Pero seguía grabándose para sí mismo que no debía enamorarse de esa pelirroja de mirada profunda; era la regla que más se enfocaba en seguir.

::::::::::::::::::

La mano helada sobre la tibia piel de Draco lo hizo sobre saltarse. El tacto con ella no era extraño sin embargo su fuerza y su determinación de tal acto le hizo pensar que la pelirroja no era quien estaba a su lado. Al abrir sus ojos lo primero que observo con detenimiento fue la ventana del vagón congelándose acompañado del vapor caliente de su cuerpo; lo siguiente que debió distinguir en primer lugar fue sin duda alguna que el expreso se había detenido.

Crabbe y Goyle estaban dormidos, pero Evangeline...ella lo miraba fijamente, su mano aún no se separaba de la suya y sus ojos no se movían del enfoque que había captado desde un principio aferrándose a los grises de Draco con suma delicadeza y a la vez, temor.

-Hay dementores en el tren- lo extraño de la mirada de Evangeline no era lo opaco de su mirar si no lo perdidos que sus ojos vagaban y a la vez se concentraban en su amo. -No tardan en llegar aquí- la otra curiosidad que había en ella era el vapor que no se desprendía de su aliento al hablar. Tal vez se debía a que aún no tomaba el cuerpo carnal por completo.

-¿cuál es el problema?- cuestionó aun somnoliento y en un susurro para no despertar a los regordetes

-No puedo dejar que me vean- explayó

-¿por qué?- volvió a interrogar. Pero al notar el silencio de la pelirroja oprimió sus labios en una mueca de saber cuál era la respuesta: no podía decir nada que tenga que ver con ella.- ¿y qué quieres que haga?- bufo.

Evany se sintió avergonzada por el tono de voz con la que Draco se dirigía a ella y no sabía si era porque lo estaba molestando o aún tenía el sueño entre los ojos. Tomo aire para contener las palabras que odiaba decir con todo el fondo de su ser.

-Necesito regresar al espejo-

Draco enmudeció, de todas las cosas que pensó que la pelirroja le iba a pedir esa era la última en la lista. Sabia cuanto odiaba regresar al espejo y también sabía que el tiempo que pasaba dentro de él se consumía en obscuridad en comparación a la vida que ahora tenía y a la que años atrás se le negó.

-¿Estas segura?- no sólo lo decía por ella, también miraba a sus acompañantes con temor a que la descubrieran aunque claro, el orgullo del Malfoy no lo hacían ver tan explícito.

La chica asintió.

-Es lo mejor para ambos-

Lo más profundo que él describía de sus ojos era la sinceridad. Asintió con la cabeza y con cautela saco el espejo de su saco, el brillo que reflejaba de la luz atenuante chocó con la mirada perdida de la pelirroja.

-Evangeline, te ordeno que regreses al espejo- soltó con más obligación que un deseo sincero.

Una luz cegadora fue suficiente para que los acompañantes del vagón comenzaran a despertarse. Draco espero que una sombra negra se apareciera frente a él ignorando los ojos que buscaban a una pelirroja que dejo de estar presente de un momento a otro.

-¿y la pecosa?- preguntó Goyle. Draco lo fulminó; por un segundo olvido al dementor y se concentró en el apodo que ya tenía dueño y permiso para usarse con una sola persona.

No respondió. El tren se movió por segunda vez de un lado a otro con una brusquedad mayor a la primera vez, el rostro del rubio se tensó pues ya sabía de que se trataba, el frío invadió dos veces más fuerte y suspiro de nuevo dejando un rastro de vapor caliente fuera de su cuerpo. El dementor se posiciono frente a él más rápido de lo que había esperado, se sintió deprimido y con un sueño que luchó por controlar. Evangeline estaba bajo su cuidado y dependía de él si seguía a salvo aunque para ser sincero a el mismo, no sabía las consecuencias que se producirían de ser descubierta por los guardias de azkaban.

Las manos esqueléticas rodearon el borde de la puerta, la respiración de los presentes se acorto cuando el espectro comenzaba a entrar a su vagón, las angustias crecían de una manera incontrolable y las manos de Draco comenzaron a temblar cuando se percató que aquella esencia obscura se acercaba lentamente a él. Metió su mano al saco pero no para tomar su varita (que era lo más apropiado) si no para sostener el mango del espejo con fuerza en un intento fallido de querer protegerlo aún más. Crabbe y Goyle enmudecían por el hecho de tener miedo y querer salir huyendo de ahí.

La vista de Draco enfocaba al dementor frente a él, su mirada era seria y sus impulsos intentaban tener el control. Las cosas empeoraron cuando la atención de la esencia se desvío a la mano oculta del rubio ¿se habría dado cuenta que un recuerdo estaba escondido ahí? Porque para Draco, Evany era un recuerdo feliz, alegre y lleno de vida...entonces lo entendió; si el dementor la encontraba Evangeline podía dejar de existir. No estaba seguro, pero temía que así fuera.

:::::::::::::::::::::::::

Hasta aquí el capítulo de hoy Gracias por ser mis seguidoras y leer mis historias ¡las (os) amo a todas (os)!

La Maldición Riddle [El Dueño Del Espejo #2] (DRACO MALFOY) - AUTORA ORIGINALTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang