Capitulo 1: "Dia monótono"

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- Muchas gracias por dejarnos usar nuevamente tu local de té -Aang se inclinó levemente para agradecerle al tío de Zuko, Iroh. El tan solo alejo su taza del rostro, mostrando una sonrisa.

- Deja de agradecerme, ya sabes lo bien que sienta el Té y la meditación. La cultura nómada aire es realmente simbólica -le hizo saber mientras observaba a los acólitos del Aire salir. En los últimos años, se había sumado las personas para aprender de la cultura. Lo cierto era que había una gran cantidad de mujeres que eran fans del avatar y estaban encantadas. Pero por suerte, todos entraban cómodamente en el local.- ¿Quieres tomar té? -ofreció.

- No veo porque no -acepto feliz. Momo estaba sentado en una de las mesas observando curioso todo. Se sentó al frente de Iroh y observó con suma tranquilidad y paciencia como preparaba su té.- Gracias -dijo al recibir la taza.

- Es de Jazmín -aspiro el olor de su taza con satisfacción.- Así te relajas -Aang feliz por esto, empezó a consumirlo. Dio un suspiro de satisfacción al sentir de alguna manera paz.

- Realmente necesitaba esto -admitio.- Los no-maestros y maestros en estos últimos días empezaron a ser más... Violentos -le contó, recordando sus últimos movimientos. Literalmente casi matan a dos soldados de la nación del fuego.- Sinceramente no se si es alguna señal o advertencia...

- El tiempo lo dirá -habló el mayor.- Lamentablemente nosotros, los seres humanos no aceptamos los cambios, las diferentes ideologías de la que una vez nos impusieron y criaron. Igual no te preocupes, la historia los condenará.

Aang escuchó sus palabras y se puso a analizar. Tal vez tenga razón, tal vez sea cuestión de tiempo para que se adapten. No lo sabia, pero el siempre estaría ahí. Suspiro.

- Si... Tal vez tengas razón.

Este al ver que su semblante, cambió de tema, sabiendo que lo animaría.

- Veo que su relación con la señorita Katara avanzó -las mejillas del joven se sonrojaron rápidamente y una sonrisa tonta apareció.

- Si, estoy muy contento por eso -admitio. Su noviazgo seguía siendo tan fuerte. Nunca en su vida pensó que el amor puede significar más que solo un dicho.

El ya tenía 17 años, mientras que Katara un año más. Igual no estaba tan alejado para que su novia cumpla los 19.

Ambos cambiaron físicamente al paso de los años. El claramente la había pasado en altura, recibiendo de vez en cuando alguna burla o bromear que se le había subido el ego.

Y le encantaba.

Le gustaba que ella se tuviera que poder de puntillas y tirar de su nuca o túnica para unir sus labios, mientras el rodeaba su cintura pegandola a su cuerpo.

Y monjes, que lo perdonen, pero estaba embobado por el cambio físico de Katara.

Claramente también pegó un estirón, dejando como testigo sus piernas largas esbeltas, sus pechos habiendo crecido notoriamente, no de manera exagerada, al contrario estabam perfectos. Sus caderas era lo mismo, le gustaba acariciar su vientre para luego recorrer sus curvas y dejarla sin aliento. En su rostro ya se mostraba la madurez de esta, dejándola tan suave, tan hermosa como siempre.

¡Oh, y esos ojos!

Ya tenía la teoría de que cada día se iba enamorando de ella.

- ¡La taza! -grito Iroh sacando de sus pensamientos al joven.

Bajo la mirada hacia la taza, descubriendo que estaba totalmente derretida entre sus manos. Rápidamente se levantó y se sacudió las manos con violencia.

- ¡L-lo siento! -realmente estaba muy avergonzado.

El tío de Zuko se empezó a reír, hasta convertirlo en una enorme carcajada. Estuvo un rato así, hasta que finalmente pasó limpiándose las lágrimas y agarrándose la panza.

- No te preocupes, el fuego también representa la pasión.

(...)

- "No, no se lo puedo pedir en el jardín, sería demaciado obvio, pero también romántico... No... O ¿Si?".

Se mordió el labio nervioso y estresado. Caminaba en círculos con los brazos cruzados en su oficina. Había terminado rápidamente de leer y escribir los mensajes que le llegaban de las otras naciones y de su gente. Últimamente estaba más de lo habitual en la oficina, llamando la atención de su madre y novia.

Y había una razón para eso.

En los últimos meses, una idea le vino a la cabeza. Pero no solo venía de ahí, sino también de su corazón. Esto pasó específicamente en una noche de las típicas fiestas absurdas del rey de Ba Sing Se.

Estaba sentado con su novia Mai en la mesa donde estaba el oso comiendo salpicando toda la comida sobre su rostro y ropa. Lo realmente absurdo, y estupido era los demás que venían y decían tener envidia de ellos por tener ese privilegio.

Lo peor de todo, es que hasta Sokka se burló de su situación, mientras recibía un regaño de Katara.

Cuando alguien no se acercaba a hablar o a interrumpirlos por x motivo, ambos se reían y charlaban tranquilamente.

Se sentía tan cómodo y libre con Mai cuando estaban así, aún cuando hay gente alrededor. Salieron al balcón para tener aire fresco y un poco de privacidad.

El reflejo de la luna la hacia ver tan hermosa, una diosa del fuego. Para el Mai era eso, incluso más.

Cuando sus cuerpos estraron en contacto, el paso un brazo por sus hombres mientras ella abrazaba a él, observando en silencio el jardín, donde pidieron ver en lujo y en detalle como cierto pelado besaba a una morocha.

Al ver eso, se reemplanteo lo que fue su vida en sus últimos años. En cómo progreso, desafío, entrego.

Entonces, si estaba todo bien, en armonía, ¿Podría formar una familia? ¿Casarse?

A partir de ahí, cada vez que hacían el amor, o por cualquier motivo sus labios terminaban en su largo cuello, empezó a medir.

¿Que clase de collar le quedaría bien?

¿Negro? Nha, ya era bastante gótica.

¿Rojo? Mmm, podría ser, pero sería muy pobre de diseño.

Finalmente llegó de rodillas hacia su tío para un consejo, para que le dé una idea.

Termino con un collar de tira roja, con los bordes de oro para enganchar, donde estaba finalmente la piedra tambien era de ero, con el diseño del símbolo del fuego y pequeños diamantes rojos incrustados al rededor.

Y ahora estaba el problema que no sabía en qué lugar proponerle.

Avatar: "El Regreso"Where stories live. Discover now