FANFIC SIN EDITAR
⩇⩇⩇ . [👽] 𓂅 MORNING STAR !¡
❛ la nueva era ha comenzado ❜
██ █ ███ █ ███ █ █ ׅ ࣪𓏲ּ ֶָ 𖥻
☆ La primera ola: oscuridad.
☆ La segunda ola: destrucción.
☆ La tercera: la peste.
En la cuarta los Otros ya caminaban entre ellos...
Y...
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CINCO MESES ANTES, tres días antes de la Llegada.
☼︎☼︎☼︎
«HE ESTADO PENSANDO. Y después de una larga espera, he llegado a una muy importante conclusión...»
─Demonios, odio la física ─murmuró entre dientes, irritada mientras hacía rayones en la última hoja de su libreta.
Estela estaba sentada en su tercera hora de clases: física con la señorita Price. La mujer había estado desde hace una hora y media explicando y después de todo ese tiempo, lo único que la morena había escuchado era el nombre del tema, "la Física moderna y clásica".
Decir que estaba entendiendo algo era como decir "Peter Parker no se ve sexy con su traje de Spider-Man". Una completa mentira según Estela.
La chica suspiró.
Le lanzó una mirada a su reloj de mano y luego al que estaba colgando encima del pizarrón del aula. Faltaban sólo quince minutos para que la clase terminara y ella pudiera ir a comer.
«¿Por qué tengo tanta hambre? No puede ser», pensó removiéndose en su asiento.
Ella le había dicho a Jane, su hermana mayor, que trataría de mejorar sus notas ese año pero, para eso necesitaba pensar. Y para pensar, necesitaba su estómago considerablemente lleno.
Estaba inquieta.
Más de lo normal.
La morena lo único que quería era que terminará de una vez el día. Movía su pierna de arriba abajo, chocando la suela de sus Vans con el suelo. «Daría lo que fuera por estar en mi habitación. Saboreando una hamburguesa de extra queso y una soda de fresa. Mhm, sí ─lamió su labio inferior inconscientemente, con la mirada perdida imaginando─. Leyendo uno de mis cómics favoritos. O dibujando. O Escuchando a Nirvana en mi IPod, sin hacer absolutamente nada más que...»
─¡Señorita Johnson! ─exclamó Price, llamando la atención de Estela causando que casi se cayera de la silla por semejante grito.
La chica salió de su fantasía y levantó la mirada encontrándose con la mujer a dos pasos de ella. Parecía haberla estado llamando desde hace unos minutos.
Ella soltó una risita nerviosa cuando notó que todos los demás alumnos habían dejado de ver el pizarrón para verla a ella. Tantas miradas hicieron que se sintiera pequeña, y ella odiaba aquello.
