Puse de excusa que me sentía malita para cuidar de él. Se lo veía mejor pero quiero estar bien segura.
Además no quiero dejarlo solito.
/-Espera, espera, ahora.
Apareció frente a mi un hermoso chico, con auriculares y un tapa ojos, tenía todo el pelo desarreglado y parecía que tenía fiebre.
_Qqqquuuui.... /-Es tu ser estupida acércate. Mi que?.
/-Tu pareja eterna.
Me acerque lentamente pero su voz me freno.
-Quieta porque no me voy a poder controlar.
Bien, ni que me fuera a rogar.
Tome de mi escritorio colores y lápiz, me senté en frente de él, un tanto lejos.
El no me sacaba la mirada de encima, sus ojos son de color gris al igual que su pelo, se ve tan tierno.
Cuando mi dibujo estaba terminando, fije mi mirada en su rostro realmente se ve mal.
-Ppppuedo vvveerlo?. _Claro.
Lo giré lentamente para dar más intriga, realmente se parece mucho.
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_Te gusta?. -Si me encantas, digo me encanta. Su carita se puso roja, realmente no se si es por la fiebre o por mi.
Puse agua fría en un plato hondo y tire unos paños para que se humedeciera.
Me acerque aunque se escuchaban sus quejas por todo el lugar.
Termine de acercarme, lentamente puse paños en su cabeza, abrió sus piernas y me puso entre ella.
Sus manos se apoyaron en mi cintura, y dijo.
-Me estas matando, ay Dios que hago.
En su cabeza habían dos orejas de gatito, tiernamente las acaricie, son tan suaves.
-Mmmm no lllo hagas, déjalas así.
Su cara estaba toda roja, y sus orejitas pedían atención.
Se acosto en la cama y me llevo con el con sus piernas. Quede a su lado, su cabeza se puso en mi pecho y cerró sus ojitos. No resistí y empecé a acariciar de nuevo sus orejas. Se empezó a remover extraño, su cara está completamente roja, y de la nada apareció una cola de gato al final de su culmina. Lo atrapé con mi cuerpo para que se quedara quieto.
Lentamente mi mano tocó su colita súper suave .
El chico empezó a respirar agitadamente. Sus labios estaban fruncidos, y su rostro aún seguía rojo.
Seguí acariciando y a él se le escapó un ronroneo. _Te sientes un poco mejor?. -Ssssi.
El sueño abrumó todo mi cuerpo, cerré despacio mis ojos y caí en los brazos del dios griego.
