Esperanza

15

- Ese equipo es muy malo - se quejaba el alfa menor

- Tú no sabes de equipos, a veces tienen buena racha, a veces no, ese es un buen equipo -

- Siempre que lo veo contigo, pierden -

- No lo digas de esa manera -

- Mira, mira - señalaba la pantalla - es que son...-

- No lo digas Aaron -

- Acéptalo pa es bien malo tu equipo -

- Que ¡No! -

Los alfas no pudieron seguir su "conversación", la alfa, se había puesto de pie en medio de ellos y el televisor con su cara de enojo odiaba los gritos como esos parecían dos niños pequeños.

- al comedor - dijo en tono amenazante

- Pero amor - hizo ojitos el alfa

- dije, al comedor, no quiero peleas aquí y menos con Liam presente - el menor sentía avergüenza ajena pero al mismo tiempo reía por dentro, el comportamiento de su novio era el de un niño.

- Liam, cielo, trae el pastel - los dos alfas como niños permanecían en silencio, con sus manos en sus piernas y sentados apenas mirándose, después del un regaño de su madre, el lobo de Aaron movía su cola como un cachorrito entusiasmado al ver a su pequeño tesoro traer un pastel y dejarlo en el centro de mesa

- ¡Feliz cumpleaños! - dijeron los dos al tiempo, cantaron la típica canción sorprendiendo al par de alfas que miraban con hambre y atencion el enorme pastel.

Leia, partió el pastel para los cuatro en medio de anécdotas y risas.

- Por cierto Aaron, en una semana serás el alfa de esta manada -

- Así que tú y tu madre irán por el traje de presentación, mañana -

- Liam, ¿te puedo pedir un pequeño favor? que vigiles a los niños por favor, las otras maestras están ahí y te ayudarán en caso que algo pase, pero mi curso no va a tener tutora, ¿te podrías quedar hasta que yo llegue? -

- Sí, ahí estaré, ¿cuáles son las actividades? -

- Durante la hora que yo no esté tiene que completar las vocales con bolitas de papel, ellos ya saben cómo hacerlas, la guía está en el estante al lado de la ventana, si terminan deben dejarla secar afuera y si aún no he llegado ponles a jugar afuera-

- bien, entonces allá estaré -

- Gracias, cariño - Liam durmió esa noche en la que había sido su habitación, le gustaba lo calentita que era, se habia divertido todo el día y ahora estaba muy cansado sobre todo a la hora del pastel, ya que habían tenido ciertos percances con él.

La mañana siguiente se levantó y alistó en su pequeña casa, hoy estaría con los niños, no le gustaban pero le apenas no hacer el favor a la mujer, se puso algo suelto, el alfa lo llevó hasta el parvulario donde fue recibido con abrazos por los pequeños, duraron mucho tiempo en terminar las cinco vocales, la había llegado en el momento indicado ya que no quería sacarlos, fue a su trabajo y como siempre empezó a atender con la sonrisa que lo caracterizaba, amaba su trabajo, aún más porque podía comer dulces de vez en cuando. Aarón luego de comprar el traje, había pasado todo su día con el alfa practicando todas las palabras que usaría el día de la ceremonia.

- ¿Qué hay de tu pareja Aaron, saldrás sólo? - el joven agachó la mirada, tenía cierta vergüenza y miedo de lo que dijera Liam -Ya le puedes decir - escucho hablar a su lobo al tiempo que levantaba la mirada a su padre

- La verdad papá, Liam y yo estamos saliendo hace unos días, él no lo quiere revelar nuestro noviazgo sino hasta que yo sea el alfa -

- ¿cuándo fue exactamente qué pasó? - la emoción del alfa no conocía límites en ese instante, pero se mantenía lo mas calmado posible, quería bailar, saltar y abrazar a su hijo.

- El día de nuestro cumpleaños, apenas ustedes se fueron le pedí que fuéramos pareja y el aceptó -

- Ya veo, para ese día, tienes que pedirle que esté junto a ti cuando te nombre -

- Sí, papá, voy a intentar que venga, no lo quiero incomodar - Marcus asintió

- ¿Cuando vendrá a vivir aquí?, Recuerda que apenas te hagas alfa, nosotros saldremos a nuestra casita en el pueblo y la mansión será toda suya -

- El día que me nombres el vendrá, no quiere incomodar, ya sabes cómo es -

- A ese chico ¡sí! lo acepto - Aaron rió ante el comentario de su padre, hasta su lobo lo aceptaba y eso le alegraba.

El gran día había llegado, todas las personas se reunían en la plaza frente a la iglesia del pueblo

Todos los años (de cambio de alfa), una persona diferente del pueblo hacia el cambio entre el alfa y el nuevo alfa, esto para que la comunidad se sienta unida a sus alfas y para saber cuánta confianza tenía el pueblo en ellos era de suma importancia. Esta vez le había tocado a un hombre mayor.

Frente a la iglesia que tenia la función de biblioteca se encontraba el hombre, al lado derecho de él los alfas y al lado izquierdo Aaron y Liam.

- buenas tardes, Hoy celebramos el cambio de alfa como cada ciclo que la diosa luna lo permite, - leía el hombre - hoy el alfa Marcus y la alfa Leía Bloodmoon dejarán su cargo - estos agacharon la cabeza en modo de respeto al pueblo

- Para dar paso al nuevo alfa Aaron y su pareja Liam Bloodmoon, prometen fidelidad, protección y cuidado a la manada- los dos levantaron su mano derecha y respondieron

- juramos lealtad ante todos y cada uno de ustedes, como habitantes y pilar principal de la manada los respetamos y juramos estar para ustedes sin importar cual sea su problema -

- no siendo más los declaro nuevos alfas de la manada - Aaron y Liam agacharon la cabeza en modo de respeto al hombre y al pueblo.

Leía y Marcus vivirían en la mansión hasta que la pequeña casa de Liam fuera desocupada para ellos usarla. El pueblo pueblo celebró, haciendo una pequeño compartir, dentro de la iglesia, se encontraban Roger y Mara la nueva beta del alfa, Roger pasaba su puesto a Mara nombrandola como nueva beta.

- Por fin me jubilé, soy libre - canturreaba Marcus - vamos a mover tus cosas, Liam - el pequeño asintió.

- no te confíes mucho jajaja- se burlo Mara - cuando te necesite te voy a buscar -

esa tarde entre Roger, Mara, Aaron y la pareja pasaron muebles y todo para dentro de la mansión aunque no era mucho, el problema comenzó cuando iban a pasar las cosas de los alfas, tenían tantas cosas que con ayuda de algunas personas del pueblo y las cosas de los ex alfas también fueron movidas.

Liam llegaba con lo más preciado que tenía en casa.

- Liam ¡¿Qué es eso?! - señaló el mayor señalando la jaula

- ¿Qué?, son ratas Aaron, no es como si nunca hubieras visto una -

- Si, pero afuera, por ahí, corriendo, cazando no sé qué hagan las ratas, no... con juguetes -

- Son mis bebés, así que déjalas -

- está bien, pero solo por que lo dices tú - Liam rió ante las palabras