Capitulo 45

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Capítulo 45: Enna

Salgo del edificio terminando de acomodar mi bufanda. Mientras tanto le escribo un mensaje a Mirna que estaré llegando en 30 minutos hasta su departamento.

Cuando por fin me subo al taxi me doy el tiempo de revisar bien mi móvil. Maldigo por lo bajo ante las incesantes llamadas de mi madre, junto con los múltiples mensajes que ha dejado. Como de costumbre, elimino todo sin leerlo. Solo se está volviendo una jodida molestia en mi vida y no quiero continuar.

Mi madre se ha vuelto ese ser que no me deja en paz, ni cuando estoy despierta, ni cuando estoy dormida. En mí, yace el latente miedo de que pueda cumplir con la amenaza que me hizo alguna vez. Quizá por eso se me hace tan difícil despegarme de Peter, más aún cada vez que él se marcha de casa, siento una horrible opresión en mi pecho, que asfixia mis pulmones con el temor de que algo malo suceda.

Por fin llego hasta el edificio que se encuentra a unas cuadras antes de la universidad. Es un hermoso hotel. Mirna ha venido solo por un par de semanas luego regresará a Suecia que es donde está instalada, contribuyendo a una organización privada de criaturas sobrenaturales. Me apresuro a hacer las cosas rápido. No tomo el ascensor puesto las escaleras resultan más fáciles a un vampiro con súper velocidad.

Antes de que mis nudillos puedan tocar la puerta de vidrio, esta se abre ante mí y una gran sonrisa aparece en el rostro de la bella vampiro.

—Pero mírate. — esboza una gran sonrisa. — Te ves radiante.

—También me da gusto verte Mirna. — le doy un corto abrazo y entro a su habitación.

Es tan grande como el tamaño del departamento en el que Peter y yo vivimos.

—Se te antoja algo de beber ¿Vino? ¿champagne? ¿sangre?

—sangre no estaría mal, con unas gotitas de vino. — ella ríe y asiente.

— me gusta que no aparentes lo que sientes. Siempre me ha gustado esa franqueza tuya, Adrienna, eres fuego.

—Gracias, me lo han dicho a menudo por mi cabello rojizo. — respondo con ironía.

—Bueno fuese que yo hablara de tu cabello. En cambio, es tu actitud la que quema.

Le agradezco con una mirada amistosa y me siento sobre un bonito sofá de terciopelo. Hablamos un poco, acerca de cómo le ha ido, dice que es gratificante la vida en Suecia, sé de buena fuente que casi el 80% de su población es sobrenatural, y el 20% resultan ser híbridos, lo cual es casi lo mismo.

—Bueno antes de que comencemos con nuestras prácticas, te he traído un obsequio.

— A que te...— con un chasquido de dedos las puertas de una habitación se abren y me sobresalto cuando veo a dos hombres, muy apuestos, grandes, de tez oscura y atrayente, completamente humanos, lo puedo sentir por el olor que emanan. —No-me-jodas.

—¿Te gustan? — sonríe con picardía. —Son donantes, los acompañantes perfectos para esta velada, podrás beber dos litros de cada uno de ellos, para ti sola.

La boca podría caerse hasta mis pies, y debo admitir que la oferta es gratificantemente tentadora, estoy algo shockeada porque no esperaba esto en lo absoluto.

—Eh Mirna.

—Elige el que tú quieras con total confianza. No sabía cuál era tu tipo por lo que me di la licencia de buscar gustos diferentes.

—No yo...

—Creo que el moreno tiene los ojos puesto en ti. — observo al humano que tiene una mirada de "si no me comes tú, te comeré yo". Y bueno definitivamente si otro fuera el caso estaría extasiada por el excelente aperitivo, el sexo y la comida van bien para una velada, más eso está de más hoy en día.

Tengo ganas de AmarDove le storie prendono vita. Scoprilo ora