—No lo necesito. — respondo antes de que se le ocurra lanzarme a uno de ellos. — Ya cené en casa... junto a mi novio.

Mirna agranda los ojos y aplaude en el aire, los dos muchachos regresan a la habitación de dónde venían.

—¿Novio? — Ella agranda los ojos. —Lo siento, no tenía idea. — ríe. —Eso suena interesante, la mujer indomable cayendo en las garras de un apuesto hombre. ¿De dónde es? ¿Es de algún linaje o algún clan?

Tuerzo la boca, porque no era precisamente de Pet de quien quería hablar.

—Preferiría seguir con las lecciones.

—En algún momento haré que aflojes la lengua, ya lo verás. — ríe.

Después de una corta plática de persuasión, Mirna me muestra su armario, de allí saca 4 platos bañados en plata, que los lleva hacia la mesa mientras levitan en el aire. Camina hacia mí y las coloca sobre una mesa de vidrio.

En uno de los recipientes hay tierra, en el otro unas gotas de agua, también veo polvo que parece cenizas, y en el último no hay nada. Frunzo el ceño porque las clases que ella ofrece empiezan a ponerse extrañamente interesantes.

— Antes de continuar necesito que me prometas algo Adrienna. — hago una mueca porque sospecho a donde va esto.

— No pienso volver Mirna.

— Te elegí como mi sucesora Adrienna. Nadie mejor que tú podrá hacerlo. He visto el desastre que son las chicas ahora que no estoy y tú tampoco.

—Lo siento, pero... yo no sirvo para estar en un clan, ser la líder de un grupo de mujeres que buscan a alguien que las guíe.

—Al menos podrías... prometer que lo pensarás. — junto mis labios y hago un pequeño asentamiento con la cabeza. —Bien, sin más preámbulos, comencemos con las lecciones... Entonces sé que sabes mover cosas. Levantarlas sin la necesidad de moverte o tocarte. — rodea la mesa colocando todo en su lugar.— Ese es un buen truco de magia. Estoy segura que puedes abrir y cerrar esa puerta, como también puedes llevar la copa de vino a la otra sala.

—¿A qué quieres llegar?

—A que son solo trucos Enna. — contesta enarcando una ceja. —Trucos que cualquier vampiro, podría hacer. Pero lo tuyo no es cualquier truco, no es solo telequinesis, lo que tú tienes es un poder que va mucho más allá. — se acerca hasta mí y con su índice señala mi cabeza.—que no sólo está aquí, si no también aquí.— señala mi corazón.

— Sé que todo se trata del control que ejerce mi mente, me lo han enseñado desde pequeña. Pero no creo poder hacer todo lo que tú haces.

Ella sonríe con dulzura y vuelve a colocarse detrás de la mesa.

—No creas que yo aprendí esto de la noche a la mañana, tardé unos 70 años en descubrir la fuerza de mi poder, y desde ese momento me dediqué a potenciarlo, a sacarle el máximo provecho.

—Setenta...

—Soy una mujer joven. —bromea. —Lo que tú necesitas es control, el control que ejerces sobre las cosas, ese que estoy segura, nadie ha visto en ti, a diferencia de mí, claro.

—¿Entonces, tú crees que pueda ser tan poderosa como tú?

—¿Cómo yo? — resopla mientras se lleva una copa de sangre a la boca.— No por supuesto que no, jamás podrías ser como yo.

Aquello me sorprende más de lo que esperaba, pero de inmediato adiciona.

—Tu eres de linaje puro, descendiente y concebida por un original, a mí me mordió uno. Pero tú naciste de dos de ellos. Tu poder es inimaginable Enna, no podrías ser como yo porque estás destinada a ser la mejor de todas.

Tengo ganas de AmarWhere stories live. Discover now