aquí.

— Siempre puedes dejarlo... — insistió, aun sin soltar mi cintura.

— No lo creo, me gusta lo que hago.

— ¿Te cuento un secreto? — preguntó, enterrando su rostro en mi cuello. Asentí de manera pausada, para siguiese hablando —. Me encanta verte sudorosa, con esas mallas y top ajustado — hizo una pausa dejando un húmedo beso en mi cuello —, pero detesto como los demás ven lo que es mío.

Sonreí sin poder evitarlo, los años pasaban pero él seguía siendo igual de celosos y posesivo. Sentí como se alejó de mí para mirar mis ojos, dejé un beso rápido en sus labios, callándolo, y sin decir una palabra más me uní a los demás para seguir entrenando, era eso o terminar arrastrando a Marcus hacia mi casa o algún lugar privado.

— ¡Esta noche! — gritó a mis espaldas, recordándome nuestra cena.

Cuando el entrenamiento terminó me dirigí hacia la casa de Bestian, había quedado con ellos para "almorzar" y aproveché la oportunidad para tener en mis brazos a Galia.

Recuérdame. [SIMM #2.]Where stories live. Discover now