Susana: entonces que tienes?

Regina: es ese sueño otra vez.

Susana: hablas de la golpiza que te dio Arturo?

Regina: si!

Susana: sé que eso te dolió, pero tienes que dejarlo atrás, él está lejos, acaso lo sigues queriendo?

Regina: claro que no, tienes tiempo?

Susana: por supuesto.

Regina: entonces te invito a comer fuera.

Susana: ok pero yo paso por ti va?

Regina: voy a llevar mi auto con el mecánico, te veo allá.
Susana: ok, allá te veo.
Regina: Gracias."

Después de colgar Regina se soltó a llorar, ese sueño parecía revivirle en carne propia el momento en que su ex la lastimó físicamente.

Daniel sintió unas ganas enormes de acercarse y consolarla, pero se contuvo y regresó a su oficina.

Regina paso primero a dejar su auto a revisión, pues llevaba un par de días con un extraño ruido, Cuando se encontró con Susana le platicó a detalle su sueño.

Susana: tienes que olvidar ese momento.

Regina: no es tan fácil, por culpa de esa golpiza no volví a salir con nadie, me da miedo que vuelvan a lastimarme.

Susana: eso no va a suceder, amiga, no todos los hombres son unos cobardes, algunos valen la pena, y estoy segura que a tu vida va a llegar uno muy especial.

Regina: No te creas, no cualquier hombre va a lidiar con una mujer que tiene un hijo de un desconocido.

Susana: no fue tu culpa, no eras consciente de lo que hacías, además fuiste muy Valiente al enfrentar un embarazo sola y convertirte en la mujer y madre que eres; en tu lugar hay mujeres que habrían abortado o abandonado a sus hijos, tú te quedaste con bebita a pesar de no saber quien la había engendrado, eres digna de estar al lado de cualquier hombre que valga la pena.

Regina: Miranda es todo para mí, la amo, no me importa quién sea su padre, es más, le agradezco por hacerla llegar a mi vida.

Susana: lo ves? Mereces ser feliz, y esa princesa merece un papá, no sé pero tu nerviosismo me indica que alguien ha entrado en tu vida y te ha inquietado.

Regina: me estas psicoanalizando?

Susana: estoy aquí como tu psicóloga.

Regina: también te busco como mi amiga.

Susana: entonces como amiga te pregunto, a quien conociste?

Regina: ok, lo admito, conocí a alguien, es el nuevo ingeniero del proyecto del centro comercial.
Susana: te está guapo?
Regina: muchísimo.

Regina le contó a Susana como había conocido a Daniel, y lo mucho que no dejaba de pensar en él.

Después de comer Daniel se acercó a la oficina de Regina y al no encontrarla se sintió culpable por no acercarse horas antes a reconfortarla.

Regina llegó a su oficina y retomó su trabajo.

La jornada de la tarde transcurrió sin ninguna novedad, todos salieron como de costumbre a sus casas, excepto Regina que no quería irse sin terminar una maqueta en la que llevaba días trabajando , y Daniel, quien no quería tampoco que su trabajo se atrasara, cada uno en su respectiva oficina.

Iban a dar las 8:30 pm cuando Regina salió, había llamado un taxi para ir al departamento de su hermana, el lugar estaba solitario, los vigilantes del edificio estaban dentro, mientras ella aguardaba en la entrada principal del edificio, concentro si mirad hacia un lado, del contrario sintió que le jalaron la bolsa, en un impulso por impedir que se la quitaran empezó a forcejear con el hombre que apareció de la nada y pretendía robarla, fue tal la fuerza que este tenía que la lanzó al suelo para intentar quitarle sus cosas, Regina empezó a gritar; Daniel salía del elevador y cuando se acercaba a la puerta escuchó los gritos, vio a los celadores que parecían estar entretenidos con sus teléfonos;  Daniel sin pensarlo corrió a auxiliarla.

Daniel: Hey! Suéltala.

El hombre hizo caso omiso y siguió intentando robarle a Regina.

Daniel se acercó y lo tomó por el cuello.

Daniel: te dije, que la sueltes, mal nacido.

Lo tiró al suelo de un solo golpe, y empezó a llamar a los vigilantes, quienes aparecieron en cuestión de segundos.

Daniel: llamen a la policía, este bastardo iba a robarle a la arquitecta.

Uno de los vigilantes sacó una soga y amarró al ladrón, mientras el otro hacia la llamada.

Regina estaba casi de cunclillas en el suelo en un mar de nervios sin fuerzas para levantarse, Daniel se acercó, se quitó su saco y se lo puso, la ayudó a levantarse y la llevó adentro.

Daniel: está usted bien arquitecta?

Regina no podía hablar, estaba muy asustada,su primer impulso fue abrazar a Daniel.

EL GIRO DE LA VENGANZAWhere stories live. Discover now