Recuerdo ⏪

4 2 0
                                    

Arizona (recuerdo)
-Dioses amor por favor resiste- dijo mi esposa quien corría de un lado a otro de la casa buscando la maleta para el hospital.
-cariño no me duele aún- dije riendo- sólo mantengamos la calma ¿sí?
-me dijiste que empezaron las contracciones amor no puedo estar tranquila- dijo tomando mi mano y ayudándome a caminar al auto.
Yo reí. Parecía ella la que fuera a dar a luz y no yo.
Íbamos camino al hospital, nunca quise hacer tanto alboroto al traer a mi hija a la vida pero no aguanté más cuando sentí agua bajar por mis piernas. Ahí empezaba todo.
Pensé que podía aguantarlo pero las contracciones se hicieron más fuertes y empecé a llorar, lo cual alteró a Ale, no la culpo, pobrecita.
Llegamos al hospital y mi esposa fue por una silla de ruedas y algún médico.
-mierda Alejandra apúrate- dije mientras trataba de no pujar. Mi hija no nacería en el estacionamiento.
-ya voy cariño- dijo y yo la interrumpí
-¡Corre!- dije irritada y mi cuerpo comenzó a pujar de manera involuntaria.
Mi esposa llegó con una enfermera y me pasaron a la sala de partos, me dijeron que no alcanzaba ya la anestesia, no sabía cuánto la necesitaba en esos momentos.
-sigue mi amor- decía mi esposa mientras sostenía mi mano.
-deja de decirme que puedo, mierda- dije mientras trataba de sacar a esa pequeña malvada de mi cuerpo.
-yo igual te amo cariño- dijo Ale y besó mi mano
-veo la cabeza- dijo la enfermera. Yo ya estaba a punto de desmayarme, lo podía jurar- okay Arizona necesito que pujes con todas tus fuerzas, la pequeña ya viene- yo tomé el valor y pujé con toda la fuerza de mi cuerpo y finalmente escuché a mi bebé llorar, vi que se la llevaban.
-¿qué pasa?, ¿está bien?- dije preocupada tratando de verla
-descansa mi amor ella está bien, es un chequeo de rutina- dijo mi esposa y la enfermera le dio la razón
-está bien- dije recuperando la respiración cuando vi a la enfermera acercarse con mi pequeña en los brazos.
-aquí tienes a tu pequeña- dijo y yo la sostuve en mis brazos.
-es preciosa- dije y mi esposa besó mi frente
-como tú mi amor- dijo y yo me quedé perdida en sus preciosos ojos, eran como ver el cielo, mi bebé tenía el ojo derecho azul grisáceo y el izquierdo era negro, como los de Ale.
Se la pasé a mi esposa quien la llenó también de besos y palabras bonitas.
-Las amo- dijo con lágrimas en los ojos- ¿cómo le quieres poner cariño?- dijo y yo recordé el nombre que habíamos elegido tiempo atrás.
-Alaska- dije y ella sonrió
-Alaska es hermoso- dijo y me besó.
Pasaron 2 días para que me dieran el alta junto con mi beba y pudiéramos ir a casa, teníamos todo preparado, la cuna, los biberones, todo.
-vamos preciosa- dije mientras le ofrecía mi pecho a la bebé- eso es cariño- dije cuando comenzó a comer
-eso era mío- dijo mi esposa mirando a la bebé como un rival, yo bufé.
-estás loca- dije y ella rió dándole un beso a Alaska y uno a mi.
-pero podemos compartir- dijo de regreso y yo me puse roja así que me volteé
-No te oigo soy de palo- bromeé simulando la voz de Alaska y ella besó mi nuca para luego ir a la cocina a preparar el almuerzo.
-las amo- dijo mientras se alejaba de la habitación.
Cuando se durmió la puse en su cuna y la dejé arropada, así que salí a la cocina porque olía realmente delicioso.
-te hice tu comida favorita mi niña- dijo ella para servirme un plato de lasagna.
-te amo- dije abrazándola y llenándola de besos.
-yo igual te amo cariño- dijo de vuelta y yo tomé lasagna en un tenedor y lo comí
-delicioso- dije dando brinquitos de felicidad
-Para la mamá más hermosa- dijo mi esposa y me abrazó.
-oye te amo- dije de nuevo y comimos juntas.

El Fruto ProhibidoWhere stories live. Discover now