El sonido de su cama sumiéndose era lo único que se escuchaba en la habitación tan solitaria del de mirada gris. Estaba sentado en la orilla de su cama meditando todo lo que su padre le había dicho ¿Que si le dolió? por supuesto y la herida se abrió más por el orgullo roto.

-Anda, puedes salir- Una pequeña luz blanca dejo tras de sí a una niña ajena a la mansión Malfoy. El plato con el postre encima posaba en la mesa de noche de Draco mientras que la cama se volvió a escuchar rechinar cuando el peso de la niña fue parcialmente existencial. Una mano pálida tomo el plato y se lo paso a la niña a su lado, ella le sonrió y lo tomó con agradecimiento- come solo uno- advirtió antes de que la pecosa arrasará con aquellos dulces- Si comes más no podrás dormir Evangeline-

La niña asintió. Dio la primer mordida y sonrió.

-Adoro a tu madre- confesó con una delicada sonrisa respetuosa acompañada de un poco de temor. La mirada perdida de su amo la preocupo. Evidentemente el comentario de su padre le había afectado aun que era obvio que el rubio menor jamás lo aceptaría-Si de algo sirve- la voz de Evangeline tan cerca hizo que el chico mirara en su dirección; a veces Draco volvía a sentir la soledad de años atrás y agradecía enormemente que la pelirroja estuviera ahí.- yo creo que podrías darle una buena paliza a esa sangre sucia-

-¿Eso crees Evany?- preguntó el rubio con una media sonrisa, su mirada era extremadamente suave a comparación de las que le dirigía a la mayoría de las personas. La pecosa asintió; una mano fría se posó en su cabeza y movió su cabello de un lado a otro provocando que sus rizos pelirrojos se despeinaran más de lo que comúnmente estaban.- No vale mi tiempo-

-Tienes razón amo Draco-

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-¿Estas lista?- su voz siempre la tranquilizaba. Ella veía en él una esencia tan serena que no podía explicarlo con palabras; suspiró como nunca lo había hecho en su vida y asintió- Intenta no perderte ¿Vale?- la pelirroja sonrió.

-No lo haré amo- confesó de manera tan dulce que eso a Draco le inquietaba. - De cualquier forma el espejo me ayudará a regresar con usted- El rubio asintió sin ninguna expresión.

Los primeros rayos del sol se colaban entre las cortinas aterciopeladas del hijo único Malfoy. La enorme cama con sabanas verdes y grises ya estaba hecha, las maletas listas y el espejo en la ropa formal del chico guardado como si fuera lo más importante del viaje. Una pelirroja de ojos brillantes lo miraba emocionada; podía sentirlo, olerlo, tocarlo...admirarlo cara a cara y ahora cada vez más cerca de lo que en su vida se hubiera imaginado.

-¿Recuerdas el camino?-

Evangeline había escuchado repetidas veces las órdenes estrictas de su querido amo para llegar al vagón, mordió su dulce de calabaza con el toque infantil que sólo a ella la caracterizaba y que de alguna manera extraña para el de ojos grises le parecía tierna. La pelirroja hizo un ruido parecido a emoción, satisfacción y diversión, disfrutaba el dulce que le sobró de la noche anterior y que Draco le había prohibido terminar. Cerraba los ojos para saborearlo con más profundidad mientras que sus manos alargaban el tacto frío y liso que durante años le fue arrebatado.

-Evangeline ¿Me estas escuchando? - exigió el único presente. La niña abrió los ojos, escondió su dulce y asintió con un porte apenado. Disfrutar las cosas de manera carnal a veces la hacían olvidar de su alrededor. -¿Entonces?- el dueño del espejo encorvo una ceja.

-"Transpórtate a la entrada del edén 9 3/4 y asegúrate que nadie te vea"- dio inicio a las instrucciones que le fueron dadas- "Camina seis vagones al sur de manera pausada"- repitió al pie de la letra las palabras que su amo le había dicho con días de anticipación.

La Maldición Riddle [El Dueño Del Espejo #2] (DRACO MALFOY) - AUTORA ORIGINALWhere stories live. Discover now