Capítulo 17: Lluvia

Comenzar desde el principio
                                    

—De hecho, para mí es de buena suerte —sonrió.

—¿Ah sí?

—Sí, cada vez que se me rompe un tacón es que me va a pasar algo bueno. Por ejemplo el día que te conocí —murmuró esto último, dándome un pequeño codazo.

Wow, fue bueno conocerme. Eso significa que...¡mierda! El puto corazón latiendo a mil por hora.

Oh no, Allan no. No te puede gustar Emma, no te puede gustar. No le preguntes, no le preguntes...

—¿Conocerme fue un golpe de suerte?

Y...lo hiciste.

—Claro que conocerte fue un golpe de suerte. Hace tiempo que no me pasaban cosas tan buenas como tú —confesó, sonriendo.

¡Joder! ¿Por qué tiene que verse tan linda sonriendo?

—Yo pienso lo mismo. Aunque me hubiera gustado conocerte de otra forma...y mucho antes —sonreí involuntariamente.

Nuestros ojos se encontraron y...no pude contenerme. Me perdí en su mirada, en esos lindos ojos marrones que combinaban a la perfección con su cabello, en esa sonrisa angelical y esa expresión tan tierna que solo ella posee. Es obvio, me gusta, me gusta muchísimo; pero no funcionaría. Rompí el contacto visual para regresar al tema principal y quebrar esta atmósfera.

—No me contaste cómo conociste a Jane —cambié de tema, frotándome el cabello, estaba nervioso.

—Oh, sí. Olvidé el punto central de la conversación —rió nerviosa.

—A todos nos ha pasado alguna vez, ¿no? —reí.

—Pues sí. El caso es que, con el tacón roto y Fátima desaparecida, fui a parar a la cocina de la casa. Me quité el tacón y me senté en un taburete pensando una forma de regresar a la residencia.

—Entonces apareció Jane —terminé por ella.

—No, apareció un chico.

—¿Un chico? —inquirí en un tono no propio de un "amigo".

—Un idiota que intentó coquetear conmigo. Era el típico ''machote'' al que ''ninguna chica le dice que no'', y cuando yo lo hice, se propuso no dejarme en paz hasta que aceptara pasar la noche con él.

Escuchar eso hizo que mi sangre hirviera. No quería siquiera imaginarme a Emma en una situación como esa, con un tipo así. Conozco a los de su clase, se creen que pueden tirarse a cualquier chica solo por ser atractivos y cuando una los rechazan, se convierten automáticamente en un reto para ellos. Todo está bien si a la chica les gusta, pero algunos de esos imbéciles se pasan de la raya y he visto un par de casos que han terminado en violación, y si algo como eso le pasó a Emma, mataría a aquel idiota.

—¿Se propasó contigo? —pregunté pausadamente en un intento de camuflar mi enojo.

—No tuvo tiempo —negó con la cabeza—. Cuando quise irme, me sostuvo con fuerza de la muñeca y para mi buena suerte apareció Jane. Recé mentalmente para que me ayudara y lo hizo, de una forma muy original —sonrió, lo que disminuyó mi molestia.

—¿Qué hizo? —pregunté, más relajado.

—Fingió ser mi novia —rió.

¿¡Qué!?

—No puede ser —reí yo también.

—Fue genial. Se paró frente al chico, quitó su mano de mi muñeca y con todo el descaro del mundo me besó los senos. Luego remató diciendo: ''Amor, ¿conoces a este chico?'' —terminó de contar entre risas.

Love DúplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora