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El ruidoso silbato del entrenador era indicación de que el partido finalmente había acabado. Suspiró con cansancio, apoyando ambas manos en su cintura mientras observaba a sus compañeros abandonar las bases, él se tomó unos segundos antes de hacer lo mismo. A diferencia de los demás colegas, en vez de dirigirse directamente a las duchas YoonOh (o Jaehyun, como lo apodaron sus amigos) prefirió quedarse junto a Johnny, Taeyong, Yuta y Mark a tontear aprovechando de paso que las personas rápidamente comenzaban a abandonar la cancha y por ende el establecimiento escolar.

El baseball no era su pasión, y pese a que solía disfrutar correr como tonto alrededor de todo el campus, no era su deporte favorito. Incluso si sus amigos se esforzaran por aparentarlo, Jaehyun sabía perfectamente que ellos tampoco eran fanáticos de aquel deporte y que solo lo usaban como excusa para lucir sus ajustados uniformes ante las colegialas que, a su vez, también estaba seguro de que no iban precisamente para ver a cuantos metros lograba batear un home run. Pero él no se había unido al equipo para aparentar, él estaba ahí para no asistir a las clases de educación física (ya que todo aquel que fuera parte de un club deportivo tenía la ventaja de saltarse estas horas) porque el profesor era simplemente insoportable y Jaehyun estaba más que seguro de que ese señor lo odiaba.

Pero quien realmente había estado insoportable durante toda la semana era Johnny, pues su amigo estadounidense no se cansaba de recordarles (y presumirles, como no) que su noviecito había ido para alentarlo en el partido de hoy, ganándose unos codazos juguetones por parte del japonés de sonrisa radiante.

Iba a hacer un comentario estúpido hasta que se vio interrumpido por una ya bastante conocida voz que gritó ''¡Johnny!'', el rostro del nombrado pareció iluminarse a la vez que estiraba uno de sus brazos para saludarlo. Por su parte, el chico de hoyuelos se dedicó a voltear desinteresadamente hacia aquella dirección reconociendo al pequeño pelirrojo que se acercaba a ellos, quien estaba acompañado de otro muchacho un poco más alto que él.

YoonOh creyó haber visto a un ángel.

Una vez estuvieron cerca Johnny rodeó con sus brazos a Taeil, moviéndolo de un lado a otro hasta incluso hacer que los pies del bajito se despegaran del suelo. Dejando un rápido y sonoro beso sobre los labios del mayor, el americano se dirigió al precioso muchacho al cual Jaehyun no había quitado sus ojos en ningún momento.

''Oh ¡Doyoung! No sabía que te gustaba el baseball'' Y a pesar de que Seo le estuviera regalando una sonrisa de oreja a oreja, el muchacho recién nombrado solo rodó los ojos como respuesta.

Taeil le explicó que el chico solo le estaba haciendo compañía ya que no quería sentarse en las gradas solo, era como una especie de favor a cambio de que después lo ayudase aportando su voz en el club de música.

Pero por otro lado, YoonOh no parecía estar prestando mucha atención a la conversación.

Se había quedado completamente embobado viendo al muchacho de brillante cabello azabache, la forma de sus ojitos lo hacía ver como si estuviera enfadado incluso si solo tuviese una expresión neutral, y aquello le parecía sumamente encantador. Este alzó su rostro cuando notó que en su pálida tez ahora se reflejaban colores anaranjados y amarillos, topándose con el bonito atardecer que se mostró ante ellos sin aviso. El muchachito entrecerró un poco sus ojos cuando la luz le dio de lleno, cosa que solo terminó de acabar con él.

Aún así, se recompuso en el momento en el que los ojos del muchacho se cruzaron con los suyos, a Jaehyun le dio un escalofrío y juró realmente haberse sentido mareado. De repente, las voces de sus amigos se apagaron y parecían ser los únicos presentes en el lugar.

El chico se retiró siendo arrastrado por Taeil aún si en ningún momento se quitaron los ojos de encima, viéndolo hasta donde su perfil se lo permitió.

Y de pronto, Jaehyun ya no se sentía cansado.

Baseball lover ||JaeDo||Där berättelser lever. Upptäck nu