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Yennefer los dejó solos en la cocina mientras atendía a Jaskier.
-Te gusta, ¿no?- Beryl preguntó -¿Debería estar preocupada?-.
Geralt la miró. -Ella es solo una persona interesante-.
Beryl tarareó mientras enganchaba las manos a la espalda y se inclinaba hacia el pecho de Geralt.
-¿No soy interesante? ¿Prefieres brujas sobre sirenas?-.
Él gruñó mientras la miraba. -No tengo preferencia-.
Ella hizo un puchero. -Eso no fue muy amable de tu parte-.
Yennefer entró en la habitación.
-Está en un profundo sueño curativo-.
-¿Cuánto tiempo va a dormir?- Geralt preguntó.
-El tiempo suficiente para que ustedes dos se bañen- respondió Yennefer con aire de suficiencia.
A Yennefer le gustaba el aura de Beryl. Además, nunca antes había conocido a una sirena y, dado que su última amiga se convirtió en una anguila, quería una nueva amiga. Yennefer los condujo al baño y se bañó. Le guiñó un ojo a Beryl y se alejó. Beryl y Geralt se sentaron a pelo en el agua tibia. Ella jugaba con el agua frente a ella, creando suaves ondas.
-¿Crees que soy un monstruo?- Beryl se rio entre dientes. -Si la plata me duele, entonces debo serlo- Geralt inmediatamente cerró su charla autocompasiva.
-No eres un monstruo. He conocido monstruos y no eres uno de ellos-.
Ella resopló. -Entonces, ¿qué soy? ¿Un pez grande?-
Él se burló. -Eso suena bien-.
-¿Te gusta el pescado?-
-Prefiero el venado- respondió.
Ella tarareó y se movió para mirar la espalda de Geralt.
-Tienes muchas cicatrices- El miró por encima de su hombro.
-Recuerdo que estabas plagado de cortes cuando te conocí- Ella lo sacudió.
-Esos fueron solo cortes. Tengo algunas cicatrices en el estómago. ¿Te gustaría sentir?-
Ella no esperó su respuesta. En cambio, se puso de rodillas, se volvió hacia la espalda de Geralt y lo obligó a darse la vuelta para mirarla. El agua nunca fue tan alta, por lo que sus senos y parte de su estómago estaban a la vista. Ella agarró los hombros de Geralt y se cernió sobre su regazo. Ella agarró una de sus manos y las guió a su estómago inferior.
-¿Puedes sentir eso?- Susurró -Una sirena hundió sus garras en mí-.
Luego agarró sus dos manos y las guió hacia su cintura antes de agacharse y sentirlo.
-¿Oh? Pensé que preferías la carne como la carne de venado- afirmó.
Él entrecerró los ojos hacia ella y gruñó.
-Beryl --
Ella se sentó sobre él, su longitud deslizándose dentro de ella. Ella gimió en su oído, causando que Geralt gimiera.
-Lo siento- dijo ella -Perdí el equilibrio-.
Él gruñó. -Estoy seguro de que lo hiciste-.
Los dos se besaron, lenguas devorando la boca del otro. Sus manos estaban sobre su trasero, levantándola hacia arriba y hacia abajo sobre él. Ella entrelazó sus dedos con su cabello y tiró de él, forzando su cabeza hacia atrás mientras movía sus labios hacia su cuello y yugular.
-Lo siento, supongo que me gusta duro- jadeó.
Él se rió y aceleró el paso. Beryl se quejó, jadeando febrilmente en su oído. Disfrutaba los sonidos que ella hacía y la sensación de sus senos apretados contra su pecho. Ella le clavó las uñas en la espalda cuando sintió que latía. Geralt dio el empuje final y los dos se quedaron quietos, agarrándose con fuerza.
