Le puse así por qué por tres años completo cuidé una planta de petunias reales, y cuando llegó la vaca, en la primer  semana acabó con ellas.

Era muy cómico ver a la princesa como en silencio trabajaba con la pala y la nieve, de lejos veía como se revisaba las ampollas en su mano. ¿ Que me encanta? Ni una sola queja. Estuvo en silencio todo el tiempo y siguió hasta que acabó.

La quise consentir con un pequeño snack en el risco, semillas, té unas galletas dulces. Como un mini picnic.

-¿ves el acantilado de allá?

- si, si lo veo, - ¿ves el otro que esta solo como una pequeña montaña ?

es de conocimiento para todos que es una zona de acantilados, riscos y montañas, el paisaje había cambiado el borde de uno de ellos, la silueta figuraba como un cuerpo y el otro que quedaba junto pero estaban separados por ciertos metros, haciéndola verse como una montaña isla solitaria. ahora estaban unidas por un puente de hielo, natural, casi hecho por mano humana, pero no es más que el resultado de toda la nieve que cayó y el aire, fue uniéndolos en esa especie de puente.

Mientras le untaba un ungüento para ayudarla con las ampollas, le conté la historia de dos duendes, que fueron hechizados por una bruja malvada, decrépita que Tenía los ojos blancos, dicen que aún vaga por ahi, a veces la confunden con una Banshee, alrededor de ella todo se marchitaba, todo lo que tocaba lo deshacía, y su deleite siempre fue enemistar a todos, como a la familia de esos duendes, ( me prestaba demasiada atención, con las manos abiertas esperando que la crema se secase, las metí bajó mi ropa para mantenerlas calientes, y cada tanto metía una nuez en su boca o le daba a sorber el té, si ya se. Estoy acabado :/ ).

Continué:

El amor de esos duendes fue tan grande, que sin importar lo que sus familias decían, una noche decidieron escapar, volando, eran de esos tipos irlandeses, como hadas, pero de color verde, esa noche las familias los descubrieron, los persiguieron, pero al ser tan jóvenes, sus alas eran suaves, asi que solo tenían la posibilidad de un vuelo, y ahi dejarse impulsar por el viento.

cuando estaban por saltar justo de ese acantilado para vivir su amor, el duende varón, se asustó un poco de la altura, pero la duende si lo dió, la bruja odiaba el amor, la enloquecía, y junto con la turba lanzó su magia volviéndolos de piedra.

Esto aconteció en el tiempo de los gigantes, mucho antes que llegara el hombre, asi que ella cayó y formó esa estructura y el quedó petrificado en la orilla.

-que triste Tom, juraria que shakespeare esta detrás de esto, o Hans Christian Andersen. Aman las hisorias depresivas.

-Eso no es todo, prosiguió- su amor ha sido tanto , que siempre que se pueden se unen de una u otra manera.

Moví su cabeza y le cambié la perspectiva para que  observara la forma, parecia que ambas montañas se unían como tomados de la mano formado por el hielo.

Por un segundo pero se que iba a llorar, movia los ojos raro. Pero no, no lo hacía. Sin embargo se veía conmovida.

-wow, ¿como supiste de eso?.

- mi madre me leia esa historia antes de dormir y me traía a verla, pero la veíamos desde el otro lado, ya que la mejor vista le pertenece a tu abuelo.

- ¿ Por eso te gusta tanto la finca verdad?

Sonreí, ya no era el único motivo.

El encanto se rompió, cuando oímos golpes el portón. Gabrielle había llegado, con los trabajadores.

Me abrazó tan efusivamente dándome un beso de saludos con su colorete llamativo en los labios, y entregándome de nuevo pastelitos.
Prometo que me puse rígido e incómodo.

El diario de Amelia® & El diario De Tom®Where stories live. Discover now