—No te creo una mierda, Dean — resople con rabia —, vas a pagar por lo que hiciste.

Él se acercó a mí, su cuerpo se pegó totalmente al mío, y toda la valentía que sentía, se esfumó por completo.
Sentí algo afilado en mi muñeca, y jadeé. Inesperadamente, mis manos fueron liberadas. Dean se apartó de mí cayendo a mis pies, y cortó la cuerda que mantenía mis piernas atadas.

Me aparté de él lo más que pude cuando por fin estuve libre. Él levanto las manos en el aire, y tiro lejos la navaja que tenía, dando un paso atrás, habló.

—No he matado a nadie, Elizabeth — su mandíbula se apretó, sus rasgos se volvieron aún más duros, sin embargo, nunca bajó las manos —. No quiero lastimarte. Tienes que creerme, sé lo que estás pensando, pero yo no mate a Sarah, Elizabeth, de verdad que no lo hice.

—Entonces, ¿Por qué estamos aquí, Dean?

Algo en mi creía en él, creía que de verdad no me iba a hacer daño, y que tampoco le había hecho daño a mi hermana.

—Yo no quería que esto pasara — soltó —, tenía mis sospechas, pero nunca pude demostrar nada con alguna evidencia sólida, y luego está ese estúpido llavero, ¿Cómo nunca me di cuenta de eso?

No estaba entendiéndolo.

— Hay que salir de aquí, Elizabeth, ahora — dio un paso tentativo hacia mí —, yo no te haré daño, pero no puedo prometer nada de él, tenemos que llamar a la policía, y salir de aquí.

Lo detuve a mitad de camino hacia la puerta, él ya había sacado su teléfono del bolsillo, y empezó a marcar.

—¿Quién me hará daño, Dean?

Él no respondió, se quedó en blanco, sosteniendo su teléfono aún en su mano.

—Respóndeme.

—Mi padre, Elizabeth.

—¿Qué?

Dean me tomó del brazo y me arrastro hasta la puerta.

—Él fue quien nos trajo aquí, te golpeó por detrás con una con una llave inglesa, cuando encontraste el llavero de Sarah. Trate de detenerlo, pero se ha vuelto loco, me noqueó y me trajo contigo.

—¿Qué es este lugar? — respondí — ¿Por qué tu padre tenía el llavero de Sarah, Dean? — aclare mi garganta, con el corriendo por mis venas, pregunté —: ¿Él lo hizo? ¿Mató a mi hermana?

Sus ojos eran una mezcla de emociones, ese café brillante ya no estaba, en su lugar, había una tormenta oscura de negación.

—Quiero creer que no, Elizabeth, pero ya no estoy muy seguro.

—Dime la verdad, Dean, mírame a la cara y dime que tu padre no mato a mi hermana. Dime por qué te fuiste de la ciudad en realidad.

—¡Porque la amaba, Elizabeth! Estaba enamorado de Sarah, de la novia de mi hermano. No sabes cómo fue para mí, yo estaba con ella esa noche, yo provoqué todo, si ella no hubiera cruzado esa calle, si yo la hubiera retenido un minuto más, no estaría muerta.

El aire dejo mis pulmones. Estaba completamente impactada por esa confesión, porque nunca se me paso por la cabeza que Dean estuviera enamorado de Sarah.

Y de repente, muchas cosas empezaron a tener sentido. Cada vez que los ojos de Dean se ponían inmensamente tristes cuándo nombraba a Sarah, ciertas actitudes celosas cuando Vlad recordaba a Sarah, cuándo había dicho que ella solo quería lo mejor para todos.

¿Sarah lo sabía?

¿Este era el gran secreto que le ocultaba a Vlad?

Si Vlad se enteraba de que su hermano pequeño estuvo enamorado, enamorado completamente de su novia, él iba a enloquecer.

Bajo mi piel✔️Where stories live. Discover now