Día 1

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Era la mañana del primer día de cuarentena. Exactamente, eran las 8 AM.

Los chicos se estaban preparando para sus clases en línea que empezaban a las 9 AM. Todo era pacífico hasta que...

—MALDITA SEA.— gritó Keith desde al baño haciendo que todos se voltearan a ver unos a otros.

—¿Ahora que hiciste, Gerald?— Le preguntó Mary, mientras se pintaba las uñas.

—No me mires a mí. Yo no hice nada está vez.— dijo Gerald, relajado mientras miraba la TV.

De repente, un enojado Keith con solo una toalla en la cintura llegó a la sala, mojando el piso debido a que su cabello chorreaba demasiado.

—HIJOS DE LA...

—¡Sin maldiciones!— lo regañó Catarina, saliendo de la cocina.

Mary y Gerald empezaron a reírse en cuanto vieron al azulado Keith. Alguien le había puesto tinte al acondicionador de Keith.

—¿Quién fue?— preguntó Keith, más calmado.

—Esta vez no hice nada.— respondieron Gerald y Mary a la vez.

—No les creo. Ustedes aprovecharían cualquier momento para hacerme una broma.

De repente, un Alan rosado aparece.

—¡Jajaja! ¿Por qué no usaron un verde en Keith?

—¿Para qué?— preguntó Catarina.

—Para que sean Cosmo y Wanda.— Gerald empezó a reírse por su mismo chiste. (Ross: Para los que no entendieron el chiste, busquen Cosmo y Wanda de los Padrinos mágicos en Google).

Él era un único que se estaba riendo.

—Cuándo encuentre al culpable voy a...— Keith no pudo terminar la frase.

—¿Qué me vas a hacer?— preguntó Raphael.

—¿FUISTE TÚ?— preguntaron Keith y Alan al unísono.

—¡Si!— afirmó el pelirrojo.— Les queda bien esos colores.

—¡Claro que no!— respondieron los presentes.

—¿De dónde sacaste los tintes?— preguntó Mary, tocando el pelo rosado de su prometido.— No me gusta tu nuevo look.

—Los encontré en el sótano.

—¿Este lugar tiene un sótano?

—Y también un ático... Con muchas arañas.

A Catarina y a Mary les dió un escalofrío que recorrió por toda su columna vertebral.

—¿Cómo nos quitamos el tinte?— le preguntó Alan a Raphael.

—No lo sé, no es mi problema.

—¡Pero estamos en este problema por tu culpa!— gritó Keith, totalmente exasperado.

—Pues en las botellas decía que no era duradero, que en un par de días se cae el tinte.

—¿DÍAS?— gritaron Mary, Keith y Alan.

—¿Tú por qué te sorprendes? Si no es tu problema.— le preguntó Gerald a Mary.

—¡Pero es el de Alan!

Una luz iluminó a los hermanos Stuart y a Keith... ¿Mary se estaba preocupando por su prometido por primera vez? ¿Realmente lo ama? ¿Ya dejará en paz a Catarina?

—¿Desde cuándo te preocupas por él?

—¡Es mi prometido!

—Awww Mary, que lin...— empezó a decir Catarina.

Solo serán 40 días [Hamefura/Bakarina] [Historia transferida]Where stories live. Discover now