Baseball lover ||JaeDo||

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Decir que no estaba nervioso era similar a decir que el joven Nakamoto era un arisco que rechazaba a todo aquel que quisiera darle un abrazo o incluso un simple apretón de mano. Sí, así es como Jaehyun se sintió apenas salió de los vestidores con su uniforme ya puesto, porque hasta hace unos minutos juraba estar perfectamente bien.

Era algo para pensar, pues pese a que tanto en los entrenamientos como en los partidos daba lo mejor de sí, hacía lo que podía, pero ganar o perder al fin y al cabo era algo que no podía importarle menos.

Pero esta vez era diferente. Estuvo aproximadamente una semana en la que puso mucha más dedicación de lo que solía hacerlo, y si su equipo llegaba a perder por algún descuido tonto realmente sentía que su estado de ánimo iba a decaer.

Al menos no era el único. Mark caminaba de un lado a otro murmurando palabras inentendibles mientras Taeyong intentaba calmarlo, aunque bueno, eso era algo que pasaba incluso si debían jugar un partido con niños de preescolar por lo que no lo hizo sentirse mejor.

Él y sus amigos estaban apoyados en la barricada que separaba a las gradas de la cancha en sí misma, incluso si apenas faltaran unos minutos para comenzar, ellos preferían utilizar ese corto lapso de tiempo para hablar entre sí y darse ánimos. Por su parte Jaehyun se dedicaba a escuchar a Taeil confortar a Johnny (quien a pesar de también estar nervioso, le preocupaba más impresionar a su novio antes que el mismo partido) para después darle un beso en la mejilla.

Doyoung iba bajando por las escaleras a un lado de las gradas como podía, haciendo lo posible en esquivar los empujones de los demás alumnos que iban llegando para finalmente ubicarse a un lado de Taeil y darle uno de los refrescos que tenía en sus manos. Doyoung notó que el chico que siempre tenía sus hoyuelos a la vista esta vez estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera había notado su llegada, por lo que agitó suavemente su mano libre frente al rostro del más alto logrando llamar su atención.

''¿Estás bien?'' le preguntó una vez lo miró.

''Sí, solo estoy un poco nervioso'' respondió Jaehyun sonriendo apenas mientras rascaba su nuca.

''Todo saldrá bien, no te presiones tanto''

''No estoy seguro, los chicos de la otra escuela también son muy fuertes...''

Y era cierto, aunque las palabras de Taeyong habían logrado tranquilizarlo un poco hasta ese momento, sus nervios volvieron a hacerse presentes cuando vio llegar a Kyungsoo, un hyung que asistía a una prestigiosa escuela al otro lado de la ciudad que, si bien era un muchacho bastante pequeño, su desempeño en la cancha era (además de aterrador) impecable.

Doyoung notó aquello; por lo que, inclinándose mientras se apoyaba sobre la barricada, sujetó a Jaehyun por el cuello de su uniforme y lo acercó lo suficiente como para lograr presionar sus labios contra los suyos. Separándose apenas, el mayor le habló viéndolo directamente a los ojos.

''No espero que ganes, solo espero que te hagas cargo del dolor de garganta que tendré después de estar alentándote como loco desde aquí''

Como YoonOh no mostraba señales de salir de su estado de tontera, Taeyong tuvo que arrastrarlo hasta la cancha ya que al parecer ni siquiera había escuchado el tosco llamado del entrenador, acompañado a la vez de los codazos juguetones de Johnny y los chiflidos de Yuta y Mark.

En la mitad del partido sus compañeros lograron dejar fuera a varios chicos del equipo contrario cuando estaban a mitad de su carrera, y menos mal que estaba en una de las bases, porque estar en el campo era una carga demasiado pesada para YoonOh.

Cambio de equipos.

En su vida había sentido la adrenalina que sintió cuando llegó su turno de batear, incluso si no fuera la primera vez que lo hacía, sus piernas temblaron. Observó a Taeyong levantar sus pulgares mientras esperaba desde una de las bases, Jaehyun suspiró.

''¡Strike uno!'' la voz del ampáyer detrás suyo hizo eco en su cabeza. ''¡Strike dos!''

Respira, Jung YoonOh, repira.

Y Justo cuando estaba a nada de deprimirse, sus labios ardiendo le recordaron que incluso si no era capaz de alcanzar la victoria, todo su esfuerzo y dedicación saldría a la luz.

Lo haría por su equipo.

Lo haría por Doyoung.

''¡Home run!''