Chapter 24

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Los chicos se dirigieron hacia la cabaña de Hopper, quién no los recibió con los brazos abiertos.

—¿En qué estaban pensando ustedes?—Hopper enfrentó a los jóvenes frente a él.—¿Cómo se les ocurre meterse con esa cosa?! ¡Pudieron haber muerto!—Hopper arremetió contra los chicos, por sus acciones

Eleven tenía sus razones. La pelea contra el Deshuellamentes no sería tan fácil, pues le había demostrado que tan capaz era en un enfrentamiento.

—Max nos necesitaba.—Eleven respondió, tratando de hacerle entender a Hopper las razones que la llevaron a auxiliarla.

Max se encontraba junto al cuerpo de Billy, que se encontraba recostado en una cama. La chica esperaba que sus plegarias fueran escuchadas por alguien. Billy significaba todo para ella, pues una parte de él había generado un nexo profundo entre los dos, a pesar de la influencia del Deshuellamentes.

Hopper decidió dirigirse hacia los jóvenes, procurando que la chica pelirroja no escuchará su conversación. Hopper trató de empatizarse con la situación, pues sabía que Jane tenia sus razones justificadas.

—Odio tener que decirlo en un momento como éste...—Hopper comentó en voz baja, tomando asiento en su comedor.—Pero solo miren el cuerpo de ese chico. Me atrevo a decir que se encuentra en una etapa de descomposición muy avanzada.—Hopper suspiró.

—Él está vivo.—Mike respondió con rapidez.—El Deshuellamentes lo admitió. Solo que regresarlo a la vida sería muy difícil. Requiere de un sacrificio bastante grande por parte de El.—Mike se sinceró.

—Buscarlo entre sus recuerdos será muy difícil. Su consiente está reprimido por el Deshuellamentes, pero eso no significa que esté muerto. Su cuerpo genera reacciones físico químicas por el lugar en donde estaba; la temperatura, la flora y la fauna del otro mundo.—Dustin habló, tratando de convencer a Hopper.

—¿Y si se queda atrapada entre sus recuerdos?—Hopper realmente temía por Eleven.

Max se unió a la conversación.

—Ella no irá.—Habló la pelirroja.—Yo iré por Billy.—Max respondió, aclarando la situación.—Estoy lista.

Hopper negó, recio ante el plan que querían ejecutar.

—Esto puede pasarte a ti también, Maxine.—Hopper trató de convencer a la chica de no ir.—Cualquiera puede correr peligro.

—Es un riesgo que estoy dispuesta a aceptar.—Max estaba segura de su decisión.—No puedo dar marcha atrás.—Enfatizó la chica, volviendo nuevamente junto al cuerpo de Billy.

—Ninguno vaya a entrar a la habitación.—Advirtió Eleven.—Encontraremos a Billy.—Eleven estaba segura de que se lograría el objetivo.

Eleven decidió reunirse junto a Max, cerrando la puerta de la habitación.
La joven encendió el televisor, produciendo el sonido estático que le ayudaría a teletransportarse a las memorias de Billy.

Ambas se cubrieron los ojos, pues Eleven ejercia una función de conducto a la mente del joven.

—Toma su mano.—Eleven habló, antes de realizar su conteo mental.

Max acato sus órdenes.

—Relajate...—Eleven pronunció.—En tu menta, cuenta hasta diez. Cuando termines, yo estaré junto a tí...

Max tenía un poco de miedo en su interior. La chica dió comienzo al conteo en su mente.

“...siete, ocho, nueve, diez...”

Max abrió sus ojos, encontrándose en una laguna. La chica se puso de pies, tratando de visualizar sus alrededores.

—¿El?—Max exclamó, tratando de encontrar a su amiga en la oscuridad del lugar.

A lo lejos, puedo ver a Billy, recostado en la cama. Max trató de correr hacia a él, pero el agua le impedían avanzar.

Había tensión en el ambiente. Una energía negativa que lograba su influencia en Maxine.

La cama se hacía mas lejos. La chica no podía alcanzar a Billy.

—¡Ya casi, Billy!—Max respondió.

Mientras Max corría, la chica pisó en falso. Una corriente de agua la hundió por completo al fondo. El agua comenzaba a entrar por su nariz.

Max gritó. Se sentía impotente. No podía salir del fondo.

Frente a ella, pudo visualizar un recuerdo. Era el estacionamiento de su casa.

Billy parecía esperar a alguien. Max pudo verse así misma, saliendo de su casa. Llevaba un vestido con encajes y unos zapatos de charol.

Max pudo recordar de qué se trataba; La noche del Baile de Invierno. Después de sus enfrentamientos pasados, Billy había generado cierto respeto por su hermanastra, luego de que está casi le pagará con un madero rodeado de alambres puntiagudos. Esa noche, tenía el compromiso de llevar a su hermanastra a la secundaria, para el baile.

Max había entrado en ese recuerdo.

Ambos se encontraban sentados en el auto, camino al baile.

Billy se encontraba en silencio, con su atención puesta en el camino.

—¿Billy?—Max rompió el silencio.

Billy permaneció en silencio, tratando de no entrar en comunicación con la pelirroja.

—Ven por mi a las doce.—Max le recordó.—No lo vayas a olvidar.

—Bien.—Billy respondió con seriedad, mientras encendía un cigarro.

Max sabía que se encontraba en un recuerdo. Todo lo que dijera, podría pasar desapercibido.

—Me alegra saber que recuerdas este momento.—Max aclaró su garganta, tratando de mantener la compostura.

Billy le miró con incomodidad.

—¿De que estás hablando, Maxine?—Billy preguntó, confundido ante las palabras de la chica.

—Yo...—Max habló con voz temblorosa.

La respiración de Max comenzó a acelerarse. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. La chica comenzó a sollozar, desesperada por dar con el paradero de Billy.

El recuerdo se había manipulado.

Billy detuvo el auto, estacionándose a un lado del camino.

—¿Qué te sucede, Max?—Billy se preocupó por la chica.—Si quieres, podemos volver a casa. No tienes que ir, si te sientes incómoda.—Billy habló.

Max le miró a los ojos. Él, a pesar de su distanciamiento en el pasado, se preocupaba genuinamente por ella.

—Solo quiero que sepas, que lamento todo lo que ha pasado.—Max se disculpó, por sus diferencias en el pasado.

Billy permaneció en silencio, inexpresivo ante lo que sucedía.

—Solo quiero que el camino nos lleve a casa...—Max deseaba con ansias regresar con él al mundo real.—Mientras yo esté aquí amándote, nadie podrá lastimarte.—Max tomó la mano del joven.

Billy le miró a los ojos, pudiendo familiarizarse con las palabras de Max.

La chica lo había encontrado en uno de sus recuerdos, donde solo ambos eran los protagonistas. Los ojos del chico comenzaron a llenarse de lágrimas.

Billy cerró sus ojos, dejando caer un par de lágrimas.

El recuerdo se iba desvaneciendo.
La piel de Max se pulverizaba, al igual que la de Billy.

—Jamás me olvides, jamás...—Billy sabía que pronto todo terminaría.—Te amo, Max.—Billy habló, antes de desaparecer.

Autumn Leaves (Max Mayfield y Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora