—¿Ocurre algo?— Preguntó con cautela,negué con mi cabeza rápidamente.

— Son cosas mías,Nancy. Muchas gracias por el café,puedes retirarte.— Dije con una sonrisa cálida,Nancy asintió y se marchó de mi despacho.

Después de eso agudice mi oído buscando esa voz,pero simplemente no la volví a escuchar. Pensando que estaba loco volví a trabajar de nuevo para ir temprano a la cena en casa.

(...)

—¿Irás a la cena de hoy,Johan?— Le pregunté al parecer mi futuro yerno. Íbamos ya de salida después de un arduo día de trabajo.

— Por supuesto. Valentina me llamo y me invitó a la cena de hoy.— Contestó con un folder en mano.

Asentí solamente ya que eso era que tenía que hacer María José,pero tampoco la iba a obligar. Johan presionó el botón del ascensor,esperamos unos segundos hasta que esté se abrió,rápidamente nos adentramos a el.

Las puertas de la caja metálica se cerraron quedando sólo Johan y yo en el pequeño espacio,aproveché el espejo del ascensor para arreglar mi corbata de nuevo. Mi pequeña Valentina odiaba cuándo no usaba las corbatas correctamente.

—”Pensando en tú hija. Eres un buen padre,Juanca”

Voltee rápidamente al escuchar esa voz de nuevo,pero no había nadie. Simplemente estaba Johan con la vista clavada en los papeles que portaba.

"¿Te preocupa el no verme?"

De nuevo esa voz volvió a hablar,mientras el mismo escalofrío de la tarde recorría toda mi espina dorsal.

—¿Escuchaste eso?— Pregunté a Johan queriendo creer que no estaba loco,él aparto la vista de los papeles para fruncir el ceño.

—¿De qué hablas?— Indago con notable confusión.

— Olvidalo,estoy cansado es todo.— Contesté al corroborar que sólo yo escuchaba esa voz.

Salí de mi trance al oír el pitido del ascensor,con Johan salimos de la caja metálica para dirigirnos al coche,el viento de la ciudad chocó en mi rostro,cerré mis ojos un momento disfrutando la calidad del momento. Después de ese pequeño momento fuimos al penthouse que era de mi propiedad para llevar a cabo la cena.

Actualmente.

—¡Papi! Pensé que no llegarían por estar en el trabajo.— Comentó mi hija Valentina con una adorable sonrisa.

—¿Y fallarte? No,claro que no.— Dije dejando un beso en su frente,ella sonrió ampliamente.

— Oh,hola,Johan.— Saludo mi hija con un pequeño abrazo a Johan.

— Hola,Vale. ¿Y Poché?— Preguntó con interés el castaño,mi hija sonrió.

— No ha llegado aún,seguramente ya vendrá.— Respondió mi hija con una pequeña sonrisa rodeando sus brazos en mi cintura.

— Esperaremos un poco más a tú hermana entonces.— Mencioné caminando hacia la sala abrazando a mi hija.

Al llegar a la sala observe al esposo de mi hija que también trabajaba para mi. Alex era un gran chico y se empeñaba mucho en hacer feliz a mi hija,cumplía hasta su más mínimo capricho con tal de verla feliz.

— Alex. ¿Cómo estás?— Saludé con una cálida sonrisa,él se paró del sofá para estrechar su mano con la mía.

— Muy bien,suegro. Ya sabe trabajo y cuidar a mi tesoro.— Respondió con una sonrisa viéndo a mi hija.

Inmarcesible || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora